El auge de las oposiciones: más estudiantes y jóvenes para relevar la jubilación de los ‘baby boomers’

Cuesta que respondan al teléfono en una de las academias más conocidas para preparar oposiciones en España. “Es el inicio de año, son muchos propósitos y estamos con muchas llamadas”, se adelanta a las preguntas una trabajadora de Adams. Los centros veteranos y las plataformas nativas digitales que asesoran y preparan a los opositores viven a principios de año un momento pico. Entre los propósitos clásicos de ir al gimnasio y comer más sano se cuela cada vez más uno que puede suponer un cambio de vida permanente: preparar oposiciones para conseguir plaza en la administración pública. La precariedad que arrastra el sector privado desde la crisis de 2008 y el punto de inflexión que representó la pandemia del covid-19 en 2020 para muchas personas son dos de los pilares de este auge histórico en el atractivo social de ser funcionario.
Cuando Daniel Busto hizo en 2003 su primer examen para una bolsa de empleo de auxiliar administrativo en el servicio de salud de Asturias eran unas 500 personas. Cuando hizo el último, para la misma bolsa de empleo, eran más de 10.000. “En aquella época decían que España iba bien... Y apuntarse a una bolsa de empleo no era atractivo para nada. Pero en 2019 la gente ya buscaba otra cosa. Ya buscaban un trabajo con buenas condiciones laborales, y estabilidad”, explica a infoLibre este antiguo periodista, que en la pandemia tomó la decisión definitiva de dejar de ser autónomo en un diario para volverse a dar de alta en la bolsa de empleo a la que accedió gracias a que sus padres le empujaron a presentarse a aquel examen de 2003.
“Cada vez existe un mayor interés por opositar y acceder al empleo público. Entre 2019 y 2024, el empleo público aumentó un 18,7%, frente al 8,2% del empleo privado. El volumen de opositores en España sigue alcanzando máximos históricos. Cada año se baten nuevos récords, y 2024 no fue una excepción, con más de 100.000 ofertas impulsadas por el relevo generacional y los presupuestos estatales”, indica a infoLibre Gloria Oliveros, directora de empleo público de la academia Adams, un negocio familiar que comenzó en 1957. La numerosa generación de los baby boomers ha comenzado a jubilarse y, según el último estudio de Función Pública, entre 2024 y 2034 se retirará el 54,85% de la plantilla actual de la Administración General del Estado. El 58% de los funcionarios de la AGE tienen más de 50 años y los menores de 40 son un 19%, con datos de enero de 2024, lo que supone no obstante un rejuvenecimiento de la plantilla respecto al año anterior, cuando los mayores de 50 superaban el 61% y los menores de 40 no llegaban al 17%. La edad media del personal de la AGE lleva cuatro años disminuyendo, hasta los 50,48 de enero de 2024.
El momentum de las oposiciones responde a un cúmulo de circunstancias. “El número de plazas que se convoca ahora es muy alto, y no sólo en las últimas, sino en lo que se prevé. Va a haber muchísimas jubilaciones en los próximos años”, dice a infoLibre Jacobo Fariña, director de comunicación de OpositaTest, una plataforma nativa digital que ayuda a opositores desde 2015. “El cambio de percepción empezó con la crisis de 2008. Antes se consideraba que en lo público cobrabas poco, pero ahora todo es al revés. El funcionario es el que lo tiene más fácil para conseguir una hipoteca, quien tiene sueldo fijo, conciliación familiar, un mejor horario, estabilidad”, apunta. Este cambio de tendencia se aprecia sobre todo en el interés por las plazas de la administración general, las que suelen estar guiadas más por estos factores que por una vocación específica, como sí suele ser el caso de los docentes o los sanitarios.
La edad media del próximo opositor es de 34 años, frente a los 41 del opositor actual, según el estudio El peso del opositor en España en 2024, elaborado por OpositaTest. El 56% de quienes se plantean opositar próximamente tienen entre 18 y 34 años, y los más jóvenes de ese grupo, quienes tienen entre 18 y 24 años, suponen más de la mitad. A los 24 años, cuando estaba terminando su Máster de Derecho Internacional en Madrid, fue cuando Paula Largo decidió opositar. “Me pilló la pandemia cuando lo estaba acabando, no sabía qué hacer y, como estaba todo el tema de trabajo parado y tenía dos amigas del instituto que ya estaban con esa oposición, me animé a hacerlo”, cuenta a infoLibre. Había tenido que volver a su casa en Zamora por la pandemia, así que siguió allí para poder estudiar la oposición de gestión de la administración civil del Estado, de la que ahora, con 28 años, trabaja con plaza propia en la Oficina de Extranjería de León. “En mi caso mis compañeros tienen más edad, al ser en provincias, suele ser gente que ya quiere instalarse en casa, que tiene familia. Pero mis amigas están en ministerios y allí sí está entrando mucha gente joven”, relata. En la academia coincidió con gente aún menor que ella y de ramas diversas, como la biología o la arquitectura.
Un recurso para las madres tras la crianza
Más de 6,3 millones de mujeres ha opositado, está opositando o piensa opositar, lo que supone un 53% de las que tienen entre 18 y 55 años. Y entre las que están opositando, 3 de cada 4 son nuevas opositoras, es decir, han empezado a prepararse en el último año, según el citado estudio de OpositaTest. El perfil de la madre que recurre a las oposiciones para volver al mercado laboral después de la crianza de sus hijos pequeños es uno de los más comunes.
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Valeria Pérez, uruguaya afincada ahora en un pueblo de Palencia, no pudo mantener su vida laboral de horarios eternos en el sector servicios cuando fue madre y ahora prepara oposiciones para la Junta de Castilla y León. Sandra Martín, de Cartagena, había trabajado siempre en la empresa privada hasta que en 2023 se vio “en la calle”. Con un hijo de 11 años, no quiso volver a tener que pasar por esa inestabilidad y ha apostado por unas oposiciones de auxiliar administrativo.
Elisa D’Errico, de Barcelona, dejó de trabajar como directora de comunicación corporativa para poder cuidar a sus hijas y ahora prepara una oposición de gestión de la administración civil del Estado porque cree que el empleo público es la única forma de conciliar. Azahara Hernández, madrileña residente en Granollers, vio imposible seguir como agente de seguros autónoma, un trabajo de mañana, tarde y fines de semana, tras ser madre y decidió prepararse una oposición, inspirada por las buenas condiciones que conoce bien al ser su marido funcionario.
Verónica Estevan se tuvo que mudar de València a Madrid y no encontraba trabajo de recursos humanos, por lo que estuvo a turnos en una gasolinera. “¿Y cuándo ves a tus hijos trabajando en el sector privado?”, dice. Con más de 40 años, comenzó a hacer oposiciones desde el nivel más básico hasta estar ahora a uno de los más altos en el Ministerio de Hacienda. “Todo se consigue, nunca es tarde, muchísima gente está entrando con esta y todas las edades, y no pasa nada”, comenta.