La hoja de ruta polaca, ¿reflejo del devenir europeo? Ruth Ferrero-Turrión
70 días para sustituir a Teresa Ribera
Sara Aagesen, Manolo de la Rocha, Juan Espadas, Diana Morant, Pilar Alegría, o un perfil de peso similar al de Cristina Narbona aún por revelarse, son algunos de los nombres que circulan para quedarse con la cartera de Transición Ecológica que a finales de noviembre deja libre Teresa Ribera. Una lista que irá aumentando según se acerque la fecha con nuevas incorporaciones pero que ya ha comenzado a moverse.
La todavía vicepresidenta tercera del Gobierno de Sánchez va a ocupar una de las siete Vicepresidencias –como ahora mismo Borrell– y será también Comisaria de la Comisión Europea. Lo que tiene un poco envidiosilla a Nadia Calviño porque es una plaza muy golosa. Ser Comisaria de Energía o Clima no va a ser posible, como habría sido lo lógico. Lo que hasta hace unos años resultaba poco interesante se ha convertido en campo de batalla, con la ultraderecha cuestionando la Agenda 2030 o el Pacto Verde Europeo. Esta misma semana Úrsula Von der Leyen iba a dar a conocer el reparto pero se ha tenido que retrasar a la que viene por falta de consenso político.
Se trata de lograr para Ribera una de las carteras con más peso, como Competencia o Mercado Interior y una Vicepresidencia de la que cuelgue Clima y Energía, lo que equilibraría el nombramiento de un Comisario conservador para un tema tan polémico, con el que habría que acordar las medidas. No hay que olvidar que hay casi 200 eurodiputados de extrema derecha. Pero mientras se desarrolla ese juego de tronos en Bruselas, en España se juega al lanzamiento de aspirantes al ministerio. Algunos con más posibilidades que otros.
El nombre que más gusta en ámbitos de Medio Ambiente es el de la actual secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen. “Es una gran apuesta por su perfil técnico y su conocimiento del sector. Además es de máxima confianza de Teresa Ribera. Sería una opción continuista” dice un ex ministro del ramo. Una nueva Carlos Cuerpo, de perfil técnico y mano derecha de la ministra saliente. Inconvenientes: se perdería una vicepresidencia que ha sido una apuesta personal de Sánchez desde que llegó a Moncloa. Porque igual que Cuerpo no ha heredado la vicepresidencia de Calviño, sería raro que Sara Aagesen, que carece de perfil político, lo sea, y para un puesto tan mediático y expuesto resulta imprescindible. Al PSOE solo le quedaría una vicepresidenta, Mª Jesús Montero, blanco permanente de la oposición y bastante tocada con el acuerdo de financiación para Cataluña.
La lista para sustituir a Teresa Ribera no ha hecho más que empezar. Sobra decir que el presidente puede sorprender con una crisis de Gobierno
Otro aspirante al puesto es Manolo de la Rocha, el hombre de confianza para asuntos económicos del presidente en Moncloa. Dicen que Sánchez le tanteó antes de decidirse por Carlos Cuerpo pero él no se acababa de ver con el mismo peso que Calviño. Cuando se enteró de que se había optado por un técnico ya no había vuelta atrás. En su entorno aseguran que sabe ejecutar con brillantez, que tiene criterio y no trata de imponerse. Inconveniente: le falta experiencia en un sector tan complejo como el que comprende Transición Ecológica.
Por otro lado, los dos últimos nombramientos han sido masculinos. El que se vendió como el primer gobierno con más mujeres que hombres en 2018, con once ministras y seis ministros, está hoy a la par. La entrada de un nuevo ministro lo desequilibraría. Es entonces cuando surgen los nombres de dos ministras ya consolidadas, como Pilar Alegría o Diana Morant. Ambas apuestas de Sánchez para Aragón y Valencia, a las que el impulso de una vicepresidencia les vendría muy bien. Isabel Rodríguez podría ser, aunque desde que salió de la portavocía ha desaparecido del mapa. Inconvenientes: no tienen experiencia en Clima y Energía.
Una opción sería encontrar a una nueva Cristina Narbona. Un peso pesado. Presidenta del PSOE y ex ministra de Medio Ambiente en el gobierno de Felipe González primero y en el de Zapatero después. Pero por muchas vueltas que se den, no surge otro nombre como el de ella. Pionera y respetada, a quien le daría la risa solo de pensarlo porque no está en esa carrera.
Juan Espadas no podría soñar con nada mejor. Hay interés por sacarle de donde está, porque no ha cuajado al frente del PSOE andaluz. La federación con más militantes necesita otro líder. Inconveniente: Sánchez es raro que se lo plantee por mucha campaña que hagan en su entorno para que figure en la terna de ministrables.
La lista no ha hecho más que empezar. Sobra decir que el presidente puede sorprender con una crisis de Gobierno, aunque a estás alturas iba a carecer del efecto wow que se busca cuando se aborda un cambio de más calado.
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