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Los Verdes se hunden en diez países y evidencian que el cambio climático pasa a ser una preocupación menor

Activistas climáticos arrojan barriles con pintura verde durante una manifestación frente a la Euro-Escultura en el centro de Frankfurt.

El grupo de Los Verdes en el Parlamento Europeo ha sufrido un durísimo golpe en las elecciones europeas y ha pasado de ser la cuarta fuerza a la sexta. La Eurocámara todavía no se ha formado y podría haber cambios en su composición, pero a priori el grupo ecologista en Estrasburgo tendrá 53 escaños, 21 menos que los que tenía hasta ahora, principalmente por su desplome en Alemania y Francia, aunque también han perdido europarlamentarios en una decena de países. Sus portavoces se consuelan con haber ganado asientos en seis países, entre ellos España, aunque la fotografía global del movimiento verde está de capa caída a medida que problemas como la defensa, la inflación y la política industrial roban terreno al medioambiente.

El mayor golpe a los ecologistas ha tenido lugar en Alemania, donde han pasado de tener 25 escaños en el Parlamento Europeo a 16, debido a la caída de Die Grünen (Los Verdes), que prácticamente ha perdido la mitad de sus eurodiputados frente a las elecciones de 2019. La debacle en Francia es similar, donde pasan de 12 a 5 escaños tras el hundimiento de Europe Écologie. El tercer país donde más eurodiputados pierden Los Verdes es en Bulgaria, donde pasan de tres asientos a cero. También desaparecen en otros tres países (Rumanía, Grecia y Portugal), mientras que entran como nueva fuerza en Croacia, Letonia y Eslovenia. Los Verdes cosecharon sus mejores resultados en Dinamarca y en Países Bajos, donde fueron la primera fuerza en porcentaje de voto. La victoria fue especialmente llamativa en Países Bajos, donde desde hace unas semanas la derecha y la extrema derecha formaron gobierno.

El conteo de escaños para Los Verdes y el resto de grupos es por ahora aproximado, puesto que los ciudadanos votan a sus representantes nacionales, no a los grupos europeos. Es ahora cuando comienza un periodo de negociaciones para que los eurodiputados de cada país se aglutinen en Estrasburgo en grupos políticos, como Los Verdes, los socialistas o el Partido Popular Europeo, y tendrán que hacerlo antes del 6 de julio, cuando está programado el primer pleno del Parlamento Europeo de esta legislatura. Aunque ya se conoce en qué grupos estarán incorporados la gran mayoría de parlamentarios, hay margen para pequeños cambios. En el caso español, se espera que acaben en los verdes cuatro eurodiputados: dos de Sumar, uno de Esquerra Republicana y otro del BNG. Sin embargo, la líder de Sumar, Estrella Galán, entrará en La Izquierda, otro grupo del Parlamento Europeo, a diferencia de los número dos y tres de su partido, que se integrarán en los ecologistas.

Benedetta de Marte, secretaria general de Los Verdes, acudió este lunes a un debate organizado por Politico para comentar las elecciones, y reconoció abiertamente que los resultados del domingo son muy duros para su partido, aunque destacó que también observan una nueva ola ecologista en países donde no estaban presentes. "En Alemania hemos cosechado un resultado realmente malo, malo, malo. La razón es que forman parte de un Gobierno que está realmente mal en este momento. Pero aunque es un mal resultado, al menos sabemos que todavía el ecologismo moviliza a una parte importante de la sociedad alemana", señaló. De hecho, han cosechado 4,7 millones de votos y han sido la cuarta fuerza del país. De Marte también reconoció que la corriente ecologista que aupó a Los Verdes en las pasadas elecciones europeas ya se ha debilitado mucho. "En realidad, sabíamos que no íbamos a repetir el éxito de 2019, que fue excepcional. Ese año vivimos una movilización social que desgraciadamente ya no vemos", añadió.

En 2019 hubo una ola verde en el continente que disparó la popularidad de los ecologistas en el centro y norte de Europa, alimentada por la irrupción de Greta Thunberg, que entonces tenía 16 años y comenzaba a liderar marchas de jóvenes por todo el mundo a través de la organización Fridays for Future. En septiembre de ese año, cuatro meses después de las elecciones europeas, 1,4 millones de alemanes salieron a las calles para exigir una mayor acción climática, un nivel de activismo que hoy es impensable.

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El motivo del hundimiento de la ideología verde en el mayor país de Europa es claro, según los analistas. Desde que entraron en el Gobierno de coalición alemán junto a los socialistas de Olaf Scholz, la popularidad de estos dos partidos ha caído en picado. La guerra en Ucrania y el fin del petróleo ruso barato provocaron una crisis en la industria nacional y un encarecimiento de la energía en los hogares. Paralelamente, a finales de 2023 el Tribunal Supremo alemán bloqueó la transferencia de 60.000 millones de euros que sobraron de un fondo para la covid-19 que el Gobierno quería usar para impulsar políticas climáticas, una sentencia que paralizó toda clase de ayudas destinadas a la transición verde y que dejó en evidencia a la coalición progresista.

Sven Harmeling, responsable de Cambio Climático de Climate Action Network Europe, una red europea de organizaciones ecologistas, coincide en que el gran vuelco de este domingo tiene que ver con que Alemania se ha quedado muy lejos de su resultado de 2019, cuando Los Verdes lograron superar el 20% de los votos y fueron la segunda fuerza. "Los Verdes han funcionado bien en algunos países, pero lo que ha marcado la diferencia ha sido Alemania y Francia, donde los problemas nacionales han debilitado a los partidos climáticos. Especialmente en Alemania, donde ha habido un fuerte voto de descontento", afirma. "También creo que muchos jóvenes esperaban ver una política climática más radical en Europa y no han terminado de percibir lo que se ha hecho durante los últimos años", añade el experto.

Francia es el otro país donde los ecologistas se hundieron este domingo, al igual que lo hizo el partido liberal de Emmanuel Macron. Florent Marcellesi, exeurodiputado verde español y candidato de Los Verdes-Equo, explica que la debacle en Francia también está relacionada con los problemas internos del país, más que con el desinterés en el movimiento verde. Según afirma, el auge de la extrema derecha de Marine Le Pen ha desplazado a las clases populares de izquierdas de los partidos verdes hacia el partido socialista. En España, Los Verdes-Equo acudió a los comicios europeos integrado en Sumar, aunque no han logrado sacar un eurodiputado.

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