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La decadencia de Rinconete y Cortadillo

David Acosta Arrés

Durante estos días se está hablando de algunas cuestiones que, pese a la importancia que pueda tener para algunos y teniendo en cuenta el reparto de escaños que trajo consigo el voto de la ciudadanía el pasado 23 de julio, no impactan en el devenir diario de la calle. Todo por el bien de la polarización y la particularización del argumentario frentista. Con independencia de quien gane, pierda o la ideología de tu chaqueta.

Los representantes políticos electos e institucionales deben tener en cuenta que su esencia tiene sentido no solo para representar a la gente sino para solucionar los problemas que la sociedad tenga de forma pacífica, equilibrada y consensuada. Unos conflictos económicos, sociales y estamentales que nacen y van cambiando a lo largo de la historia; pero que existen más allá de cuestiones morales o identitarias, que son legítimas pero secundarias.

Siendo miembro de una generación que ha pasado en los últimos quince años por cuatro crisis económicas internacionales (la financiera entre 2008 y 2015, la del covid19, la preinflación después de la apertura de mercados en 2020 y la hiperinflación causada por conflictos bélicos internacionales, y por último la comercial gracias a la escasez de materias primas y energéticas), puedo afirmar que uno de los problemas más graves en España es cultural. Y este afecta directamente a todo lo social y económico. 

Hace veinte años se entendía que, quienes querían elegir tener un futuro mejor, creyéndose eso de que cualquiera podía ascender social y económicamente en la pirámide estamental, optaban por estudiar en la universidad. Y así lo hicimos muchos. Pero lo que no entendimos es que, a diferencia de otros países europeos, en España, más allá de la preponderancia de un sector u otro económico, si quieres tener un buen trabajo debes "conocer a alguien" o tener la suerte de que te toque la lotería.

Más allá de la economización y destrucción viral de las ciencias sociales, es algo puramente empírico; hablando un poco de mi sector formativo, el mundo empresarial empezó a inocular en el inconsciente de la academia la tesis de que era necesario deshumanizar la formación público- privada. Por esta misma cuestión, y no viene de ahora, desde 2004 en algunas Comunidades Autónomas se elegía entre Historia y Filosofía en Selectividad; o durante la última década, la Filosofía, la Literatura, la Historia, el Arte, la Sociología o la Macroeconomía se deshilaban frente a asignaturas cada vez más centradas en lo económicamente más funcional y comercial para el sistema laboral micro: Como por ejemplo la creación de la asignatura "Economía de la Empresa". Si no eres emprendedor, no tienes futuro.

No puedes acceder a un empleo digno que se ajuste a tu formación, no porque no lo haya, sino porque una de las condiciones que debes cumplir para el acceso es tener "conocidos" o "amigos" influyentes

En paralelo, cada vez se construyen más barreras de entrada y salida para estudiar un máster o doctorado. Pasa lo mismo para opositar. Necesitas no solo pedir una beca, sino tener bolsillo extra para pagarte cursos externos. Personalmente, puedo afirmar que si hoy intentara acceder a la universidad no podría, y si no fuera anteriormente por la política de becas de Presidentes como Zapatero, hoy mucha gente como yo no tendría formación universitaria.

Otra cuestión viene dada por la selva, de verdad, que representa hoy el sector laboral en cualquier ámbito productivo. No puedes acceder a un empleo digno que se ajuste a tu formación, no porque no lo haya, sino porque una de las condiciones que debes cumplir para el acceso es tener "conocidos" o "amigos" influyentes. El enchufismo prestamista del pícaro españolito de a pie. No crean que esta fórmula tiene que ver con la acción pública u orgánica de los políticos solamente, tiene relación con cada una de las ramificaciones de la estructura socioeconómica de nuestra sociedad mediterránea.

¿Se acuerdan cuando hace una década se hablaba de fuga de cerebros, del país de camareros o de la multiplicación de los "nini"? Esta crisis no solo fue causada por los recortes presupuestarios masivos de los gobiernos de Mariano Rajoy, no solo afectó la Ley Wert que impidió estudiar a los más humildes, no solo la Reforma Laboral de 2012 precarizó aún más el mundo del trabajo; sino que este contexto fue aprovechado por el mercado para ensalzar la cultura del patrio pícaro.

¿Se acuerdan de la masificación de anuncios de empleo que te vendían un trabajo pero en realidad representaban estafas piramidales enmascaradas de empleos como falsos autónomos (comerciales a puerta fría)?

Y de repente, en plena crisis social, surgieron casos de corrupción generalizada, negocio de grandes amiguetes y chiringuitos públicos. Sin embargo poco se hablaba del mundo subterráneo empresarial. Cómo accedían a contratar, en negro o por horas, a trabajadores que no podían denunciar condiciones laborales esclavistas por necesidad debido a la eterna crisis económica. Hoy, estos mismos empresarios se quejan porque tienen dificultades para encontrar a "buenos profesionales".

De hidalgos escuderos y de Cofradías de Monipodio se llena nuestra más querida patria desde hace centurias. Y pese a los avances de los sistemas políticos democráticos, no hemos logrado dejar a un lado este estigma que hace no solo del conflicto estéril un axioma social, sino un velo que impide ver lo verdaderamente importante.

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David Acosta Arrés es Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Granada (UGR).

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