Más de 26.000 madrileños no tienen médico de referencia en su ambulatorio desde antes de la pandemia

Entrada al Centro de Salud Abrantes, en el distrito madrileño de Carabanchel.

En la madrileña calle Totanes, situada en el distrito de Villaverde, se alza rodeado de bloques blancos un edificio rojizo de cinco plantas. Se trata del Centro de Salud Los Ángeles, que da cobertura a una zona con casi 33.000 personas censadas, un 25% mayores de 65 años. Cada cierto tiempo, centenares de personas se encargan de completar la fotografía. Lo hacen con carteles y pancartas. Exigen que se acabe con el maltrato a la sanidad pública. Y que se dote al ambulatorio de más medios materiales y personales. "No hay médicos", se queja Lara, una vecina del barrio que ve cómo la cita más temprana que puede coger con el doctor –y no es el suyo de referencia– es para dentro de dos semanas. No es algo nuevo. De hecho, en el centro hay puestos de médicos de familia sin cubrir desde antes de la pandemia.

Este no es un problema que afecte exclusivamente a dicho barrio ubicado al sur de la capital. Ni mucho menos. Más de 26.000 madrileños están vinculados a una plaza de médico de familia cuyo profesional se encuentra de baja y sin sustituto desde antes de que el coronavirus alterase nuestra forma de vida. Son datos oficiales que el Ejecutivo regional ha facilitado al Grupo Parlamentario de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid. Lo ha hecho en respuesta a una petición de información formulada por la diputada Vanessa Lillo, quien a comienzos de noviembre solicitó datos sobre el número total de pacientes asignados a cada CIAS de Médico de Familia "cuya plaza está sin suplente y con ausencia superior a tres meses del profesional asignado a dicha plaza".

El Código de Identificación Autonómica Sanitaria (CIAS) viene a ser la huella dactilar de un determinado puesto de trabajo estructural en Atención Primaria, ya sea como médico de familia, como pediatra, como enfermero o como auxiliar administrativo. Integrado por diez dígitos y una letra de control, el número identifica la región, el área sanitaria, la zona básica de salud, la especialidad y el puesto. Hay que tener claro que este código no define a una persona concreta, sino más bien a una plaza, que tiene asignada a una población específica de un determinado barrio o municipio. Es decir, que si ese sanitario se desplaza o se jubila y es sustituido por otro, este último tendrá exactamente la misma cifra que dejó el primero.

El Ejecutivo, en su respuesta a la parlamentaria, pone sobre la mesa 168 puestos que han tenido ausencias superiores a tres meses sin suplir –un problema que en 75 casos ya ha sido resuelto–. Pero no solo eso. Hay veintisiete, con una población asignada total de 26.587 personas, que llevan en esta situación desde antes incluso de que estallase la crisis sanitaria.

Agujeros desde hace más de dos años

Solo en un par de casos, ambos del Centro de Salud Los Ángeles, la plaza está desierta desde los primeros compases –enero y febrero– de 2020. En la mayoría, el agujero lleva ya varios años. En Los Yébenes, ubicado en el barrio de Aluche, hay un puesto así desde 2019, al igual que en Isabel II (Parla) o Carmen Calzado (Alcalá de Henares). Y desde 2018 en los centros de salud Santa Isabel (Leganés), San Blas (Parla) o Abrantes, ubicado en el distrito de Carabanchel y con una población asignada a dicho CIAS de 1.435 personas.

Pero hay casos mucho más sangrantes. En el consultorio local de Villaconejos, 878 vecinos están vinculados a un puesto de médico de familia sin profesional y sin suplente desde septiembre de 2016. En el de Carabanchel Alto, 1.064 personas están en la misma situación desde agosto de 2015, hace más de seis años. Pero no hay nada comparable con uno de los datos aportados por el Ejecutivo regional. En el centro de salud El Bercial, que se encuentra en el municipio de Getafe, consta una plaza desierta de pediatra desde hace casi tres décadas. La ausencia se registró en diciembre de 1993. Absolutamente todos estos puestos recogidos por el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso y facilitados a Unidas Podemos pertenecen al turno de tarde.

El hecho de que un centro de salud no tenga cubiertas estas plazas no implica que toda la población asignada a las mismas no reciba atención sanitaria. Esos cupos pueden ser repartidos entre el resto del equipo, que ya de por sí tienen agendas con decenas y decenas de citas. "Los pacientes de esas consultas que no tienen médico son vistos de manera puntual como 'reparto' por médicos de consultas contiguas", explicaban antes de verano varios facultativos a este diario. Y si no hay manos, se reorganiza la atención de forma que aquellas personas que necesitan ser vistas sin demora sean derivadas a otros centros de salud. Sea como sea, todo eso se traduce en una sobrecarga para el resto de profesionales, lo que al final termina repercutiendo en la calidad de la asistencia.

El 56% en los distritos con la renta más baja

El 45,2% de los puestos estructurales que señala el Ejecutivo madrileño contabiliza que han estado vacíos durante más de tres meses se encontraban en la capital. En concreto, repartidos entre 46 centros de salud diferentes, de los cuales 26 –el 56%– estaban ubicados en los distritos con rentas más bajas de toda la ciudad: nueve en Puente de Vallecas, seis en Carabanchel, cuatro en Villaverde, tres en Usera y dos en Villa de Vallecas. El resto, se alzan repartidos en Centro, Moratalaz, Barajas, Chamberí, Tetuán, Arganzuela, San Blas-Canillejas, Latina y Hortaleza.

De todos ellos, el caso más sangrante es el de Abrantes. En este ambulatorio, ubicado en Carabanchel, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso recoge hasta media docena de puestos que han estado completamente desiertos, con una población asignada de casi 9.000 personas. Le sigue Los Ángeles y San Fermín –en Villaverde–, con siete y cuatro plazas de médico de familia en la misma situación.

Más sobre este tema
stats