REDES SOCIALES

De tapar los bulos de Trump a señalar los del PP: así ha cambiado la moderación de las 'fake news' en Twitter

Donald Trump y Feijóo en un montaje.

"Los lectores añadieron contexto que consideraron que tal vez otras personas quieran saber". Esta etiqueta de la red social X, conocida como Twitter hasta que Elon Musk decidió cambiarle el nombre a finales de este mismo mes de julio, lleva persiguiendo al PP desde la campaña electoral de los comicios del 23J. Su propio presidente, Alberto Núñez Feijóo, ha sufrido en un par de ocasiones este "contexto", al contrario que sus rivales en las urnas. Ningún mensaje de Pedro Sánchez ni de Yolanda Díaz lucen esta nota, mientras que Santiago Abascal retuiteó uno de Vox con una de estas alertas de la falsedad de la publicación. 

En el caso de Feijóo, el líder de los conservadores es reincidente. Lo hizo durante la campaña con bulos sobre las pensiones o un supuesto vuelo cancelado a Canarias. El último fue el pasado 31 de julio: "A lo largo de toda nuestra historia democrática, siempre se ha reconocido que la fuerza política ganadora en las elecciones generales es la que debe gobernar". A lo que los usuarios añadieron: "La constitución establece en su artículo 99 el procedimiento para la elección de un Presidente del Gobierno, y en ningún momento se menciona dicho reconocimiento de que la ‘fuerza ganadora de las elecciones debe gobernar’. Gobierna quien consigue mayoría en el Congreso".

Estas etiquetas son lo que Musk se ha sacado de la manga para moderar la desinformación. Conocidas como notas de la comunidad, según detalla la propia tecnológica, tienen como objetivo "crear un mundo mejor informado al empoderar a las personas en Twitter para que, de manera colaborativa, agreguen contexto a los tuits potencialmente engañosos". 

Así, los "colaboradores", usuarios que tienen que registrarse en la iniciativa, pueden dejar este contexto. Desde la red social matizan que estas notas "no representan el punto de vista de Twitter" y que "nuestros equipos no pueden editarlas ni modificarlas". "El tema de las notas es delicado. Lo sacan con el concepto de la sabiduría de la comunidad, pero si los contenidos te lo hacen los usuarios y los usuarios te moderan, ¿qué va a hacer como empresa?", pregunta Leticia Rodríguez Fernández, investigadora y profesora de Relaciones Públicas en la Universidad de Cádiz. Para Uxía Carral, docente de periodismo de la Universidad Carlos III de Madrid, esta fórmula es "más abierta" e intenta ser "más creíble". 

¿Funcionan? En España parece que sí. "En Twitter España hay una comunidad de centro izquierda muy movilizada y está funcionando bien", sostiene Rodríguez Fernández que señala que "no podemos asentar toda la lucha contras las fake news en la confianza de una comunidad porque hemos visto que en otros países la ultraderecha las usa para sus beneficio".

Sólo se visualizan el 8,5% de las notas de comunidad

Lo cierto es que ya a finales de junio el director de MediaWise del Instituto Poynter, Alex Mahadevan, alertó sobre estas notas que calificó de "fracaso" y "mediocres". En concreto, señaló que los usuarios han escrito aproximadamente "122.000 notas durante el transcurso del programa, pero no todas esas notas se muestran públicamente". En concreto, los usuarios estarían visualizando sólo el 8,5%. "En un ambiente cada vez más partidista como el actual es complicado llegar al consenso que pide la herramienta", reconoce Carral que apunta que así "no se puede llegar a desmentir toda la desinformación". 

Este directivo del Instituto Poynter señala como causa de este fracaso que "el obstáculo" es que para que una nota de la comunidad sea pública debe haber "un consenso ideológico": "Eso significa que las personas de izquierda y de derecha deben estar de acuerdo en que esa nota debe adjuntarse a ese tuit". "Se aporta un matiz de verdad porque este contexto se logra con consenso", señala Carral. Rodríguez Fernández no lo tiene tan claro: "Me preocupa que esto se convierta en una burbuja de sesgo, es decir, que una comunidad de usuarios vaya contra otra comunidad y que se convierta en una herramienta de cancelación". 

El Instituto Poynter también matiza que estas notas de la comunidad suelen tener más éxito en los tuits de "bajo riesgo", es decir, aquellos culturales, divertidos o satíricos. "Si bien la desinformación más dañina se debería dejar en manos de los verificadores de hechos profesionales, estas notas de comunidad podrían llenar el vacío para las noticias falsas de nivel inferior", explicó Mahadevan. "Creo que se contextualiza mejor cualquier declaración de tipo político, pero va a ser mucho más difícil desmontar estos bulos que, por ejemplo, en temas culturales o en la muerte o no de personas", asegura Carral que pone sobre la mesa lo rápido que se desmontó la falsa muerte esta misma semana del cantautor José Luis Perales. 

El precedente de la desinformación de Trump

Estas notas es lo que Musk ha decidido implantar tras su llegada al ahora X el pasado octubre después de fulminar a gran parte del equipo de moderación de contenidos, cargarse las insignias azules de verificación tal y como se conocían y se entendían y permitir el regreso de Donald Trump tras ser expulsado de por vida de la red social tras sus publicaciones alentando a sus seguidores durante el asalto al Capitolio, que dejó un balance de cinco muertos y unas imágenes vergonzosas para la que se define a sí misma como la primera potencia mundial. 

Aunque tras el ataque del 6 de enero Twitter invisibilizó casi automáticamente los mensajes del por entonces presidente de EEUU hasta su expulsión, tras las elecciones llevaron a cabo toda una caza de mentiras en el perfil de Trump. En los días posteriores a los comicios presidenciales de 2020, la plataforma usó en la cuenta del millonario dos tipos de indicaciones para evitar que declarara su falsa victoria: una advertencia de que "es posible que las fuentes oficiales no hayan confirmado esta información" y otra que ocultaba el tuit tras un aviso por información "engañosa" en línea con su política de integridad cívica.

Twitter tuvo que señalar y esconder prácticamente la mitad de los mensajes de Trump en estas fechas, mientras que ninguna publicación de Joe Biden, Kamala Harris, o su compañero de campaña, Mike Pence, fueron advertidas por la red social. Pero esta no era ni mucho menos la primera vez del expresidente. La tecnológica llevaba ya meses colocando alertas sobre información errónea en sus tuits sobre el voto por correo o el covidigual que también le pasó al expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro—. 

Las notas de comunidad vs. la moderación de expertos

¿Qué método es mejor para controlar las fake news? "Creo que tiene que ser la suma de varios factores: que tenga un fuerte algoritmo que detecte la repetición de los bulos, un equipo especializado para verificar, que los usuarios puedan denunciar las noticias falsas, que los datos estén abiertos a la comunidad científica y que la empresa realmente esté comprometida con la lucha contra la desinformación, que es la responsabilidad social corporativa", explica Rodríguez Fernández. 

Lo cierto es que casi tres años después, todo este despliegue que tenía desarrollado Twitter ha sido desmantelado por Musk. Y el resultado habla por sí solo. Un estudio de primeros de marzo en Poynter Institute señaló que las noticias falsas aumentaron un 44% desde la compra. Según Science Feedback, una organización de verificación, este incremento se debió en parte a causas como el final del bloqueo a la desinformación sobre el covid o al desmantelamiento del equipo de moderación de contenidos. A finales de junio, otro estudio científico, en esta ocasión de las universidades de Cornell y de California en Berkeley, señaló que desde la llegada del multimillonario el algoritmo amplifica la ira, la hostilidad y la polarización. 

Musk, pendiente de las obligaciones de la nueva legislación de la UE

Además, a finales de mayo, Twitter abandonó unilateralmente el código de buenas prácticas en materia de desinformación de la Unión Europea. Esta iniciativa, puesta en marcha en 2008, impone que empresas y organizaciones se comprometan a tomar medidas tales "como desmonetizar la difusión de desinformación, garantizar la transparencia de la publicidad política, mejorar la cooperación con los verificadores o facilitar a los investigadores un mejor acceso a los datos".  Desde Bruselas, el comisario europeo de Mercado Interior, Therry Breton, avisó en un tuit a Musk que, a pesar de su salida, "las obligaciones continúan". "Puedes correr pero no puedes esconderte. Más allá de los compromisos voluntarios, la lucha contra la desinformación será una obligación legal en virtud de la nueva Ley de Servicios Digitales a partir del 25 de agosto", escribió. 

¿Son quizás estas notas de la comunidad la vía de X para adaptarse a los requisitos de la UE? "Creo que les va a permitir saltar la legislación por un lado, pero a nivel de moderación esto les va a quedar corto y siguen sin cumplir con la parte de que los académicos puedan acceder a los datos", puntualiza Rodríguez Fernández. Para Carral, esta vía "no va a ser suficiente" para contentar a Bruselas. 

El PP, en la lista de habituales de las notas de Twitter

A pesar de las dudas sobre su funcionamiento, lo cierto es que estas notas están persiguiendo al PP en las últimas semanas. Además de a Feijóo, varios miembros de su cúpula han visto aparecer estas alertas en sus publicaciones. Al igual que al presidente conservador, al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, le señalaron un mensaje sobre la lista más votada. La misma noche de las elecciones tuiteó que "o gobierna el partido más votado o la alternativa será el bloqueo". "Almeida consiguió su primer mandato como alcalde de la Ciudad de Madrid sin ser la lista más votada", añadieron como contexto los usuarios. 

No ha sido el único. El vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons, y el secretario del PP de Madrid, Alfonso Serrano, deslizaron el propio 23J la teoría de que la suspensión de la circulación de trenes entre València y Madrid por un incendio en un túnel no era casual y que se trataba de una estrategia del Gobierno para impedir acudir a votar. En ambos casos, los lectores puntualización que "la circulación de trenes se ha suspendido por una incidencia en un túnel. Se han puesto medios alternativos, incluso ya estaba anunciado cuando se ha tuiteado está información" y que "no es correcto que ADIF no plantee alternativas en bus, puesto que de hecho, sí que las ofrece, como ha anunciado en su cuenta oficial". 

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El diputado electo del PP por Almería Rafael Hernando se ganó una de estas etiquetas tras mentir en dos ocasiones sobre el voto por correo —una el 17 de julio y otra en la jornada de reflexión—  y también la cuenta de Nuevas Generaciones del partido después de un tuit criticando que no estuviese "representada la mayoría" en el debate a tres antes del 23J. "Al debate no asiste Feijóo, el candidato del PP, porque ha rechazado la invitación de RTVE para asistir y debatir frente al resto de candidatos, que sí la aceptaron", recordó la nota de los usuarios. 

Incluso el presidente de las Nuevas Generaciones de Madrid, Ignacio Dancausa, se ha visto señalado por un tuit ajeno a los resultados del 23J. Este mismo miércoles se hizo eco del asesinato a tiros del candidato presidencial de Ecuador Fernando Villavicencio asegurando que "no verás asesinado a un candidato de izquierda, no verás un escrache a alguien de izquierda, no verás acosado a un líder de izquierda por sus ideas". "El primer ministro socialdemócrata sueco Olof Palme fue asesinado en 1986. En Reino Unido, la candidata laborista Jo Cox fue asesinada en 2016. En España, Pablo Iglesias sufrió acoso en su domicilio particular. La violencia política es una lacra en cualquier dirección", corrigieron los usuarios. 

Pero estas notas no sólo persiguen a los cargos del PP en sus publicaciones de Twitter. Estas alertas sobre sus bulos llegan incluso a medios de comunicación que se hacen eco de sus declaraciones, tal y como le ha sucedido a la cuenta del periódico El País este miércoles mientras retransmitía en directo la comparecencia de la secretaria general del Partido Popular, Cuca Gamarra, en la que aseguró que "los únicos países en los que no se reconocen a quien gana son aquellos en los que las elecciones no son transparentes". "En España la investidura de una presidencia y por tanto, de su gobierno la otorga la cámara en este caso el Congreso de los Diputados por mayoría absoluta y después simple. No se otorga por ganar las elecciones", señalaron los lectores. 

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