El Banco Central Europeo abraza la agenda verde

Banco Central Europeo.

La agenda verde y sus políticas contra la crisis climática y de defensa del medio ambiente hace tiempo que dejaron de ser asuntos de cuatro hippies, pero la velocidad a la que llegan a los templos de las finanzas es sorprendente. Frank Elderson, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), escribe un largo post en la web de la entidad emisora del euro en el que advierte de la importancia de proteger la biodiversidad no sólo por salvar el planeta y a nosotros con él, sino incluso por motivos puramente económicos y financieros. Según Elderson, la biodiversidad es clave para que la banca y millones de empresas no caigan en la inestabilidad.

El BCE analiza cuánto dependen las empresas de los ecosistemas. Y asume que al menos 4,2 millones de empresas europeas de todos los tamaños mantienen en cartera 4,2 billones de euros en préstamos que hacen que tres cuartas partes del crédito a empresas sea a firmas que necesitan un medio ambiente protegido porque su supervivencia depende con fuerza de elementos como la alimentación o el agua. Y Elderson da al botón de la alarma: “Si la degradación de la naturaleza continúa las actividades económicas dependientes de ecosistemas se verán afectadas por temas como disrupciones de la cadena de suministros impactando en precios e inflación”. Y ya saben ustedes que cuando sube la inflación el BCE se pone de los nervios y empieza a apretar botones para disparar los tipos de interés.

En su post en la web del BCE, Elderson va desgranando la importancia que tiene para la economía global y el bienestar humano asuntos como la fertilidad de los suelos, los stocks de pesca o el agua y el aire limpios. “Desafortunadamente”, escribe, “el uso intensivo de la tierra, el cambio climático, la polución, la sobreexplotación y otras formas de presión humana están degradando rápidamente los recursos naturales. Esta pérdida de naturaleza supone un serio riesgo para la humanidad y amenaza áreas vitales como el suministro comida y medicinas”.

Pero no sólo eso. Elderson describe como esas amenazas “también son existenciales para la economía y el sistema financiero porque nuestra economía no puede existir sin la naturaleza”. Por eso, argumenta, “los bancos centrales y los supervisores (financieros) tienen que entender cuán vulnerable es la economía y el sistema financiero a esta degradación”. Si post se basa en los resultados preliminares de un estudio más amplio que debe presentarse el próximo otoño.

El texto explica que hay dos canales principales por los que la naturaleza afecta a empresas y bancos: los riesgos físicos y los riesgos de transición. Los físicos pueden ser el incremento de desastres naturales severos o riesgos crónicos como una disminución de ecosistemas. Sus riesgos pueden ser desde campos que dan menos rendimientos hasta la falta de insumos naturales que lleven a cortes en la cadena de suministros de la industria farmacéutica o destinos menos interesantes para el turismo.

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Los riesgos de transición son los que aumentan el riesgo para los bancos y quienes toman préstamos. También hay riesgos de transición por los cambios regulatorios para luchar contra la crisis climática y proteger el medio ambiente, así como costes de transición para que las empresas se adapten. Algunos negocios desaparecerán mientras otros nuevos nacen.

Elderson explica que el BCE también está analizando cuánto están expuestas a los riesgos de degradación de ecosistemas la economía de la Eurozona en general y el sector financiero en particular. Y explica que sus estudios “muestran que las empresas de la Eurozona están expuestas de manera significativa a servicios dependientes de ecosistemas, directa o indirectamente a través de sus cadenas de suministros”. Y señala la necesidad de controlar la erosión (porque la cubierta vegetal protege y estabiliza la tierra y los ecosistemas costeros y marinos) y el suministro de agua de acuíferos y de superficie, mejorar la protección contra las inundaciones y las tormentas y almacenar el carbono.

Elderson escribe: “Nuestra economía reposa sobre la naturaleza. Destruir la naturaleza equivale a destruir la economía”.

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