Todo lo que era sólido

Hay un refrán que triunfa entre los sociópatas: toda crisis es una oportunidad. Lo sabían los resurreccionistas (refinadísimo eufemismo para ladrón de cadáveres), los odontólogos que aprovecharon Waterloo para hacer postizos y los conseguidores de mascarillas durante el covid. A esta última piara de indeseables se le ha sumado un académico de número, de nombre Koldo y de profesión asesor.

El señor García tiene un currículum admirable, ¡meteórico! ¡Centelleante! Segurata manilargo, ordenanza de prostíbulo, escolta, adjunto del ministro y consejero de ferrocarriles: un verdadero hombre del renacimiento. La de talento que se estará desperdiciando en las porterías de los burdeles. Menos mal que queda gente buena, desprejuiciada. A José Luis Ábalos nunca le ha importado si la princesa es altiva o si pesca en ruin barca: gloria a este prócer de la justicia social, promotor de los desamparados. Mientras exista el pe so e, las casas de lenocinio tendrán redención (tito Berni, ¡presente!).

¿Qué se le puede afear al simpático Koldo? Uno se imagina la paternal conversación: el material médico es un derecho… pero también un bien de mercado. Medina, Luceño y el hermanísimo (se iban a morir igual) asienten jubilosos. Los medios recalcan que la triquiñuela sucedió «en lo peor de la pandemia». Curiosa insistencia: ¿sería más tragable si hubiesen trincado en lo «normal» del gripazo? Mire usted, señoría, inflamos los precios, pero fue durante los meses de calmachicha.

Los socialdemócratas han vuelto a traicionarnos y en el margen izquierdo los chimpancés de la nueva política (ja) se lanzan sus propias heces. ¡Hasta el prístino Garzón ha coqueteado con la consultoría! ¿El lobby? La ramera de Babilonia. Me haría cruces, pero me cuentan que el cura de Don Benito mojaba las hostias en viagra. Si los sociatas quieren renegociar el Concordato, tienen un interlocutor a la medida. Qué manera de chafarnos el espíritu cuaresmal, caray.

A José Luis Ábalos nunca le ha importado si la princesa es altiva o si pesca en ruin barca: gloria a este prócer de la justicia social, promotor de los desamparados

Para colmo, extra extra: los patos de Madrid son unos blandengues. Debe ser cosa de la Agenda 2030, que nos tiene a todos emasculados. Para reponer la fauna que han desahuciado a petardazos, los agricultores de media España desfilan por la Cibeles. Miras las fotos y parecen extras de Bienvenido Míster Marshall, que eran manchegos pero los disfrazaron de andaluces. Very good fandango, arranca el Yondi (que es como en mi pueblo llaman a los tractores marca John Deere). Recuerdo, y se me saltan las lágrimas, las premonitorias reflexiones de Cayetano, el conde de Salvatierra, sobre la pereza de los chavales: ya nadie quiere deslomarse en sus fincas, maldita política agraria común.

Si se topan con una tractorada, lleven cuidado: un vocero de Asaja, comando Extremadura, ha amenazado con «abrir las colmenas». ¡Liberad al kraken! En el manual de antidisturbios no explican qué hacer en el país multicolor donde nació Maya bajo el sol. Marlaska, siempre dispuesto a matar moscas a cañonazos, ha comprado un arsenal de insecticida con olor a rosas de bote. El campo ya no es lo que era: ¿y las horcas, las hoces y las azadas? La guerra no puede hacerse con abejorros, mire usted, que el bicho no conoce y lo mismo pica al que no debe. Por puto defender España.

Anda. Y se casa Almeida. Las solteras de la corte andan desconsoladas. Entre el corpiño y el miriñaque, llevan un crespón.

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