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La PAC, éxito o engaño

Alejandro Alonso Núñez

Los agricultores europeos, capitaneados por los franceses, se han lanzado a la calle a reivindicar un cambio en las políticas agrarias. Dicen que no pueden más y quizá tengan razón. Al escucharles, lo que transmiten es un clamor de indignación por lo que consideran una situación injusta y que está llevando a la ruina a muchos de ellos, los agricultores profesionales no aguantan más y creo que no va a ser fácil que vuelvan tranquilos a sus explotaciones. Yo creo que en este caso los agricultores españoles junto con sus colegas europeos se manifiestan porque se consideran engañados por los responsables de la política agraria. 

En los últimos años hemos ido asistiendo a sucesivas reformas de la Política Agraria Europea (PAC) y en todos los casos los ministros de Agricultura de derechas y de izquierdas han vuelto de Bruselas, después de la correspondiente negociación, alardeando del éxito de las mismas. ¿Era un éxito o un fracaso? Voy a explicarlo.

Durante las sucesivas negociaciones de la PAC, que de hecho son largas y muy complejas, la comunicación se ha reducido a dar por bueno el resultado si conseguíamos mantener la ficha financiera. Con ese planteamiento, para la Comisión su estrategia ha sido siempre fácil: “amenazar con una reducción drástica de las ayudas para finalmente asegurar el cheque para cada uno de los países miembros”, pero la realidad es que el problema no está en “los dineros de la PAC”, sino en la letra pequeña de los acuerdos, los reglamentos que desarrollan la nueva política.

¿Dónde está el engaño entonces? Pues es bien sencillo. La Comisión ha aceptado mantener el volumen de las ayudas agrarias a cambio de introducir sus dos principios inspiradores de toda su estrategia. Endurecer las normas ambientales y abrir los mercados para permitir los acuerdos con países terceros. A los agricultores y ganaderos les calla la boca con las ayudas de la PAC (reciben más del 30% del presupuesto europeo) y a los ambientalistas y defensores del libre comercio les da gusto con los distintos reglamentos que se van publicando.

La concentración de propiedad que se está produciendo es muy preocupante. España sigue siendo una potencia europea en producción agrícola y ganadera, pero de facto se está produciendo una reconversión del sector a costa de los más pequeños

Por otra parte, en todas las negociaciones se promete una simplificación de la PAC y la realidad es que los agricultores y ganaderos cada vez tienen que soportar más carga burocrática. Pero para ver si esta PAC es buena o mala para los agricultores hay que hacer un análisis más minucioso y en este ámbito hay que hacerlo por el tamaño de las explotaciones. Lo que vemos es que las microexplotaciones ya fueron expulsadas del sistema por la propia PAC, las explotaciones medianas y pequeñas no paran de desaparecer y las grandes explotaciones van adquiriendo cada vez más dimensión acaparando los medios de producción (tierras y ganado) que abandonan las explotaciones familiares.

Desde mi punto de vista, este modelo europeo de agricultura solo beneficia a las grandes explotaciones que tienen dimensión y equipos técnicos y económicos para dar respuesta a todos los requerimientos. La concentración de propiedad que se está produciendo es muy preocupante. España sigue siendo una potencia europea en producción agrícola y ganadera, pero de facto se está produciendo una reconversión del sector a costa de los más pequeños. Los Gobiernos de la Unión Europea y de cada uno de los países con potencial agrario tienen la palabra, algo tienen que hacer, pero no les va a ser fácil calmar tanto descontento.

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Alejandro Alonso Núñez es exdiputado y exportavoz de Agricultura del PSOE en el Congreso.

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