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La otra amistad peligrosa de Feijóo: el corrupto director de Pemex clave en la quiebra del mayor astillero privado

Feijóo, con Emilio Lozoya en 2014, y titulares relativos a su amistad con Marcial Dorado y sus negociaciones con Pemex.

Miguel Pardo (Praza.gal)

Santiago —

En los últimos días de la campaña electoral, dos nombres surgen desde la izquierda a la hora de referirse a Alberto Núñez Feijóo: Marcial Dorado y Emilio Lozoya. PSOE y Sumar han subido el tono y recuerdan la relación que el ahora candidato del PP a La Moncloa tuvo con el contrabandista, que cumple condena por narcotráfico en tercer grado y del que hace una década se reveló su relación de amistad con el líder de los conservadores; y con el ex director general de Pemex, en prisión preventiva en México por varios casos de corrupción, con quien también hace diez años el entonces presidente de la Xunta había tratado directamente los negocios de la petrolera con el Gobierno gallego, que acabaron en fracaso y que aún son investigados por la justicia mexicana. 

"Se llama Emilio Lozoya Austin. Es un criminal mexicano acusado de múltiples delitos de corrupción. En la foto era director de Pemex...", comienza un hilo en Twitter Óscar Puente, exalcalde de Valladolid y cabeza de lista por la provincia castellana este 23J. En él señala la fotografía en la que se ve a Feijóo con el político ahora encarcelado cuando estaba "cerrando un acuerdo para construir barcos en Galicia". "Un acuerdo que se tornó en un absoluto fraude", recuerda. 

Lozoya fue detenido en febrero de 2020 en Málaga y extraditado a México en junio de ese mismo año. La Fiscalía mexicana pide 46 años de prisión por los delitos de cohecho, asociación delictiva y blanqueo de capitales y acabará sentado en el banquillo tras infructuosos pactos de colaboración con la justicia del país. Es el principal implicado en la trama de corrupción de Odebrecht en México, pero también está siendo investigado por muchas otras operaciones, como las que lideró como director de Pemex, incluida la compra de los astilleros Barreras, en Vigo, avalada por la Xunta, negocio que está siendo investigado por la Fiscalía de México. 

La propia petrolera, la Auditoría Superior da Federación (ASF) y la Unidad de Inteligencia Financiera han estado investigando los negocios que Lozoya patrocinó con la Xunta de Feijóo y de los que advierten de graves irregularidades. La ASF, el equivalente al Tribunal de Cuentas en España, había cuestionado el negocio de Pemex en Galicia por suponer una inversión en un sector productivo que no le correspondía y que suponía pérdidas, además de su opacidad y oscurantismo, sobre todo en el caso de la construcción de hoteles flotantes, salpicado de imprecisiones, contratos nunca divulgados y adjudicaciones dudosas.

Emilio Lozoya fue director general de Pemex entre 2013 y 2016, siendo jefe del Ejecutivo gallego Feijóo, que intentó luego desligarse del dirigente ahora preso y sus negocios en Galicia. Todo a pesar de que, según indicó la propia Xunta en 2013 y 2014, el presidente en persona trató directamente con él. Con el político que el fiscal general de México señaló luego como "símbolo" de la corrupción de la etapa de Peña Nieto al frente de México.

El acuerdo marco entre la Xunta y Pemex había empezado algo antes, en mayo de 2012, cuando el Telexornal de la TVG interrumpió su emisión para conectar con el Pazo de Raxoi y retransmitir la firma del acuerdo. Se prometieron miles de empleos y, en el futuro, la construcción en Galicia de tres buques tanque, un atunero, un barco de apoyo a plataformas petrolíferas, dos quimiqueros, varios remolcadores, la renovación de parte de la flota azteca y la instalación de una terminal de hidrocarburos en el Puerto Exterior de A Coruña. 

A más de veinte embarcaciones ascendió una cuenta que acabó en la polémica adjudicación y construcción de dos hoteles flotantes en las rías gallegas y la adquisición de Barreras, histórico astillero vigués que acabó en la quiebra. Las dos operaciones fueron rubricadas con el directivo ahora encarcelado al frente de Pemex. 

Aquella primera reunión de Feijóo con Lozoya aconteció justo cuando la política gallega se agitaba por la publicación en El País de las fotografías que acreditaban la amistad de Feijóo con el contrabandista Marcial Dorado en la etapa en que el actual presidente dirigía el Sergas. Fue entonces cuando la Xunta anunciaba el viaje del jefe del Ejecutivo a México, donde se reuniría con el dirigente ahora encarcelado. Hace ahora poco más de diez años. 

La relación de Feijóo con Dorado vuelve a resucitar con fuerza también en estos últimos días de la campaña electoral, sobre todo después de las palabras de la candidata de Sumar, Yolanda Díaz, en el acto central de su partido en Madrid el pasado domingo. Ahí le retó a explicar su "amistad" con el narcotraficante y aquellas fotos en barco junto a él. "Señor Feijóo, venga al debate el día 19 y explíqueles a los españoles cuál era su relación con el narcotráfico", dijo, solicitando respuestas a preguntas que ella misma le había hecho durante su carrera política en Galicia. 

Como ya había manifestado en alguna entrevista, Díaz denunció que la relación de Feijóo con Dorado es "una de las más peligrosas de la historia de la democracia" y contrapuso aquella "amistad" con una "década de generación perdida de jóvenes que murieron por la droga" y de "madres que luchaban" contra el narcotráfico. "Hubo madres que lucharon contra la droga y que veían que sus hijos morían sin compasión mientras Feijóo tenía una amistad íntima con uno de los mayores narcotraficantes no de Galicia, sino del mundo", añadió. 

Díaz sube el tono y pide a Feijóo que explique su relación con Marcial Dorado, "una de las más peligrosas de la historia de la democracia". "Era una amistad íntima", recuerda

Este mismo lunes, en la Cadena Ser, Díaz insistió: "Toda Galicia, incluida yo, sabíamos quién era Marcial Dorado. Por lo tanto, Feijóo sabía perfectamente quién era: un narcotraficante de marca mayor en Galicia y en el mundo. Su amistad con él no era una pequeña amistad, era una amistad íntima, y a día de hoy no ha aclarado esta situación". 

También este lunes, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, número dos del PSOE por Madrid, recriminó que Feijóo no acudiera al debate: "¿Qué es lo que tiene usted que esconder, señor Feijóo? ¿Por qué no quiere ir? ¿Es un narcotraficante en un yate? ¿Su gestión al frente de la Xunta de Galicia? ¿Su ausencia de ideas?", se preguntó. 

No con tanta contundencia, semanas antes, fueron otros miembros del PSOE los que recordaron la relación entre Feijóo y Dorado, como la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, o el secretario de Acción Electoral de la Comisión Ejecutiva del PSOE, Javier Izquierdo, número dos por Valladolid al Congreso y que se mostró sorprendido de que no se cuestionara que Feijóo "pasara sus vacaciones con un traficante de drogas", un hecho que, en su opinión, lo inhabilita para ser candidato a presidir España. 

Aquel hecho salió a la luz el domingo 31 de marzo de 2013, cuando la portada de El País abría con una foto de dos hombres a bordo de un barco en las cercanías de las Islas Cíes. Cuando se hicieron esa y otras imágenes similares, uno de ellos era responsable del Sergas y el otro ya era conocido como contrabandista de tabaco. Eran Alberto Núñez Feijóo, después presidente de la Xunta y ahora líder del PP estatal, y Marcial Dorado, después condenado por narcotráfico. Y como relataban en aquel y en posteriores reportajes sus firmantes–el entonces delegado de El País en Galicia, Xosé Hermida, y la veterana periodista especializada en narcotráfico Elisa Lois– las imágenes no eran una anécdota puntual. Lo suyo no había sido solo una foto, sino una amistad de años.

"¿Usted cree que si yo supiera de él que iba a ser acusado yo me dejaría hacer fotos o iría a comer con él?", dijo Feijóo en laSexta en 2018. En los 90, en la fecha de las fotos, Dorado ya había sido detenido en varias ocasiones por tráfico de tabaco. Más tarde, en 2003 fue detenido por su implicación en el tráfico de cocaína y condenado a 14 años de cárcel. 

Más de diez años más tarde, aquella amistad sigue teniendo puntos oscuros que Feijóo nunca aclaró y que ahora vuelven a la actualidad. Nunca quiso explicar, por ejemplo, qué delegado del gobierno le alertó de las fotos encontradas en una operación policial, ya que él mismo había explicado que había sido "como en el 2004 o por ahí" cuando se lo había comunicado. Arsenio Fernández de Mesa, José Manuel Pérez Díaz y Manuel Ameijeiras ocuparon ese cargo durante ese año. 

En aquellos días de hace una década, y en otros muchos, Feijóo insistió en que, sobre su amistad en general con Dorado, “todas las explicaciones eran parlamentarias y extraparlamentarias”. Pero no es así. Porque aún no se pudieron aclarar tampoco los contratos públicos que las empresas de Dorado obtuvieron en aquellos años de relación con Feijóo del Gobierno gallego en el que lo según era alto cargo. La Xunta dio sucesivas explicaciones contradictorias para no poder mostrar parte de los contratos: desde que se había destruido esa parte del archivo porque había pasado mucho tiempo, hasta que una inundación había arrasado con ellos, pasando por que era muy difícil recuperar tantos documentos.

La explicación al respecto del propio Feijóo fue que él ni había firmado ni había decidido ninguno de los contratos. Efectivamente, no es competencia del máximo responsable del Sergas firmar contratos, pero sí dirigir sus políticas y prioridades de contratación. Feijóo habló por sí mismo, pero evitó aclarar las actuaciones de sus subordinados en el Sergas o la relación de otros departamentos de la Xunta con las empresas de Dorado. 

También sigue sin aclararse cuánto duró la relación de Feijóo y Dorado. El popular dice que finalizó a finales de los 90, coincidiendo con su marcha a Madrid como alto cargo del Gobierno de Aznar. Aún coincidirían en el entierro en 1999 de Manuel Cruz, el conductor de la Xunta que los había presentado y que, según el Servicio de Vigilancia Aduanera, era testaferro de Dorado para gestionar varios negocios. Pero el propio Dorado aseguró en una entrevista en 2020 que su último encuentro fue en 2001, en una comida a iniciativa de Feijóo. El juez Vázquez Taín reveló luego en unas declaraciones que había habido conversaciones entre ambos entre 2001 y 2003, aunque advirtió de que no se consideraron delictivas en ningún caso.

Cuando Feijóo era amigo de Dorado, ya había sido detenido por tráfico de tabaco; luego lo sería por narcotráfico y ahora cumple condena por blanqueo y vinculación con organización criminal.

Después, en 2003 Feijóo volvió de Madrid como conselleiro de Manuel Fraga y unos meses más tarde Dorado era detenido por narcotráfico. Un delegado del Gobierno en Galicia alertó a Feijóo de la existencia de las fotos, que El País acabó publicando en 2013, pocos días después de obtenerlas y tras confirmar que no eran unas simples fotos, sino la muestra de una amistad mucho mayor.

Marcial Dorado tiene encima una condena de 2009 por su vinculación a una organización de narcotraficantes y otra de 2015 por blanqueo. Cumple lo que le queda de pena en régimen de tercer grado, una semilibertad que le fue concedida en 2020 y que durará hasta 2025, cuando acabe la condena. 

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Lee el artículo original en gallego en este enlace.

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