Ideas Propias

La cabeza de la izquierda

Miguel Lorente Ideas Propias

Díaz Ayuso tiene razón, “la homofobia está en la cabeza de la izquierda”, como lo están la violencia de género, la brecha salarial, la discriminación de las mujeres y de las personas vulnerables, la pobreza, la precariedad laboral... y todo lo que forma parte de la injusticia social que el machismo ha construido sobre la desigualdad, y que las posiciones conservadoras han mantenido y conservado a lo largo de la historia hasta nuestros días.

La derecha y la ultraderecha no tienen en la cabeza la violencia machista, por eso rechazaron en 2002 una proposición de ley integral contra ella y tuvimos que esperar hasta 2004 para que se aprobara, y por la misma razón estuvieron en contra del matrimonio homosexual, como lo están de la interrupción voluntaria del embarazo no deseado... Y por eso, ahora no dudan en plantear cambiar la legislación ante una denuncia falsa contra ocho individuos encapuchados que no existen, al tiempo que niegan la violencia contra las mujeres al invisibilizarla dentro de la violencia doméstica, al igual que hace con la violencia dirigida contra las personas LGTBI al declarar que condenan “todas las violencias”, aunque luego se detienen con su condena ante la “violencia independentista”, la “violencia de los MENAs” o toda aquella violencia necesaria para reforzar su ideología. El objetivo siempre es el mismo, que no se vea la mano de los hombres en las agresiones machistas ni en las palabras y decisiones que llevan a ellas.

Para la Presidenta, el estado de derecho debe velar más por las posibles denuncias falsas que por la vida de las mujeres y de las personas LGTBI, pues a pesar de la realidad de estas violencias no pide cambiar la ley para ser más eficaces en su prevención y respuesta, aunque, por ejemplo, este año ya han asesinado a 7 mujeres y a un niño en su comunidad, siendo la segunda con más asesinatos por violencia de género en 2021. Quizás, dado su interés en proteger a quien se ve afectado por acciones no ajustadas a la verdad, lo siguiente que proponga sea crear un hospital para “urgencias falsas” en el que se ingresen a las personas que acudan a los Servicios de Urgencias diciendo que tienen una enfermedad o afección crítica, y luego resulte que no la tienen. Así podrá mandar allí a quienes desde la medicina, enfermería u otra disciplina sanitaria las atiendan, para que no tengan que trabajar bajo la presión de las emergencias.

El diferente posicionamiento ante la realidad da lugar a consecuencias. Y mientras que la izquierda tiene en la cabeza al machismo con el objeto de sacarlo de la sociedad, la derecha lo niega y deja que siga en la sociedad para no tener que meterlo en su cabeza ni tomar conciencia de su realidad, y de ese modo no comprometerse en su erradicación con el fin de no alterar el modelo que tanto poder y privilegios da a quienes asumen los mandatos androcéntricos.

Y como gran parte de esta estrategia de confusión se basa en la manipulación del lenguaje, es bueno acudir al diccionario para entender el significado de lo que sucede al amparo de sus acepciones y expresiones. El diccionario dice que “tener cabeza” es tener “mente, juicio o capacidad de razonar”, elementos que la política de izquierdas demuestra cuando desarrolla iniciativas dirigidas a transformar la realidad de una violencia que asesina de media a 60 mujeres cada año y a 5 niños y niñas, además de todas las otras formas de violencia machista, incluida la dirigida contra las personas LGTBI. En cambio, la política de derechas se basa en decisiones “sin pies ni cabeza”, o sea, fuera de lugar y sin juicio, al pedir legislar sobre la irrealidad de una denuncia contra autores que no existen, intentando hacer pasar la excepcionalidad de las “denuncias falsas” como un problema social.

Lo grave, señora Presidenta, no son las denuncias falsas por una violencia que no ha existido, sino la no denuncia de una violencia real que se silencia bajo unas circunstancias sociales que llevan a que el 80% de las mujeres asesinadas nunca haya denunciado la violencia que termina con sus vidas.

El problema no es tener en la cabeza la situación que se pretende solucionar, el problema es “no tener la cabeza en su sitio”, algo que sucede cuando se está “en misa y repicando”, o cuando se tiene entre la calle Génova y la Puerta del Sol.

Porque ese no tener la cabeza en su sitio, o tenerla en dos lugares a la vez, supone “faltar u ofuscarse la razón”. Y sin razón, las razones que se dan para justificar las acciones que se llevan a cabo sólo son parte de una estrategia falsa que, a diferencia de las denuncias sobre hechos puntuales y contra personas concretas, afectan a toda la sociedad y durante todo el tiempo que conlleva corregirlas. Unas consecuencias especialmente graves en quienes, además, sufren la violencia negada.

Quizás no tenga usted en la cabeza la violencia de género, señora Díaz Ayuso, pero le recuerdo que desde el año 2003 han asesinado en la Comunidad de Madrid a 118 mujeres, lo cual significa el asesinato de una media de 6-7 mujeres cada año, y que desde 2015 también han sido asesinados por sus padres 7 niños y niñas dentro de esta violencia. Sería bueno que, en lugar de fijarse en la cabeza de la izquierda para hablar de su peinado, se fijara en las ideas que hay dentro de ella para acabar con la injusticia social machista que conserva desde hace siglos la violencia contra las mujeres, las personas LGTBI y los grupos vulnerables que no encajan en su modelo. Y ya puestos, también sería muy positivo que aprovechara las reuniones con sus socios de ultraderecha para comentárselo.

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