28A | Elecciones generales

Casi 690.000 votos de Vox y 588.000 de Unidas Podemos quedaron sin representación el 28A

El líder de Vox, Santiago Abascal, votando el domingo.

Pese a que no fue determinante para los resultados finales, el sistema electoral volvió a hacer de las suyas en las elecciones generales del domingo, cuando prácticamente el 10% de los españoles que se acercaron a las urnas vieron como su voto era desperdiciado porque su opción política no obtenía representación en su circunscripción. Fueron dos las formaciones especialmente perjudicadas por esta circunstancia: Unidas Podemos y Vox, que sumaron 587.996 y 689.066 papeletas, respectivamente, que no se convirtieron en escaño.

La crueldad del sistema electoral para con las fuerzas pequeñas y su tendencia a primar la concentración del voto, especialmente en las circunscripciones menos pobladas, se vio exacerbada en los primeros comicios generales en los que concurrieron cinco fuerzas políticas fuertes a escala nacional: PSOE, PP, Ciudadanos, Unidas Podemos y Vox. Y estas dos últimas fueron sin duda las más perjudicadas, a tenor de los datos. De los más de 26,3 millones de personas que se acercaron a votar el 28A, un total de 2,59 millones lo hicieron por partidos que no obtuvieron escaño en su provincia. Y entre la ultraderecha y la coalición morada suman 1,68 de esos millones de papeletas.

Vox fue la formación que tuvo más votos sin representación en estas elecciones. El partido liderado por Santiago Abascal obtuvo representantes en 18 circunscripciones con un total de 2,67 millones de votos en toda España, pero de esos, el 25,7% no le sirvieron para rascar al menos un escaño. En términos absolutos, fue Jaén la provincia donde más perjudicó a Vox la ley electoral, ya que consiguió 46.856 sufragios (el 12,14% del total) y, pese a ello, se quedó sin entrar en el reparto de actas. Cantabria (39.945 votos perdidos), Las Palmas (38.091 votos sin representación) o A Coruña (37.950 papeletas que no se transformaron en escaño) fueron otras circunscripciones donde la ultraderecha se vio perjudicada.

El caso de Unidos Podemos es similar. La alianza consiguió escaños en 24 provincias con 3,73 millones de votos a nivel global, pero el 15,75% de ellos se fueron por el sumidero y no entraron en el reparto de diputados. Toledo y Jaén fueron las dos provincias donde Unidas Podemos obtuvo más papeletas que no se tradujeron en representación, con 40.682 (el 10,55% de la circunscripción) y 41.772 (el 10,54%), respectivamente. Pero los votantes de la coalición en Valladolid (38.993 personas), Badajoz (38.094 votos) o Girona (36.910) sufrieron el mismo problema.

Estas cifras contrastan con las de PP, Ciudadanos y, especialmente, el PSOE, que fue la formación que mejor rentabilizó sus sufragios y que solo vio cómo se desperdiciaban 7.000 de ellos: los de quienes eligieron la papeleta socialista en Melilla. La candidatura liderada por Pablo Casado vio como solo 147.346 de sus votos se quedaban sin representación en siete provincias, mientras la formación encabezada por Albert Rivera tuvo un número algo mayor de sufragios que no se tradujeron en escaños: 164.693 en 11 circunscripciones.

El Pacma y sus 326.000 votos

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Entre las cinco grandes formaciones suman apenas 1,6 millones de votantes sin representación. ¿Y los 995.820 restantes? Pues se encuentran distribuidos entre formaciones de carácter estatal que obtuvieron muchos votos pero ningún escaño, partidos de carácter autonómico o provincial que no alcanzaron su objetivo de conseguir representación o fuerzas pequeñas o muy pequeñas presentes en varias circunscripciones.

En torno a un tercio de estos electores escogieron la papeleta del Pacma en los comicios del 28 de abril. Concretamente, son un total de 326.045 votos animalistas los que se han perdido por una sencilla razón: aunque Pacma ha tenido más sufragios que EH Bildu, Coalición Canaria, Navarra Suma, Compromís o el Partido Regionalista de Cantabria –todos ellos con representación–, el partido ha conseguido sus sufragios distribuidos por toda España en lugar de concentrados en unas pocas circunscripciones. Y eso, con una ley electoral que prima la concentración de los sufragios, es determinante.

Otros partidos perjudicados y que han visto como sus miles de votos no se traducían en ningún escaño son Front Republicà (113.008 sufragios), BNG (93.810 papeletas), Recortes Cero (46.487 votos) o Nueva Canarias (36.193 electores). E incluso algunas de las formaciones que sí han entrado en el Congreso por alguna provincia también han visto como miles de sus votos no se convertían en escaños. Compromís, por ejemplo, solo consiguió un escaño por Valencia, y los 47.501 votos que obtuvo en Castellón y Alicante no les sirvieron para aumentar su representación. EH Bildu, por su parte, tampoco consiguió transformar en acta sus 46.640 votos en Navarra. Y a Coalición Canaria le ocurrió lo propio con 34.775 votos en la provincia de Las Palmas.

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