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Muros sin Fronteras

El fin del mundo y nosotros con el máster

El vídeo anterior es de la galaxia Andrómeda. Las imágenes de altísima resolución, obtenidas con el telescopio Hubble, fueron divulgadas por la NASA. La música que las acompaña es de Koda.

Parece que hay algo más allá fuera de Pablo Casado, el momio del Valle de los Caídos y las campañas de demonización del migrante. También parece que hay algo más que Cataluña, no importa cuál sea su burladero (perdón por el taurinismo). Este vídeo también refuerza nuestra insignificancia:

Ahora podríamos hablar sobre Donald Trump y sus amenazas contra cualquier empresa que comercie con Irán (¿le eligieron presidente de EEUU o dictador mundial?), de la importancia de ser British tras el caos del Brexit, del xenófobo italiano de Matteo Salvini (por cierto, ¿dónde está el M5S?) o del nuevo presidente de Colombia, Iván Duque, que amenaza con dinamitar los acuerdos de paz con las FARC.

Tengo una mala noticia: Andrómeda es una galaxia caníbal que hace 2.000 millones de años (más de los que tardará Casado en encontrar sus trabajos de máster) se merendó al llamado Grupo Local, una tercera gran galaxia que estaba por la zona en la que nos encontramos. Dentro de 4.000 millones de años, Andrómeda hará lo mismo con la Vía Láctea. Futuro, al parecer, tenemos poco.

Lo cuenta Daniel Mediavilla.

Tenemos, de momento, dos hechos incuestionables: somos menos que un punto en un punto dentro del Universo y nuestro entramado galáctico tiene fecha de caducidad. La colisión no será frontal, pero pasaremos a formar parte de una nueva supergalaxia que deberá reajustarse y habrá cambios de ubicación. No se preocupen, es un proceso largo, larguísimo. No lo veremos.

Si el Sol superara la mudanza, es decir, si nos tocara una zona respirable dentro del nuevo gigante, dispondríamos de mil millones de años, porque eso es lo que va a durar el combustible de nuestro Sol. Después, boom. Tenemos 4.000 millones de años para cambiarnos de galaxia.

La NASA lanzará este viernes (si no hay demoras) la misión Parker Solar Probe, en homenaje a Eugene Parker​​​​​. El objetivo es tocar (metafórico) el Sol y obtener el máximo de información. Quizá nos ayude a reevaluar el tiempo de vida que le queda. En este enlace de la NASA tienen más información.

Sabemos mucho del universo y no sabemos nada. Es un campo apasionante en el que reina la ciencia, y a veces la filosofía de la ciencia. No hay rastro de dios ni del relato de los seis días de trabajo (al parecer sin contrato) de un único creador. Lo que aún no sabemos es qué pasó una fracción de segundo después del Big Bang, pero es algo que aspiramos a resolver con las ondas gravitacionales​​​​​.

En EEUU están los creacionistas que exigen enseñar en las escuelas su narrativa, en la que todo se produce por voluntad de dios, tal como explica la Biblia, negando la teoría de la evolución de las especies de Charles Darwin. ¿Existen pruebas de que lo que narra es cierto o se trata de un copy & paste de relatos y mitos anteriores? Después está la fe que se nutre de las emociones, no de los hechos demostrables. Le sucede a los nacionalismos.

Con Trump en el poder lo tendrán más fácil, no tanto por el presidente que no parece muy creyente en su vida personal, sino por el clima ultraconservador que se mueve a su alrededor, y del que él es consecuencia.

No sé como estarán ahora las estadísticas, pero en 2010, cuatro de cada diez estadounidenses se declaraban creacionistas y otros cuatro creían que dios había intervenido en la evolución.

Cuento esto para contextualizar el siguiente vídeo. Un presentador de la televisión egipcia se indignó con Mohamed Hashem por explicar el Big Bang. Hasta le ofendió la palabra Big Bang, dicha en inglés, porque es extranjera. Ese es el magma en el que crece la estupidez ambiental.

¿Qué causó el Big Bang? Siete preguntas que trata de resolver la BBC.

¿Qué sabemos y qué no sabemos del inicio?

¿Qué había antes? Algunos responden, “la nada”. Es una palabra inquietante porque la nada seria la ausencia de todo.

Y está Stephen Hawking, siempre un paso delante.

¿Y todo esto a qué viene? Todo empezó porque quería escribir sobre el cambio climático y de que no debemos subestimar la capacidad de la especie humana de cargarse el planeta antes de su tiempo galáctico. Para cerrar, no dejen de asistir a esta asombrosa charla de Frans de Waal, uno de los grandes expertos en primatología. Aunque trata de machos alfa (él inventó el término) no tiene nada que ver con la política. ¿O sí?

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