Qué fue del virus del Nilo y por qué se ha pasado de 20 muertos a dos contagios

Una de las mayores crisis del verano pasado, la expansión del virus del Nilo Occidental en Sevilla y Badajoz, ha pasado completamente desapercibida este verano. De los 158 infectados de 2024 y los 20 fallecidos que dejó la enfermedad, se ha pasado a solo dos positivos en Extremadura. Los expertos advierten de que España no ha erradicado el virus porque sigue circulando en mosquitos, pero la introducción por primera vez de fumigaciones masivas en Andalucía y los anticuerpos desarrollados el año pasado por las aves han dado un vuelco a la situación.

El pasado verano se tuvieron que adjudicar de urgencia fumigaciones contra mosquitos a finales de julio, cuando ya se habían registrado las primeras víctimas del virus en Sevilla, y más de una quincena de municipios entraron en pánico con los vecinos atrincherados en sus casas. Este año, la Junta de Andalucía (PP), la diputación de Sevilla (PSOE) y los alcaldes se pusieron de acuerdo para activar una campaña de vigilancia, prevención y fumigación desde principios de año que ha reducido drásticamente la circulación de mosquitos infectados, según Jordi Figuerola, uno de los mayores expertos de España en esta área.

"En Sevilla y Cádiz hemos encontrado la variante del virus que el año pasado causó estragos, pero con una caída bestial de la intensidad porque la organización de las administraciones ha sido completamente diferente, con tareas de prevención desde marzo", señala este biólogo del CSIC establecido en la Estación Biológica de Doñana. Según el último balance de la Diputación del 19 de agosto, las capturas de mosquitos han caído un 60% por el uso de larvicidas y adulticidas.

Aunque el cambio ha sido drástico, no ha sorprendido a los investigadores porque este tipo de enfermedades suele funcionar con el siguiente patrón: un año fatídico seguido de uno o dos años de caída de contagios humanos. "Además del control que ha habido, muchos pájaros infectados el año pasado han desarrollado anticuerpos contra el virus del Nilo, lo que genera ciclos de baja transmisión", puntualiza Figuerola. Este proceso natural es incluso más importante que la prevención y las fumigaciones, porque las aves son las que contagian a los mosquitos, y estos a los humanos.

Esto también era lo esperable para Rubén Bueno, entomólogo y experto en mosquitos de la Universidad de València,

"Este año esperábamos que fuese más notable su expansión a zonas nuevas que un recrudecimiento en zonas donde ya ha habido circulación, es una característica habitual de este virus. La inmunidad adquirida en las aves suele durar unos tres o cuatro años, y cuando acaba ese periodo volvemos a tener un pico", comenta.

De hecho, este año los ojos de expertos como Figuerola están puestos en Almería, donde todavía no se ha registrado nunca un contagio en humanos, pero este verano sí han dado positivo los análisis en caballos, uno de los típicos animales portadores. Se trata, según el biólogo del CSIC, de una variante diferente de la que el año pasado se distribuyó por Sevilla y Extremadura, pero que también contagia a humanos. En la zona de Almería tampoco se habían documentado hasta ahora animales con virus del Nilo, pero porque no se han hecho análisis en temporadas pasadas.

Tareas de prevención en Sevilla

Desde la Diputación de Sevilla señalan a infoLibre que este año ha habido "cambios importantes" tras el verano de pesadilla de 2024. Solo en esta provincia se infectaron 102 personas, según el Instituto de Salud Carlos III, el 65% del total de contagios autóctonos registrados del país. Aunque la enfermedad es asintomática en el 80% de los casos, menos del 1% puede desarrollar enfermedades neurológicas (encefalitis, meningitis o parálisis flácida) y, de esa cantidad, el 10% fallece. 

Hasta el año pasado las administraciones andaluzas habían estado peleando por quién debía asumir la responsabilidad de la crisis, porque los ayuntamientos y la Diputación deben liquidar las plagas en sus territorios, mientras que la Junta tiene las competencias de Sanidad y cada año elabora un plan autonómico contra el virus. Finalmente, la Diputación ha invertido este año seis millones de euros para que Tragsa se encargue del problema en 2025 y 2026. "Aunque tenemos discrepancias sobre quién debe asumir ese gasto, y nosotros entendemos que es la Junta, nos hemos puesto en marcha. Más adelante veremos quién lo asume", dice un portavoz de este órgano. 

Con ese presupuesto empezaron en marzo las primeras fumigaciones, que siguieron en junio, julio y agosto. En estos tratamientos es importante actuar antes de agosto porque el insecto está todavía en su fase larvaria y basta con utilizar biocidas para aniquilarlo, principalmente el bacillus thuringiensis, que no tiene un impacto sobre la naturaleza. Pero si ya se desarrollan es necesario emplear adulticidas, productos químicos muy perjudiciales para la salud y el medioambiente y son de uso restringido. El año pasado hubo que fumigar con estos adulticidas directamente sobre las calles de algunos municipios andaluces para atajar la crisis.

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Los trabajos de la diputación abarcan 15 municipios del Bajo Guadalquivir, la zona cero de la crisis del año pasado, como La Puebla del Río, Isla Mayor, Utrera, Palacios y Villafranca. También se han desarrollado una web y una aplicación móvil llamada Control M, donde se muestra que ahora hay 15 municipios en riesgo alto de circulación del virus, pero ninguno en alerta, que significa que hay insectos o animales positivos a menos de 1,5 kilómetros del municipio. 

Aunque España se ha librado este año, otros países vecinos donde el virus también circula no han tenido la misma suerte. En 2024, Italia registró 455 contagios y Grecia 217, los dos países que superaron a España. En 2025, el primero cuenta 350 positivos y 22 fallecidos, y el segundo 37 contagios, según el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).

Aunque el virus del Nilo lleva en España desde 2004, el cambio climático está detrás de su expansión, ya que los mosquitos vectores pueden vivir ahora en nuevos lugares y durante más meses por el clima suave del otoño y la subida general de las temperaturas.

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