Las falacias de las leyes de la 'Concordia'

Ángel Viviente Core y Acacio Puig Mediavilla

Tras el establecimiento de los gobiernos de PP-VOX en diversas Comunidades, algunos de ellos han iniciado un proceso consistente en tirar por tierra lo que hasta el momento se había ido consiguiendo, con muchas dificultades, esfuerzo y tras muchos años, por las asociaciones memorialistas.

Estas componendas de la derecha y ultraderecha representadas por PP-VOX ahora intentan implementar, mediante las llamadas Leyes de Concordia, el blanqueo del franquismo, sus prácticas de terrorismo de Estado durante muchos años y, como consecuencia, la destrucción del movimiento memorialista.

Las legislaciones de Concordia, aprobadas en Aragón y ya presentadas a trámite parlamentario en la Comunitat Valenciana y el pasado 26 de marzo en las cortes de Castilla y León, suponen una regresión de toda índole frente a los tímidos avances que supusieron la ley Zapatero de 2007 y la vigente Ley estatal de Memoria Democrática. Dado que todos los textos conocidos hasta ahora se ajustan al mismo patrón ideológico, probablemente acordado al nivel de las cúpulas de estos partidos, utilizaremos el presentado en marzo en CyL para discernir en estas notas los contenidos que creemos esenciales en las llamadas Leyes de Concordia y sus amenazas reaccionarias.

A) Una Exposición de Motivos liquidadora de la Verdad e ilustrada por los Títulos posteriores

La Exposición de Motivos resume las claves liquidadoras de los principios de Verdad, Justicia y Reparación por los que viene combatiendo durante años el conjunto del Movimiento Memorialista y los contradice de modo tan flagrante que el Gobierno, lento en implementar la Ley de Memoria Democrática, anuncia recurrirla ante el Tribunal Constitucional.

Los meticulosos estudios de solventes historiadores españoles e internacionales, las exhumaciones realizadas y las pendientes, los anales del exilio político sufrido por más de 500.000 personas, las múltiples gestiones ante la justicia argentina realizadas por CEAQUA, así como las sucesivas y reiteradas declaraciones del Relator de Derechos Humanos de la ONU para España, permiten levantar acta de la prolongada defenestración de todos aquellos que no comulgaban con las ideas de los golpistas sublevados (expropiaciones ilícitas, campos de concentración, cárceles, asesinatos, torturas, robo de bebés, persecución de disidencias sexuales, etc.) y de sus responsables: la dictadura franquista y sus aparatos de Estado (judiciales, militares, policiales y religiosos).

Poner en cuestión la veracidad de esos datos, afirmando que “nunca ha habido un relato consensuado entre historiadores ni ciudadanos” es simple expresión de un cinismo negacionista y criminal. La Exposición de Motivos confirma que, ni los verdugos ni sus descendientes políticos, aceptarán ante sus víctimas que ellos lo fueron. Difícil pues hablar de “un relato ciudadano consensuado”.

Las viejas generaciones conservamos un vivo recuerdo de centros escolares en los que la jornada se abría cantando el himno de Falange

Afirma la Exposición de Motivos que “la Guerra Civil llevó al paroxismo dinámicas de enfrentamiento de años anteriores”, pero obvia preguntarse por el origen de “los enfrentamientos”, que no fue otro que la sobre-explotación de trabajadores de la ciudad y el campo por empresarios depredadores y terratenientes por derecho divino, amparados por monarquías borbónicas corruptas, embarcadas en sangrientas empresas bélicas coloniales y regímenes de censura y persecución de partidos y sindicatos y que concluyeron con un golpe de Estado, con la muy larga dictadura franquista y su herencia posterior y todo ello para mantener la situación anterior al periodo de la República. En esta Exposición de Motivos, en todo momento se oculta en esa “Guerra Civil” (ya sustituido el término por Guerra de España en la Ley de Memoria Democrática) la entidad del golpe de Estado militar contra la legalidad democrática republicana y el combate desigual entre el pueblo español contra las bandas fascistas y el militarismo reaccionario que contó con la inmensa ayuda militar y financiera del nazismo alemán y el fascismo italiano.

Siniestra y ridícula resulta la afirmación en esta Exposición de que “las nuevas generaciones han recibido una visión sesgada” de aquellos tiempos. Eso sí que es del todo cierto (no en el sentido que lo dice la Ley), porque las viejas generaciones conservamos un vivo recuerdo de centros escolares en los que la jornada se abría cantando el himno de Falange, junto a generaciones intelectualmente masacradas por la llamada “Formación del Espíritu Nacional”, la historia de “la Cruzada”, la serenata sobre “conspiraciones judeo-masónicas y contubernios” y las loas al Caudillo Francisco Franco, que lo era “por la gracia de Dios”.

Las generaciones escolarizadas después, a partir de la Transición, fueron víctimas, y siguen siéndolo en gran medida, del olvido pactado entre los primeros gobiernos del PSOE y el PP y así ha sido hasta hoy: no hay tiempo en las escuelas para llegar a la historia contemporánea, los libros de texto son ambiguos, “equidistantes”, el profesorado carece de la formación adecuada y no llega al final del currículo. En efecto, las enseñanzas desgraciadamente siguen siendo sesgadas, pero no en el sentido que afirma la ultraderecha.

Y algo más sobre el enfoque “educativo” reclamado por PP y VOX. Resulta alarmante la voluntad de penetración doctrinario-negacionista que apunta el Capítulo II del Título II de la propuesta de ley referente a la “atención a Universidades, Fundaciones y Centros de Estudios de Concordia”. Una atención evidentemente situada en lógica de compra de voluntades a golpe de dinero y de montaje de chiringuitos (asociativos o centros de estudios) afines al blanqueo del franquismo. Atención que es simultáneamente excluyente de las asociaciones no afines, es decir de la pléyade de asociaciones memorialistas existentes, apegadas a la paciente tarea de desvelar la represión sufrida en cada territorio y la puesta en valor de la lucha antifranquista desarrollada por sucesivas generaciones de luchadores por las libertades.

B) Otros contenidos de la llamada Concordia

La Constitución como escapulario protector. La Exposición de Motivos subraya el papel de la Constitución de 1978 porque “consagró la Concordia”. Poco les importa la inexistencia entonces de un auténtico Proceso Constituyente, la aceptación de la forma de Estado monárquica dictada por el franquismo, la vulnerabilidad de los derechos sociales establecidos en ámbitos como vivienda, salud, educación (que no eran garantistas) y de los derechos políticos básicos (desde la ley Mordaza a la imposición de abusivos servicios mínimos que quebrantan el derecho de huelga). Poco les importa la fragilidad de los derechos específicos de la mujer, que en su momento amenazó la ley antiaborto prevista por Ruiz Gallardón (PP) y una Constitución que tampoco garantizaba la neutralidad militar del país, fatalmente concluida con la incorporación de España en la OTAN, tras un referéndum que en su primer punto prohibía expresamente la entrada en su Estructura Militar y que posteriormente se saltó sin ninguna consecuencia.

Del derecho a enterrar restos de víctimas, pero sin explicar contexto ni quiénes fueron sus verdugos. En nombre de la Concordia se suprime la Historia. El artículo 4 del Título II proclama la “defensa de la dignidad de todas las víctimas”, pero sin velar por la contextualización histórica de los asesinatos, las razones por las que se masacró a las personas no afines al régimen franco-fascista y utilizando la “protección de datos” (en el mismo Título II) como camuflaje de la identidad de sus verdugos.

En consecuencia y a favor de esa descontextualización de la política, el Título III determina que además de las medidas que adopte la Administración, la solicitud de exhumaciones se adjudica (Artículo 13) a familiares y “entidades vinculadas a la concordia”. Nueva trampa considerando la parálisis de exhumaciones a cargo del Estado que fue la marca del gobierno Rajoy y que no existen las citadas entidades vinculadas a la Concordia. Pero al tiempo, se excluye a las asociaciones vinculadas a la Verdad Histórica, las asociaciones memorialistas y su arduo trabajo de localización, denuncia, contextualización y levantamiento de Memoriales, labores que constituyen los auténticos hitos de recuperación de la Verdad, la exigencia de la Justicia y Reparación y son la base de la educación en valores.

Las generaciones escolarizadas después, a partir de la Transición, fueron víctimas, y siguen siéndolo en gran medida, del olvido pactado entre los primeros gobiernos del PSOE y el PP y así ha sido hasta hoy

Investigación, archivos y exhumaciones

Sobre esa “filosofía” se declara la voluntad de promover (Capítulo III, del Título II) el “Mapa de fosas, la recuperación de restos y el acceso a documentos relacionados con la Concordia”. La historia de todo ello demuestra la falacia de esa “voluntad”. El Mapa de fosas se ocultó en denodado forcejeo con testigos y asociaciones memorialistas. La recuperación de restos, mucho tiempo paralizada, ha debido recurrir con frecuencia a la suscripción popular y no existen documentos “relacionados con la concordia” porque solo existen los Archivos relacionados con hechos y, en lo fundamental, su acceso ha sido obstaculizado, cuando no negado, por jueces, funcionarios franquistas y por leyes obsoletas y encubridoras, como la vigente Ley de Secretos Oficiales de 1968.

Y qué decir del Título III y la supuesta Asunción por la Administración de Castilla y León de los gastos derivados de análisis genético y comparativo de ADN”, cuando la subvención de 25.000 euros para esos fines, que ya había aprobado el anterior Ayuntamiento de Burgos (PSOE), ha sido suprimida por la nueva corporación PP-VOX.

El invento de la Comisión de Exhumaciones dependiente de la Consejería de 'Concordia'.

El último Título (el Título IV) de esta propuesta de Ley esboza una arquitectura ideológica tecnocrática y por ello presentada como “basada en criterios técnicos”. Una Comisión llena de funcionarios (de confianza) porque sus criterios técnicos deben ser acordes con una Comisión de Concordia y el invento de la tal “Consejería de Concordia”. Lo fundamental es que no tenga acceso a las exhumaciones el movimiento memorialista y que sea el inexistente tejido asociativo de “concordia”, el que haga fácil exhumar a quiénes y cómo.

En lo referente a técnica y permisos de exhumaciones, autorizaciones administrativas, solicitudes a entidades locales, presentación de estas, acceso a los terrenos (Título III) etc, concluye en el Título IV con la Disposición derogatoria de los mínimos memorialistas aprobados bajo la presidencia de Herrera (PP) y deja manos libres a la aún inexistente Consejería de Concordia para aplicar y regular los elementos de la ley a partir de su entrada en vigor.

En definitiva, unas Leyes de Concordia que no hacen sino mantener la situación vivida durante tanto tiempo y que deja en el olvido, y en el ninguneo más absoluto y escandaloso, todo lo conseguido durante los últimos años y, por tanto, a las Asociaciones Memorialistas que lo sacaron adelante.

__________________________

Angel Viviente Core es miembro de la Sociedad de Amigos de infoLibre y del Colectivo de Pensamiento y Debate Crítico

Acacio Puig Mediavilla es artista plástico, miembro de la Asociación Memorialista En Medio de Abril y miembro del Colectivo LoQueSomos

Más sobre este tema
stats