El negocio de los antígenos y la Junta de Castilla y León

Javier Alfonso Cendón

"Lo bien hecho, bien parece". Pero cuando un desnortado gobierno vuelve a condenar a la sanidad pública y a sus profesionales para beneficiar a su red clientelar, anteponiendo los intereses de unos pocos sobre los del bien común, emerge lo peor de la política, y el Partido Popular en la Junta de Castilla y León lo ha vuelto a hacer.

El Gobierno en funciones de Mañueco ha adjudicado hace unos días a tres empresas, CSM, Ambuibérica y Biorama, los contratos de emergencia para realizar cribados con test de antígenos. La primera falta de respeto hacia nuestro sistema sanitario es haber entregado, de nuevo y como ya nos tienen acostumbrados, la función a manos privadas. Porque no están preparados, porque durante la pandemia no han sabido proteger a las personas y ahora, en esta sexta ola, no se ven capaces de gestionar la demanda.

La Junta de Castilla y León, lejos de reforzar la asistencia, en vez de incrementar personal y recursos en la sanidad pública, ha preferido homenajear a algunos de sus amigos para darles una buena despedida de año con un jugoso contrato. Porque lo más vergonzoso es que dos de estas compañías pertenecen a excargos del Partido Popular. En concreto Ambuibérica, concesionaria también del transporte sanitario en Castilla y León, con numerosas sentencias en contra, y Biorama Guijuelo SL. El fundador de la primera fue alcalde de Mayorga (Valladolid) y diputado provincial; en cuanto a la segunda, está administrada por el que fue alcalde de Guijuelo (Salamanca) y procurador en las Cortes de Castilla y León durante 11 años.

Se trata de una nueva artimaña inoportuna e irresponsable, un ejemplo más de la codicia con la que gobiernan los políticos del PP, que se aprovechan de una situación límite para sacar rédito personal.

La Junta de Castilla y León, lejos de reforzar la asistencia, en vez de incrementar personal y recursos en la sanidad pública, ha preferido homenajear a algunos de sus amigos para darles una buena despedida de año con un jugoso contrato

A pesar de que el Gobierno de la Junta se haya excusado alegando que los contratos de emergencia se realizan conforme a criterios de disponibilidad inmediata y experiencia, y sin criterios de inclusión o exclusión por la actividad política de sus propietarios, la evidencia expone que se trata de una acción deplorable. Con los contagios descontrolados, el Gobierno de Mañueco nos demuestra una vez más que continúa con sus tretas caciquiles y clientelares, sigue abandonando a los habitantes de Castilla y de León a golpe de privatización en un momento tan delicado.

Un análisis serio de la situación demuestra la dejación de funciones de un derecho constitucional como es la sanidad. La Junta de Castilla y León ha sido y sigue siendo negligente en su gestión sanitaria, tanto con los trabajadores como con los pacientes. Están desmantelando la sanidad pública, no cogen el teléfono, muchas personas no obtienen un diagnóstico, y en plena sexta ola, con los contagios descontrolados, gracias a que Mañueco ha privatizado los test de antígenos, los castellanos y los leoneses tenemos que hacer colas de más de tres horas bajo el frío y la lluvia.

Los profesionales sanitarios están totalmente saturados y las listas de espera siguen creciendo, pero, ante esto, desde la atalaya el PP sigue repartiendo negocio entre sus conocidos, en su red clientelar, una táctica de amiguismos que la derecha bien conoce, regalando oportunidades entre su círculo en vez de preocuparse por la salud de las personas y por avanzar en la recuperación de una tierra tan falta de oportunidades.

Ni siquiera la excusa del refranero español, "quien mucho abarca poco aprieta" podría cubrirles las espaldas, porque su trabajo, la dedicación que muestra la Junta por Castilla y por León, es nula. Son ya 35 años de régimen del PP, decadentes, y que han caducado por falta de iniciativas, de trabajo, de eficacia en la elaboración de políticas destinadas al bien común, a la sanidad, a la educación, a los servicios sociales.

Pero la alternativa está cerca, y la rueda de política rancia del Partido Popular se romperá el día 13 de febrero. La decencia volverá a Castilla y León con Luis Tudanca. El cambio justo y necesario que las personas de la Comunidad necesitan para apostar por un gobierno basado en la dignidad. "No hay mejor herencia que trabajo y diligencia", y los socialistas estamos más preparados que nunca, más fuertes y motivados, compartiendo el logro con una sociedad ilusionada y dispuesta a renovarse pensando en el futuro.

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Javier Alfonso Cendón es diputado por León y portavoz de Ciencia del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados.

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