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La negativa de Milei a rectificar abre la vía para una ruptura diplomática inédita en casi medio siglo

Impactantes declaraciones

Borja tiene un barrunto. ¡Una corazonada! "La sensación" (sic) de que los universitarios acampados van con Hamás y contra el democrático Estado de Israel ruega por nosotros. Los chavales han escogido bando, como quien va con el Betis manque pierda. Sémper, el digno, el que dejó la política porque ay la crispación, mira las fotos de miles de niños muertos y se dice hay que exterminar a esa organización terrorista. "No podemos tener manifestaciones que queden cojas y que no reflejen la complejidad de lo que sucede". Muchachada, si vais a protestar, consultad antes al filósofo semperito, que se nos turba. Miren, como se viene fiesta por san Isidro, invito a radionovela: nos ponemos aquella tertulia curil en la que departía con Madina a todo trapo (La ínsula, manda narices, donde Alsina) y, cada vez que se pongan campanudos, chupito y jaculatoria al bipartidismo ideal

Don Borja "defiende la libertad, la cultura y la tradición" (lo dijo en Espejo Público), siempre y cuando la cosa vaya de cuernos y toreros. Lástima que la Maestranza no tenga sede en Rafah: otro gallo cantaría. Susanna Griso le preguntaba a cuenta de la última triquiñuela rompespañas del Gobierno, que se ha cepillado el Premio Nacional de Tauromaquia. Los únicos subvencionaditos que gustan en la derecha llevan traje de luces. Aprovechando el revuelo, pensé en escribir algo sobre los argumentos que detractores y partidarios se tiran a la mollera (¿mi favorito?, ¡que le gustaban a Lorca!; como la masonería, los muchachos y tocar el piano y no vimos a los diestros manifestarse en favor del matrimonio homosexual, oiga), pero viendo el edificante comercial que han sacado los de la feria de san Isidro doy el caso por cerrado. Ah, ¿que no lo han visto? Es un videíto inteligentísimo: a los hijos de primos les flipan los toros. Usar la carta de las minorías: maravillosa jugada.

Puestos a retratar la falsa moral de la izquierda, añadiría que los estudiantes de las quechuas tampoco han 'condenado' el asesinato del archiduque en Sarajevo, ni el destrozo de las camisas de Cánovas, Dato y Prim

Sobre los treinta y cuatro mil civiles asesinados en Gaza también quiso opinar Martínez Almeida, porque librarse del maillot amarillo de la cofradía de los solteros de oro le ha dejado tiempo para sus cosas. "No cabe avalar posturas antisemitas". ¡Bravo, alcalde! Ah, espera, que sigue. "Me gustaría que hubieran hecho lo mismo cuando Rusia invadió Ucrania". ¡Cáspita! "Ojalá fueran igual de contundentes en la condena de Hamás y en la condena del siete de octubre". Suena el clarín del terrorismo: ETA, calienta, que sales. Qué prudente José Luis, quedándose en las fechorías de Putin. Puestos a retratar la falsa moral de la izquierda, añadiría que los estudiantes de las quechuas tampoco han condenado el asesinato del archiduque en Sarajevo, ni el destrozo de las camisas de Cánovas, Dato y Prim; tampoco la decapitación de Pompeyo el grande o la de Juan el Bautista, ni el peñascazo que Caín le dio a Abel. Hipocresía, ¡doble rasero!

Ay. Pero no estaríamos de guasa si el simpatiquísimo Milei no fuese más razonable que el vilipendiado ministro Puente, a quien todo el mundo insulta sin que él responda jamás. La otra tarde, en un mitincillo, llamó drogotas al presidente argentino. ¡La máquina del fango! El mastuerzo (el nuestro, no el de ellos) dijo que no se imaginaba el revuelo que se iba a montar. Luego, añadió que los Cercanías irán a pedales, pero que hay que ver cómo está el metro de Madrid y nadie dice nada. Si el responsable de transportes sigue en su poltrona, la transición ecológica la vamos a tener que hacer en burro. Me atrevo a hacerle una discreta sugerencia a nuestro reflexivo presidente: si alguien es mejor tuitero que ministro… chico, no le hagas sufrir en un empleo que detesta.

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