Ábalos no dimite mientras Ferraz eleva la presión en público

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, participa en un encuentro informativo del Grupo Joly en Cádiz.

La preocupación respecto al caso Koldo crece exponencialmente dentro del PSOE. Y en las últimas horas ha aumentado a la misma velocidad la presión contra el exministro José Luis Ábalos, a quien el partido ha señalado el camino: abandonar el Congreso de los Diputados. Un mensaje que llegó desde la mismísima vicepresidenta del Gobierno y vicesecretaria general, María Jesús Montero: “Yo sé lo que yo haría”.

En la dirección del PSOE la repulsa es total y absoluta por los hechos que se están conociendo respecto a la operación Delorme, por la que fue detenido Koldo García, asesor de confianza de Ábalos. Una persona en la sombra pero siempre pegada al exministro y anterior secretario de Organización del PSOE. Hasta el momento el núcleo duro del Gobierno y del partido trasladaba que no había motivos para que el dirigente socialista dejara su puesto en la Cámara Baja.

Pero este viernes a primera hora Montero, en un desayuno informativo del Grupo Joly en Cádiz, dio un giro a la vez que se levantaba el secreto de sumario. “Parece que no hay ningún tipo de reproche penal o de delito al señor Ábalos. Por lo tanto le corresponde a él tomar cualquier decisión. Yo sé lo que yo haría. Yo sé lo que yo haría. No puedo decir lo que el señor Ábalos quiere hacer o va a dejar de hacer. Yo sé lo que yo haría”. ¿Y usted dejaría el escaño?, le repreguntaron. Con la máxima por delante en su respuesta: “Usted sabe lo que yo haría”.

Las palabras llegaron de Montero, la persona con más poder en el Gobierno y en el PSOE después de Pedro Sánchez. La dirigente más autorizada, la colaboradora de máxima confianza del presidente, la encargada de materializar las estrategias del jefe del Ejecutivo. No hay voz que pueda hablar con más fuerza y ascendencia dentro del socialismo. Por lo tanto, todo el partido cierra filas y asume la posición de salida. Ahora la mayoría de altos cargos guardan silencio y esperan la caída del que fuera su jefe, aunque algunos también lo expresaron en alto como el líder en Madrid, Juan Lobato: "Porque si la corrupción nos repugna a los socialistas, y a mí personalmente, todavía más cuando tiene que ver con mi partido. Así que esperemos que se tomen decisiones en las próximas horas".

Ábalos guarda silencio y se resiste

Pero estas palabras no tuvieron efecto inmediato en Ábalos, que decidió guardar silencio y no emitió ninguna señal sobre la posibilidad de abandonar el escaño por Valencia que sacó en las elecciones del 23 de julio. Durante la jornada del miércoles, cuando saltó a los medios la operación, él mismo dio explicaciones ante la prensa y en un programa de televisión defendiendo que era inocente y que no tenía conocimiento de las supuestas mordidas durante la pandemia. Ahora ha rebajado su exposición pública y no ha respondido a la vicepresidenta primera del Gobierno. 

En el partido, según varios dirigentes, hay preocupación por la utilización del caso y el intento del Partido Popular de cercar directamente a Sánchez con este caso. Y, además, muchos cargos recuerdan que se llegó a una moción de censura para desalojar la corrupción del PP de Mariano Rajoy, por lo que debe cundir la ejemplaridad y la actuación rápida. En el PSOE no aclaran si le han pedido de manera privada su dimisión al exministro, aunque sí hubo conversaciones entre el exsecretario de Organización y el actual ocupante del cargo, Santos Cerdán, para hablar sobre el caso durante esta semana.

Lo que en todo momento quiere dejar claro el Gobierno y el PSOE es que Pedro Sánchez desconocía cualquier movimiento y se rechaza que el cese de Ábalos en la remodelación de julio de 2021 de sus puestos como ministro y secretario de Organización del PSOE tuviera como origen la sospecha de corrupción. Sánchez ha explicado siempre que esto se debió al desgaste de algunos colaboradores como él, Carmen Calvo e Iván Redondo tras los duros meses de la pandemia y el mal resultado de las elecciones de Madrid que se saldaron con una victoria por mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso (PP).

Por el momento no hay implicación directa

En lo que se ha ido conociendo del sumario no se señala una implicación directa de Ábalos en la operación por la que García cobró mordidas dentro de una trama para enriquecerse con contratos de material sanitario durante la pandemia firmados con los ministerios de Transportes e Interior y con las administraciones autonómicas de Balears y de Canarias, entonces en manos del PSOE. El supuesto fraude podría ascender a los 50 millones de euros. En una de las conversaciones intervenidas a los investigados sí se escucha esta conversación: "Esto era un favor que le estaba pidiendo tu vecino (Koldo)... él y su exjefe... y parece ser que el otro ha dicho que sí... porque le han dado otro favor a cambio". Pero no se detalla por parte de la Fiscalía a quién se refieren.

La complicación del exministro tiene que ver principalmente con la responsabilidad política y por haber convertido a García en su persona de máxima confianza, llegándolo a nombrar consejero en Renfe. No era un asesor habitual, sino casi una extensión del político. Su presencia no pasaba inadvertida.  Las últimas noticias han impactado y provocado más indignación dentro del PSOE sobre el exasesor como que la Fiscalía Anticorrupción cifra en 1,5 millones de euros su incremento patrimonial entre 2020 y 2022: “No se corresponde con los ingresos procedentes de sus actividades oficiales”. "Todo ello, unido a los diferentes traspasos de dinero de una cuenta a otra que se han detectado, lleva a observar a los agentes una excesiva complicación de las operaciones bancarias del entorno de Koldo García que se interpreta como una maniobra para tratar de dificultar su trazabilidad", detalla el Ministerio Fiscal. Además, ha trascendido que compró un piso de 115.000 euros en Benidorm al contado y que lo puso a nombre de su hija en 2022 cuando “su descendiente contaría con dos años de edad”.

A la vez que se conocen nuevas informaciones, el Partido Popular continúa desplegando su ofensiva con la intención de hacer que sea el “caso Sánchez”. La ‘número dos’ de los populares, Cuca Gamarra, lanzó: "El PP va a analizar todas las iniciativas, pero reitero que tenemos muy claro que estamos en la punta del iceberg y que todavía nos queda mucha información por conocer". Los populares se plantean apoyar comisiones de investigación en el Senado y en los parlamentos de Canarias y de Balears, además de que han registrado hasta cinco preguntas para la sesión de control centradas en esta operación. Allí la intención es que Alberto Núñez Feijóo trate de arrinconar al líder de los socialistas.

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