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Economía a debate

La(s) biotecnología(s) en España: Pasado, presente y futuro

Emilio Muñoz

“No se puede pensar el futuro sin conocer el pasado y el presente”, Walter Benjamin

Como los años no me han quitado la ilusión, me animo a compartir en la red que gestiona la Fundación 1º de mayo, algunas reflexiones y datos acerca de lo que la biotecnología (luego recurriré al plural) supone y puede suponer para el futuro social y económico de nuestro país, dentro de ese objetivo siempre enunciado y nunca planteado de un cambio de modelo productivo.

Sin embargo cuando he puesto ese entusiasmo en acción ante el papel, he pensado que no podía abordarlo sin una criba por un doble tamiz: el de la ética como guía moral y el de la responsabilidad como criterio profesional. Eso me lleva a introducir el tema desde una perspectiva que contemple el problema bajo la idea de civilización o sociedad en que vivimos y del papel que en ella juega la economía, cuestión ésta complicada por las limitaciones semánticas que ofrece el castellano como veremos más adelante.

Escenario introductorio

No invento nada al decir que venimos (hemos estado pero tengo mis dudas de que sigamos estando) de una civilización apoyada sobre la revolución industrial y por tanto que hemos configurado una sociedad industrial.

En esta sociedad industrial, el protagonismo se lo han repartido la ciencia y la técnica -la tecnología y el avance científico que tanto monta- junto a la economía. Los dos primeros factores o elementos han operado como base del exitoso proceso evolutivo, sin olvidar los riesgos que esos procesos científicos y técnicos conllevan para los cuales se hacía preciso analizar, debatir, regular esos “progresos” ante las percepciones y reacciones sociales, con el diseño de políticas y marcos regulatorios en los que se han tratado de implicar, en un complicado maridaje, a científicos experimentales, ingenieros y científicos sociales.

La situación de la economía. Problemas identificados

En este contexto, me preocupa la posición de la economía en tanto que científico y ciudadano. A lo largo de mi trayectoria profesional, como investigador o gestor de la ciencia y de sus políticas, he mantenido una relación de distanciado respeto frente a la economía y sus expertos. Cuando entré hace dos décadas en el campo de los estudios CTS, tal relación se fue intensificando, fundamentalmente con aquellos economistas preocupados por los aspectos aplicados ,en las dimensiones micro y meso, relacionados con el I+D y con trabajos sobre políticas de I+D+i, innovación, cambio técnico, preferencialmente bajo visiones evolutivas y sistémicas.

Sin embargo, ha sido al producirse la colusión entre la biología y las políticas económicas cuando he empezado a detectar problemas, exacerbándose esta preocupación al observar las políticas que se han aplicado a la ¿solución? de la crisis sistémica, financiera y global, a la que he calificado como producto deletéreo de una mal gestionada globalización.

Un primer problema es el semántico: en inglés podemos distinguir entre la economía como ciencia social: el término es “economics,” mientras que la economía como práctica, profesión e ideología política y financiera se refiere como “economy”, mientras que en castellano tenemos una sola palabra: economía.

Otro gran problema es que la economía en términos de ejercicio práctico y de resultados (“economy”) es esencial y casi exclusivamente “cíclica”. Esta situación puede revertirse por la intervención del estado pero las políticas “anticíclicas” están fuera de la lógica dominante movilizada por el pensamiento y dirección neoliberales. Y la ciencia económica (“economics”) no parece que , ante esta ola ultraliberal, aparte de describir y constatar esta propiedad, haya estado interesada , o haya sido capaz , de corregir lo que considero una patología comportamental, es decir de estar abocada al determinismo.

Estos y otros problemas han sido desarrollados en un texto presentado y debatido en una conferencia-coloquio bajo el rótulo “Ética y economía, economía y ética. Debates para un dilema” en el marco del curso 2013-2014 sobre “Ética y valores en la ingeniería” de la Escuela de Minas y Energía de la UPM .

La biología y sus aplicaciones como enlace entre pasado y futuro

Estimo que la biología en su trayectoria como aspirante a ciencia primero, como ciencia después, y como fuente de aplicaciones en todo su camino, se encuentra en las antípodas de la economía como ciencia social y como práctica socio-política. Esta consideración surge de un abundante conjunto de trabajos analíticos realizados desde una aproximación interdisciplinar y holista. Es lo que nos ha enseñado la trayectoria histórica no cíclica de los conocimientos biológicos y la de sus aplicaciones en lo que se ha venido en llamar biotecnología a mediados de la década de 1970. Además el ir comprobando en el itinerario evolutivo la amplitud y extensión de sus aplicaciones en todos los sectores de la economía, me ha llevado a insistir en que debemos hablar de biotecnologías. Es evidente asimismo que las dos trayectorias, la científica y la tecnológica, han estado y están claramente interconectadas.

Evolución del conocimiento biológico

Los conocimientos biológicos han estado buscando el estatuto de ciencia a lo largo de la historia, como señala Wikipedia desde la Antigüedad, remontándose según dicha fuente al antiguo Egipto y a los trabajos de Aristóteles y Galeno en el mundo grecorromano, mientras que, con la ayuda de tecnologías como el microscopio y la disección, continuaron un proceso evolutivo favorable. El crecimiento tendió siempre a la diversificación con la creación de disciplinas y subdisciplinas según el objeto de estudio y que hasta el siglo XIX estuvo orientado por el empirismo y el descubrimiento y catalogación de nuevos organismos. Esta forma de desarrollar el conocimiento llevó al físico Rutherford a identificar la biología con la “colección de sellos” en un signo de irónico desprecio.

En el siglo XIX emerge el concepto de biología como ciencia: grandes aportes teóricos como la teoría celular , la teoría de la evolución , la teoría microbiana de la enfermedad , la creciente conexión entre química, física e ingeniería con las ciencias biológicas y médicas, han conducido a un desarrollo impresionante de los conocimientos y aplicaciones biológicos –siempre bastante acompasados- , que no llamaré exponencial sino explosivo, porque ha trascurrido como a impulsos de un muelle o dínamo que ha necesitado pausas y recargas. Por todo ello se ha postulado, a partir del último tercio del siglo XX, que nos encaminábamos a un “siglo de la biología” (quizás me atrevo a apuntar que este siglo puede ser de largo alcance) por los avances que resultan de la aproximación interdisciplinar de las ciencias biológicas en connivencia con la física, la óptica, la química, la computación, la ingeniería. Perdón por la auto citación pero algo hemos contribuido a la exploración y difusión de estas posibilidades en los últimos decenios .

Como precursores de la biotecnología se aplicaron a lo largo de la historia para beneficios sociales y económicos, tecnologías de la vida de forma intuitiva, tal como el personaje de Molière hablaba en prosa sin saberlo. Las aplicaciones y usos de los conocimientos biológicos han acompañado las distintas civilizaciones y revoluciones culturales, por citar algunas: la revolución agraria en el neolítico hace 10.000 años, las vacunas a finales del siglo XX, los antibióticos en la primera mitad del siglo XX, las fermentaciones descubiertas quizá por casualidad para conservar alimentos y científicamente por Pasteur para obtener bebidas espirituosas, las leyes de Mendel de la genética y su redescubrimiento a principios del siglo XX para la selección y mejora de plantas.

La biotecnología en el marco geoestratégico de la política científica. Aparición y consolidación

La crisis energética de los 1970 que, en mi modesta opinión, empieza a socavar las raíces de la civilización/sociedad industrial coincide con la emergencia de la biotecnología como prioridad en la política científica mundial. El dato de un elevado valor simbólico se refleja en los presupuestos de ciencia elaborados por la Casa Blanca a mediados de dicha década: aparece una rúbrica específica sobre biotecnología (sic) con una dotación de 500 millones de dólares para investigación. Al mismo tiempo, dentro de los programas tecnológicos, el Gobierno de los Estados Unidos incentivaba a las empresas, esencialmente las farmacéuticas, para que promovieran e intensificaran la colaboración con los centros generadores del conocimiento científico, laboratorios y universidades, para que se rentabilizasen tales conocimientos.

Los grandes avances científicos impulsores de esta iniciativa política fueron: el descubrimiento de la estructura del ADN; la identificación del código genético; los progresos en genética molecular capitaneados por la escuela francesa del Instituto Pasteur; la posibilidad de modificar selectivamente la dotación génica de los microorganismos (ingeniería genética); el descubrimiento de los anticuerpos monoclonales por el dúo César Milstein y Georges Köhler en la Universidad de Oxford. Surge así el concepto de nueva (moderna) biotecnología como contrapunto a la biotecnología antigua que resulta de los avances y técnicas expuestos anteriormente.

Europa, en el seno de la preocupación resultante de la crisis energética mencionada, se suma a la iniciativa y lleva a cabo una serie de estudios , que conducen a la elaboración de un programa piloto, de carácter experimental, con el fin de identificar las estrategias que deberían orientar las actividades en I+D comunitarias. El programa fue bautizado con el acrónimo FAST ( Forecasting and Assessment in Science and Technology) y dio origen a dos volúmenes con el conjunto de los mensajes . FAST seleccionó tres temas para ese resumen: trabajo y empleo, la sociedad de la información y la bio-sociedad.

En el capítulo primero, titulado “ Towards a bio-society?”, se exponen las razones que habían determinado la explosión de interés por la “new biotechnology” ( la biotecnología moderna) Según el artículo ,las características más relevantes de esta tecnología son: la multiplicidad de las disciplinas científicas y tecnologías en que se basa y la integración de las mismas; la multiplicidad de las aplicaciones y el amplio rango de productos y servicios resultantes; y la multiplicidad de las dimensiones económicas , institucionales y sociales que influyen y sobre las que inciden la producción , consumo y distribución de bienes y servicios.

Esta complejidad ha supuesto dificultades para la definición y clasificación de la biotecnología en las tradicionales categorías e índices socioeconómicos. Tras mucho debate, la OCDE tomó partido a la vista del enorme potencial de la(s) biotecnología (s) y adoptó varias definiciones, tendiendo a la visión amplia, que se pueden resumir en la siguiente: biotecnología es “la aplicación de principios científicos y técnicas de ingeniería para aprovechar el potencial de los seres vivos, de sus partes y componentes para la obtención de productos, bienes y servicios ( en varios sectores económicos)”. Esta definición supone la introducción de un nuevo elemento, los agentes biológicos, en la cadena de producción que se suman a los tradicionales: capital financiero, capital humano e infraestructuras. Esta visión la introduje como reflexión personal hace una década. Al preparar este texto y acudir a Google para contrastar el término “ definición de la biotecnología”, la tercera entrada ,que corresponde a Biocat- la bio-región catalana- atribuye esta idea a la OCDE, que a mí no me consta. Pero la paternidad de estas reflexiones de sentido común poco importa y menos a estas alturas de hoja de vida. Me señala oportunamente el editor que en ámbitos de la economía, como la economía ecológica o bioeconomía- no confundir con la bioeconomía según las iniciativas promovidas desde la UE- junto al capital financiero, capital humano e infraestructuras se consideran como un factor de producción los recursos naturales (dentro de los cuales podrían considerarse los agentes biológicos); es una idea interesante que agradezco e incluyo.

Esta complejidad es la que ha llevado a distinguir entre: biotecnología roja ( salud humana y animal), verde( agroalimentación y medioambiente), blanca ( industrial en sentido amplio: energía, detergentes, materiales) , y recientemente se ha incorporado la azul (productos con origen marino).

Otras importantes áreas de interés que he comentado y tratado en textos y conferencias son: Japón, Cuba, México, Taiwán, Singapur , Canadá y más recientemente China. Estados Unidos sigue liderando, mientras Europa, desde el programa FAST, mantiene una posición ambivalente, de apoyo aparente pero salpimentado de dudas, consecuencia en mi opinión de la enorme diversidad que debilita la idea de Unión Europea ante la falta de liderazgo creciente de las autoridades europeas. No obstante, en el año 2007 se hizo público un informe, elaborado por un equipo del Instituto de Prospectiva Tecnológica ( IPTS de las siglas en inglés) del Centro Común de investigación, a solicitud del Parlamento Europeos preocupado ante la indefinición y el escaso impulso . El estudio, referido como The Bio4EU Study” se ha publicado en el libro: “ Consequences, opportunities and Challenges of Modern Biotechnology for Europe”, en el que tuve la suerte de participar como miembro del Comité Asesor.

La biotecnología en España, desarrollo y expectativas

El desarrollo de la biotecnología en España en estos treinta últimos años ha sido realmente una agradable sorpresa. Se puede hablar hasta de resultados milagrosos. La descripción de esta favorable evolución requeriría al menos la extensión de un libro, tarea muy alejada de los propósitos y límites de este trabajo.

Por ello, aún en contra de mis costumbres, voy a recurrir a un relato sincopado con presentaciones esquemáticas de datos y hechos diversos que justifiquen esa visión optimista, que soporten la idea de éxito.

Hitos de la política científica en relación a la biotecnología

Por una vez, una apuesta española de promoción política por una tecnología no ha experimentado excesivos retrasos con respecto a lo que ocurría en los países avanzados ni ha sufrido graves perturbaciones , aunque no hay que ocultar que el camino ha estado sembrado de peligros y amenazas.

  • Los primeros pasos para tal apuesta por la biotecnología se dieron entre los años 1979 y 1981 con la creación del Ministerio de Universidades e Investigación ( MUI) , del que fue titular Luis González Seara. Este ministerio acometió una importante reorganización del aparato de gestión de la política científica con, entre otras cosas, el establecimiento de algunas figuras de nueva planta para la promoción de la ciencia y para que los avances resultantes se conectaran con el mundo de la empresa. Tal fue el caso de los Programas Nacionales de I+D. En ese periodo ya se planteó la propuesta de un Programa de Agroenergética que no llegó a término.
  • Aprovechando esa figura, el Profesor Federico Mayor Zaragoza, Ministro de Educación y Ciencia, en lo que sería el último Gobierno de Unión de Centro Democrático ( UCD) presidido por Leopoldo Calvo Sotelo, encargó a la elaboración de un Programa Nacional de Biotecnología de la Salud a Francisco Ferrándiz, documento que fue finalizado pero que no se pudo implementar por el breve tiempo que duró ese gobierno.
  • En esos años, 1980-1982, el CSIC bajo la Presidencia de Alejandro Nieto acometió como elemento básico para revitalizar la institución un programa de política científica, entendida como “una racional y sistemática determinación de fines y ordenación de medios".
  • En diciembre de 1982, asumí la Dirección General de Política Científica (DGPC) que, desde la reorganización del MUI, simultaneaba el desempeño de la Secretaría General de la CAICYT ( Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica ) . Se nombró al Prof. Armando Albert como asesor especial para los temas de biotecnología.
  • En 1983, gracias al trabajo de A. Albert, se presenta la candidatura de España al Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIIGB), iniciativa promovida por UNIDO ( United Nations Industrial Development Organization).
  • En 1985 se lanza el Programa Movilizador de Biotecnología, fórmula innovadora que sintetizaba las experiencias anteriores que no llegaron a término. Es digno de destacar la colaboración con el Ministerio de Industria y Energía y su órgano de promoción de la innovación, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) con la fundamental contribución de la Subdirectora de esa institución, la Dra. Regina Revilla.
  • Como uno de los objetivos estratégicos del Plan Movilizador se promueve la creación del Centro Nacional de la Biotecnología sobre la base del proyecto que había sido preparado para el Centro Internacional de UNIDO anteriormente mencionado.
  • Con el primer Plan Nacional de Investigación y Desarrollo Tecnológico (1988-1991), fruto de la Ley de la Ciencia de 1986 (Ley 14 de abril de 1986) , se incluye el Programa Nacional de Biotecnología. Desde entonces, todos los Planes Nacionales de I+D, hasta la reciente puesta en práctica de la Ley de la Ciencia, Tecnología e Innovación.

Activos: Recursos humanos e Infraestructuras

Capital humano

España ha dispuesto y dispone de una comunidad científica de calidad, heredera de la investigación en biología con figuras como la señera de Santiago Ramón y Cajal, el único Premio Nobel en las áreas científico- técnicas, que desarrolló el trabajo en España, con su importante escuela y en menor escala, la de Juan Negrín con quien se formaron Severo Ochoa, el segundo Premio Nobel en tales áreas, aunque el trabajo por el que mereció el galardón lo desarrolló en los Estados Unidos, y Francisco Grande Covián. En la investigación médica de gran tradición cabe mencionar los nombres de Gregorio Marañón, Carlos Jiménez Díaz y José María Segovia de Arana.

Sociedades científicas

Las sociedades científicas han contribuido en las áreas biológicas a la caracterización y reconocimiento de los investigadores y en general a su internacionalización. Entre ellas cabe destacar: la Sociedad Española de Microbiología (1946); la Sociedad Española de Bioquímica ( ahora Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular) fundada en 1963 con el propósito de que fuera comparable a cualquier sociedad de excelencia mundial y en cuya fundación jugaron un papel decisivo Alberto Sols- pionero de la bioquímica y la enzimología en nuestro país-, Severo Ochoa, Jiménez Díaz y Segovia de Arana; la Sociedad Española de Biotecnología( establecida operativamente en 1986 y formalmente en 1989 ).

Infraestructuras: Centros e Institutos

La existencia de laboratorios de calidad internacional se inicia sobre la herencia del Laboratorio de Ramón y Cajal. Se enuncian algunos como ejemplo, con las fechas de su establecimiento entre paréntesis, un dato que ilustra el desarrollo exponencial de estas infraestructuras: Centro de Investigaciones Biológicas ( 1953); Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols ( 1971);Centro de Biología Molecular ( mixto entre el CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid, 1975 , en cuyo proyecto jugó un gran papel Severo Ochoa); Centro Nacional de Biotecnología ( iniciado en 1985, inaugurado en 1992); Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (1998); Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (2005-2006) . Todos ellos ubicados en Madrid.

En Cataluña: Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona (2005); Institut de Recerca Biomèdica de Lleida (2004); Parc de la Recerca Biomèdica con ocho instituciones en su interior; además hay institutos y laboratorios de alto nivel en muchos hospitales de esa región. En Andalucía: IMIBIC (Instituto Maimónides de Investigación Biomédica en Córdoba, según modelo de Instituto Sanitario de Investigación ,2008); en Sevilla, CABIMER (Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina regenerativa, 2006); Instituto de Biomedicina de Sevilla, Edificio IBIS, Hospital Universitario Virgen del Rocío.

ASEBIO, el impulso hacia la formación de un sistema español de biotecnología

Todo este importante capital humano y fijo (infraestructuras) podía quedar en poco si no se conseguía alcanzar el suficiente desarrollo del tejido empresarial necesario para constituir lo que se podría considerar como un sistema español de biotecnología.

La naturaleza transversal y multisectorial de las biotecnologías dificulta de modo notable su clasificación de acuerdo con los tradicionales índices económicos. De hecho, las empresas biotecnológicas se han clasificado, tras una serie de problemas encontrados para su catalogación en función de una serie de parámetros: porcentaje de dedicación de su inversión en I+D a la biotecnología; distribución de la cartera de inversores; porcentaje de los procesos de producción y los productos que se basan en técnicas y soportes biotecnológicos .Esta diferenciación ha conducido a la siguiente clasificación: compañías completamente dedicadas a la biotecnología, compañías parcialmente dedicadas a la biotecnología y compañías usuarias de la biotecnología.

Las empresas enteramente dedicadas a la biotecnología responden al perfil de las empresas definidas como “start ups”- que se generan a partir de investigadores procedentes del ámbito público que se asocian con alguien que aporta capital financiero y con otro socio que asume la gestión de modo profesional, o empresas “spin-offs” ,resultantes de la división o gemación de grandes empresas. Las empresas parcialmente dedicadas a la biotecnología compaginan productos y procesos resultantes de la aplicación de diferentes tecnologías , tal es el caso de compañías farmacéuticas de origen apoyadas en la química , de industrias de la alimentación soportadas por la fermentación y la transformación de alimentos, de compañías del sector químico que han girado hacia el uso de técnicas y productos inspiradas en la biotecnología como el uso de enzimas en detergentes o de producción de enzimas y otras moléculas biológicas, de empresas del sector de la energía. Por su parte, las empresas usuarias de la biotecnología pertenecen a los sectores de la distribución de alimentos, o están en la producción agrícola o en servicios relacionados con la protección ambiental.

Es interesante señalar que esta clasificación se estableció por primera vez como aporte de nuestro equipo de investigación cuando estábamos trabajando en un proyecto europeo sobre European Biotechnology Innovation Systems que fue liderado por Jackeline Senker de la Unidad de Política Científica de la Universidad de Sussex . Posteriormente esta aproximación taxonómica fue discutida y aplicada en el marco de la OCDE en el contexto de la comparación internacional y aplicada igualmente en España por la Fundación Genoma y el Instituto Nacional de estadística (INE).

La creación de ASEBIO

La puesta en marcha de esta Asociación empresarial en 1999, con algunos detalles distintivos respecto a otras patronales como la voluntad de fomentar la creación de empresas , la incorporación como socios adheridos de instituciones públicas de investigación y la creación de un Consejo Científico, que luego se convertiría en Comité Científico que me honro en presidir , fue un factor decisivo para dotar del impulso necesario la creación de empresas completamente dedicadas a la biotecnología (ECDB).

A partir del inicio del siglo XXI , empieza el impulso en la generación de empresas biotecnológicas en España , un modelo de evolución que atrajo la atención europea y que tuve que explicar en diferentes entornos: el de los inversores , en gabinetes jurídicos especializados en derecho mercantil ( patentes), o en proyectos europeos relacionados con la política científica y el cambio tecnológico. Algunos economistas de estos campos se interesaron por el caso de las biotecnologías, aunque esa tensión ha sido menor en España y por eso los trabajos han corrido a cargo de tres instituciones: Fundación Genoma durante diez años hasta su desaparición; ASEBIO que sigue manteniendo esa actividad y sus Informes son el referente para conocer la situación del sistema( resultados integrando los sectores y sus colores: rojo, verde y blanco que pueden verse en www.asebio.com, publicaciones, informes ); estos trabajos de ASEBIO se realizan en colaboración con el INE que por su parte publica anticipadamente los resultados relativos a la inversión – en 2014.

Para ilustrar la influencia de las biotecnologías en la economía española se recogen algunos datos obtenidos en los años de crisis.

  • La cifra de negocios de todas las empresas implicadas en el uso de las biotecnologías ha evolucionado de representar el 2,85% del PIB en 2008 al 7,15% en 2011.
  • La cifra de empleo aumenta en 23,7% hasta alcanzar en 2011 la cifra de 202.250 trabajadores en total según los datos de ese año.
  • El número de patentes identificado en el sistema biotecnológico en 2012, ascendió a 1.064 con un incremento del 15,4 % con respecto al año anterior. Entre los agentes que generan las patentes, destaca el sector empresarial con un 31%, seguido de la Universidad (18%) y de los Organismos Públicos de Investigación (12%). Entre las empresas cabe mencionar a: CIMA, Laboratorios Esteve, Lipotec, Almirall, Inkemia UCT Group.
  • Hay que lamentar sin embargo una caída de la inversión en I+D en un 5,3% por primera vez en los últimos diez años. Un dato que debe hacer reflexionar.
  • El objetivo de la internacionalización se ha cumplido con éxitos importantes en el ámbito de las Ferias como es el caso de BioSpain en España que encara en 2014 su séptima edición, y más recientemente BioLatam en el área latino americana, cuya primera edición fue celebrada con magníficos resultados a finales de 2013.

Datos en I+D en 2012

  • El Instituto Nacional de Estadística ha publicado a finales de 2013, los resultados definitivos de 2012 respecto a los gastos totales en I+D en biotecnología. La inversión en actividades de I+D interna en Biotecnología disminuyó un 3,5 % (alcanzó la cifra de 1.455 millones de euros en 2012) lo supuso un 10,9% del gasto interno total en España en ese ejercicio. El número total de personas que se dedicaron a actividades de I+D en biotecnología , en equivalencia a jornada completa , disminuyó en un 0,7%, un porcentaje mínimo comparado con las caídas en el personal de Organismos Públicos como el CSIC con porcentajes superiores al 10%. El número ascendió a 24.121, cifra que supuso el 11,6% del del total nacional dedicado a actividades de I+ y el 1,4 por mil del total de la población ocupada. Las Comunidades autónomas con mayor esfuerzo inversor en I+D en biotecnología fueron: Cataluña (29,5%), Comunidad de Madrid (26,6%) y Andalucía (10,5%).

Otros datos

  • El año 2014 se ha declarado por el Parlamento español como Año de la biotecnología en España.
  • Otro dato específico que revela el interés de la biotecnología y su impacto en la mejora del bienestar social se recoge en un trabajo, de reciente publicación y que se basa en análisis relacionados con un proyecto de investigación integrado, el proyecto INREDIS. Ese trabajo muestra la influencia de las biotecnologías en la mitigación de la discapacidad. 

Coda

En resumen hay mimbres y argumentos para apostar por las biotecnologías como uno de los pilares para avanzar en un cambio productivo orientado a la reindustrialización y basado en el talento, la investigación y la innovación en conjunción con un adecuado ejercicio de capacidad estratégica.

A este respecto cabe traer a colación unos datos retrospectivos publicados por la Comisión Europea los años 2007 y 2008, cuando la crisis ya abría sus fauces hacia Europa y empezaba a engullir a los países principales víctimas de la burbuja inmobiliaria financiera. Esos datos referentes a la inversión en I+D de las primeras 1000 empresas europeas fueron analizados en sendos editoriales publicados en el Boletín mensual de www.asebio.com y figuran en el libro: E. Muñoz, La economía reclama (inter) disciplina. La biología al rescate, editado por La hoja del monte, Valdemorillo (Madrid), 2013.

A continuación se ofrece un breve extracto de los datos más sobresalientes.

Año 2006

La difícil navegación del barco de la competitividad española en el piélago de los conocimientos científicos y tecnológicos encuentra, no obstante, una isla de esperanza en donde anclar y lanzar sus redes, que tiene que ver precisamente con el espacio transversal que es la biotecnología. En la lista de las 23 empresas españolas, hay por lo menos seis: Almirall, Zeltia, Faes Farma, ENCE, Ebro Puleva y Grifols, que tienen que ver con la biotecnología. La suma invertida en investigación y tecnología por este 25 por ciento de empresas, relacionadas con la biotecnología, supera a la de las empresas del sector de la energía que figuran en la lista de 23, y , con mucho, a la relativa escasa contribución de las empresas constructoras en esa relación.

Año 2007

De los datos a partir de varios índices construidos, se concluye el importante valor de la biotecnología en el ámbito de la I+D empresarial española. El conjunto de empresas con alta relación con la biotecnología da un IRS ( índice de relevancia sectorial)de 1.017, muy cercano al de servicios en computación (1.100, una sola empresa) y al de construcción y materiales (1.035 con tres empresas). La adición de empresas que tienen relación más tenue con la biotecnología, permite a este sector alcanzar de largo la primera posición.

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*Emilio Muñoz es presidente del Comité Científico de ASEBIO y coordinador de la Unidad de investigación en Cultura Científica del CIEMAT, además de expresidente del CSIC.

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