“Mamitis” y “micromachismo”

La Real Academia Española ha incluido en la nueva versión del diccionario, entre otras, las palabras “mamitis” y “micromachismo”, pero no ha incorporado “papitis” ni “microfeminismo”. Y no ha sido un error ni un olvido.

El propio director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, se ha referido a que “papitis” no se ha incluido porque no está documentada. Y resulta llamativo que se tengan que dar explicaciones sobre por qué cuando se incluye una palabra referente a las mujeres se tienen que dar explicaciones de por qué no se incluye la palabra correspondiente a los hombres. Nunca se han dado cuando se incluía juez, pero no jueza; médico, pero no médica; capitán, pero no capitana… y es que los hombres no soportan que se tomen referencias sobre su condición cuando esta no se percibe en un beneficio, aunque las razones sean objetivas para hacerlo.

“Mamitis” se incorpora por méritos propios bajo el significado de “apego excesivo a la madre”, una situación que demuestra el compromiso y reflejo del amor de las madres y su entrega en los cuidados hacia los hijos e hijas, no siempre acompañado por el de los padres. Los mismos padres que en lugar de trabajar para ejercer una paternidad que como consecuencia del amor y los cuidados pudiera dar lugar a una “papitis”, piden directamente la “custodia compartida” como si el cuidado y la responsabilidad con los hijos e hijas fueran una cuestión biológica y ocasional en lugar de emocional y diaria.

Esa presencia de las madres y de las mujeres en el compromiso con los cuidados y los afectos es la que hace que, tal y como recoge la Macroencuesta de 2019, ante la violencia de género las mujeres que la sufren se lo comenten a otras mujeres, no a hombres. El 36,2% se lo cuenta a la madre, el 25,4% a una hermana, y el 50,7% a una amiga, comprobando que algunas se lo cuentan a más de una de ellas. Los hombres no aparecen, ni padres, ni hermanos ni amigos están presentes en estas ocasiones, lo cual dice mucho del compromiso que muestran y de cómo gestionan los afectos para apoyar y generar confianza en las personas cercanas que necesitan ayuda.

"Algo tendrá el agua cuando la bendicen", y algo tiene la maternidad cuando es capaz de generar un “apego excesivo” y dar lugar a mamitis. Un algo de lo que de momento carece la paternidad por no ser capaz de crear ese “apego”.

Micromachismo” también se incorpora al diccionario como “forma de machismo que se manifiesta en pequeños actos, gestos o expresiones habitualmente inconscientes”, una definición muy gráfica que pone de manifiesto tres ideas:

1. Si existe un “micromachismo” quiere decir que existe un “machismo” que se manifiesta en “actos, gestos y expresiones conscientes”, y existe aunque algunos se empeñan en negarlo para seguir disfrutando de los privilegios que les proporciona, entre ellos el de continuar con una violencia de género acompañada de impunidad, y mantenerse alejados de otras responsabilidades, por ejemplo, del ejercicio de una paternidad responsable y afectiva que pudiera producir “papitis”.

El feminismo no necesita ocultarse ni engañar a nadie, el feminismo es claro y transparente en la búsqueda de la igualdad como núcleo y sustento de la cultura

2. Si la expresión de esos “pequeños actos, gestos o expresiones machistas” se puede llegar a producir de manera inconsciente, quiere decir que los mandatos y referencias que los ocasionan están tan interiorizados que forman parte de la identidad y de la normalidad. Y esa manera de ser y de posicionarse ante la realidad es la que utiliza los mitos, los estereotipos, la tradición y los valores definidos por el machismo macro, o sea, por la cultura androcéntrica, para darle significado a la realidad, algo que ocurre en la sociedad y en todos sus espacios (sanidad, justicia, cultura, educación…)

Pero “habitualmente” no es siempre, por eso los micromachismos también existen de manera consciente para camuflar entre la normalidad creada actos conscientes de control, dominio y sumisión para que no parezcan una conducta machista y así continuar con ella, pero a través de otras formas.

3. Y del mismo modo que existe “mamitis” y no “papitis”, existe “micromachismo” y no “microfeminismo”, porque el feminismo no necesita ocultarse ni engañar a nadie, el feminismo es claro y transparente en la búsqueda de la igualdad como núcleo y sustento de la cultura. Su objetivo no es micro, sino macro; transformar el modelo cultural androcéntrico levantado sobre la desigualdad y la injusticia en una cultura de igualdad y justicia social.

Los hombres tenemos dos opciones, o intentar mantener nuestra mayoría caducada en el tribunal de la normalidad para prolongar un poco más nuestros privilegios levantados sobre la restricción de derechos de las mujeres, con todo el daño que produce esta posición a la convivencia y a la propia democracia; o unirnos a la transformación social a favor de la igualdad liderada y protagonizada por las mujeres y el feminismo.

Y es que también hay una diferencia entre quienes tienen apego a la democracia y los que no lo tienen. Quizás en próximas revisiones del diccionario se incluya “democracitis”.

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Miguel Lorente Acosta es médico y profesor en la Universidad de Granada y fue Delegado del Gobierno para la Violencia de Género.

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