La relevancia del 40º aniversario del Tratado de Spinelli: federalismo intergubernamental

Francisco Aldecoa

He tenido oportunidad de estar en la isla de Ventotene (Italia) para celebrar el 40º aniversario del denominado Proyecto de Tratado de la Unión Europea de Spinelli, del día 14 de febrero de 1984. ¿Por qué lo celebramos en Ventotene? Porque allí, Spinelli, en el islote de San Stefano, redactó la primera declaración federalista en 1941, mientras estaba preso por su resistencia antifascista. Además, es donde se encuentra enterrado. El Proyecto de Tratado de 1984 supuso una importante fecha, que desde entonces hemos venido celebrando con muchísimo relieve. Tan es así, que yo mismo escribí un libro titulado La Unión Europea y la reforma de la comunidad, publicado en Madrid, siglo XXI, en 1985, en el que se señalaba la importancia que tenía dicho acuerdo y en donde avanzaba la relevancia que iba a tener en el futuro.

El acuerdo del 14 de febrero fue posible debido a que, en 1979, se celebró por vez primera la elección directa al Parlamento Europeo por sufragio universal, lo cual significó que los parlamentarios así elegidos se sintieron con la legitimidad originaria de poder transformar la comunidad europea de naturaleza económica en una unión de naturaleza política. Desde mi punto de vista, a partir de ese momento se produce una inflexión en la construcción europea, donde se inicia un nuevo modelo de construcción comunitaria: el federalismo intergubernamental. Es una inspiración diferente a la que caracterizaba el esquema intergubernamental comunitaria de los años 70 y 80.

El proyecto del Tratado de 1984 fue de vital relevancia, ya que reconoce la naturaleza democrática de la Unión, respetando y promoviendo los valores y derechos humanos. Establece el respeto al acervo comunitario, es decir, al conjunto de actos normativos de las instituciones de la Comunidad Europea de entonces. Reconoce la primacía del derecho de la Unión sobre el derecho de los estados miembros, establece la participación real de los ciudadanos en la decisión y el acercamiento de esta a la vida de aquellos. Además, como ya señalaba el mismo Virgilio Dastoli, quien jugó un papel importante en la redacción de ese proyecto, la Unión se realizaría gradualmente, con un largo periodo transitorio, que tendría diversas fases en la consecución de los objetivos de la misma

El proyecto del Tratado de 1984 fue de vital relevancia, ya que reconoce la naturaleza democrática de la Unión, respetando y promoviendo los valores y derechos humanos

El acuerdo se aprobó por una gran mayoría de diputados, votaron a favor 237 parlamentarios, que eran el conjunto de los parlamentarios del Partido Popular Europeo y el Grupo Liberal y Democrático, exceptuando a los miembros daneses y la mayoría de los demócratas europeos que participaron en la votación. La sorpresa vino de estos últimos, ya que 24 de sus miembros británicos aprobaron el proyecto cuando se habían abstenido en septiembre del 83 sobre la resolución concerniente al anteproyecto. La mayoría del grupo socialista se declaró a favor del proyecto y también dieron su aprobación, exceptuando a los miembros daneses y los parlamentarios de grupos independientes y no inscritos. 

Con esta aprobación, el proyecto adquiere una nueva dimensión, ya que incorpora la legitimidad democrática que el Parlamento Europeo, elegido por sufragio universal directo, le otorga en representación de la soberanía popular europea. Desde ese momento, el Proyecto de Tratado de la Unión Europea es algo más que un proyecto en la medida que representa a las aspiraciones del pueblo europeo, expresadas a través de sus representantes legítimamente elegidos. Con ello, se inicia el proceso de mutación, de cambio de naturaleza de la comunidad europea en Unión Europea y será a través de esa primera legislatura.

Como es sabido, los Estados Miembros no aceptaron la vigencia de este tratado y sólo propusieron en el Consejo Europeo de Milán, en 1985, la convocatoria de una conferencia para recoger algunas de las ideas del Tratado a través de lo que después fue el Acta Única. Sin embargo, a pesar de que supuso un avance la vigencia del Acta Única desde 1987, esto no fue suficiente. Y como consecuencia de los cambios en Europa y en el mundo a partir de la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989, la Unión Europea se dio cuenta de que, para hacer frente a las nuevas responsabilidades que dejaba la disolución de la URSS y la desaparición del bloque socialista, entre otros factores, necesitaban elaborar un nuevo tratado. 

Este sería el Tratado de Maastricht de 1992, el Tratado de la Unión Europea, que se va a basar en gran medida en el Proyecto de Tratado de la Unión Europea de 1984 ya que el mismo recoge en gran medida los aspectos fundamentales de aquel proyecto, que son: su naturaleza política, el refuerzo de las instituciones y especialmente del parlamento, la mejora del procedimiento de decisión, la creación del mercado interior, la puesta en marcha de la Unión Económica y Monetaria, el desarrollo de una cierta Política Común De Seguridad y Defensa, el nacimiento del concepto de la “ciudadanía”, entre otros muchos aspectos.

Por ello, al celebrar ahora el 40 aniversario de aquel importante proyecto de Tratado, debemos comprometernos a continuar los avances de las reformas necesarias para conseguir una autentica federación. El primer paso será la constitución de la Tercera Convención Europea, como aprobó el Parlamento Europeo en noviembre. Si esto no es posible, habrá que tener en cuenta el significado del Proyecto de Tratado del 84, y que el propio parlamento europeo en la Xª legislatura elabore un proyecto de tratado que recoja las necesidades básicas de la Unión Europea hoy en día, como ocurrió en el 84 con una visión federalista.

Sean mis últimas palabras para reivindicar una vez más la figura de Altiero Spinelli, como luchador en la resistencia antifascista, como federalista militante y creador de diversos movimientos europeístas, como profesor universitario, como asesor en el Ministerio de Asuntos Exteriores en la República Italiana, como comisario en la Comunidad Europea y como presidente de la Comisión Institucional del Parlamento Europeo, que es donde nace el proyecto de Tratado, del que celebramos el 40º aniversario. 

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Francisco Aldecoa es presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo y catedrático de Relaciones Internacionales de la UCM.

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