Orriols tiene mucho que ganar y poco que perder: el cordón sanitario se la juega en el bastión catalán ultra

La irrupción de la extrema derecha catalana se explica en Ripoll. Allí es donde Sílvia Orriols logró su primer altavoz político ganando la alcaldía en 2023 y gracias a ello Aliança Catalana consiguió ganar otra de sus batallas, entrar en el Parlament de Cataluña. Ahora, también desde Ripoll, ha lanzado un pulso a toda la oposición. O sale reforzada ella o sale un gobierno alternativo entre formaciones ideológicamente alejadas y que deberán hacer equilibrios para entenderse y no caer en la debilidad.
Sílvia Orriols decidió examinarse en una cuestión de confianza este jueves tras no lograr suficientes apoyos parlamentarios para sacar adelante sus presupuestos municipales. Orriols perdió la cuestión de confianza, y ahora les toca a Junts, ERC, PSC, CUP y a Som-hi Ripoll entenderse para acordar un gobierno de concentración en el plazo de 30 días. Si lo logran deberán encontrar puntos de unión en lo que Orriols consideraba el jueves “un pacto antinatura”. Si no lo logran, los presupuestos de Aliança Catalana saldrían aprobados y su imagen reforzada.
No obstante, a diferencia de lo que pasó en los pactos posteriores a las últimas elecciones municipales, ahora parece que Junts podría apoyar un gobierno de concentración. Muy descontenta está la portavoz del partido, Maria Soldevila, con los 18 meses de gobierno de Aliança Catalana. Considera que “ahora Ripoll está en boca de todos por la polarización que fomenta (Orriols)”, a quien critica gobernar “a fuerza de tuit” y sin llegar a acuerdos con la oposición.
Los tres votos de Junts son claves. Lo demostró Manoli Vega, la anterior portavoz de Junts. Ella no se puso de acuerdo en 2023 con los demás partidos de la oposición y luego dimitió cuando Orriols logró la vara de alcaldesa. La líder de Aliança Catalana dejó un recado el pasado jueves para Junts. “Nosotros divisamos en los resultados (electorales de mayo) una reválida y una aprobación de la gestión municipal y vosotros hicisteis otra lectura y divisasteis un peligro”, recalcando su presencia en el Parlament de Catalunya. El partido de Puigdemont rechaza plantear “cordones sanitarios” pero estaría dispuesto a formar un gobierno de concentración.
Las reverberaciones de Aliança Catalana en Junts… y en Vox
El hecho de que haya sido la misma Orriols quien haya planteado la cuestión de confianza es leído por el analista político de la UOC Andreu Paneque como un movimiento de la formación pensando a futuro. “Orriols ha usado la política local como plataforma para entrar en la política catalana. Como ahora ya tiene un altavoz en el Parlament, se permite presentar una cuestión de confianza y arriesgarse a perder la alcaldía”. Las elecciones catalanas le sirven a Aliança Catalana de termómetro para conocer su apoyo en las calles. El partido pasó del 30% de los votos en las municipales a obtener un 33% en las catalanas.
Para Andreu Paneque, esos resultados son justamente los que le impiden al partido de Puigdemont hablar de “cordón sanitario”. El politólogo cree que “Junts intenta no enfadar a los votantes de Aliança Catalana” porque el trasvase de votos más claro está entre ambos partidos. La formación de Puigdemont se dejó un 25% de los votos en las últimas municipales, una cifra parecida a la del crecimiento del partido de Orriols. “Junts intenta ganar varios frentes a la vez, uno es el que tiene con ERC, lo vemos con la dureza que tienen hacia el PSOE en Madrid, y otro es con Aliança Catalana”, considera Paneque.
El analista también ve reverberaciones del impulso de Aliança Catalana en Vox. Paneque considera una señal de ello que Ignacio Garriga, su líder en Catalunya y secretario general del partido, hiciera la semana pasada en TV3 una entrevista íntegramente en catalán, algo que no había ocurrido antes.
La oposición cree posible un acuerdo para echar a Orriols
ERC cuenta con tres de los nueve concejales necesarios para construir un gobierno alternativo, y fuentes del partido han afirmado haber “iniciado un proceso de conversaciones” para llegar a un acuerdo. “Las relaciones entre la oposición son buenas, pero debemos ver cuáles son las condiciones de cada uno”, explicó su portavoz Chantal Pérez tras la cuestión de confianza.
Enric Pérez, portavoz del PSC en la ciudad, también afirma a infoLibre que las relaciones entre la oposición son buenas y confía en lograr un acuerdo. “En este tiempo Orriols nos lo han hecho pasar mal, facilitaremos que no haya gobierno de extrema derecha en Ripoll”, asegura Pérez. También la CUP y la formación de independientes de Ripoll quieren echar a Orriols de la ciudad. “Su forma de pensar y la nuestra distan mucho”, le decía el jueves el independiente Joquim Colomer a la líder de extrema derecha.
El portavoz de la CUP, Dani Vilaseca, añade que “Orriols quiere vender un acuerdo de la oposición como un ataque a su persona o un cordón sanitario, pero la realidad es que en todo este tiempo no ha llegado a acuerdos con nadie y tiene un gobierno en minoría”.
“Esa minoría es la que le genera incomodidad a Orriols”, remarca Paneque. Según el analista político, la líder ya tiene la estrategia hecha y se asemeja a la de las extremas derechas internacionales. Al finalizar el pleno, la líder de Aliança Catalana afirmó que si finalmente se construye una alternativa, esta sería “ilegítima”, y “antidemocrática”. “A Orriols le podría interesar ir dos años a la oposición y buscar aumentar su mayoría en las próximas municipales lanzando una estrategia de difamación”, considera Paneque.
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La voluntad entre los partidos de llegar a acuerdos está encima de la mesa, y Paneque también cree que si construyen una alternativa, “tienen la posibilidad de demostrar las flaquezas que ha tenido el gobierno en minoría de Orriols”. Por ejemplo, el portavoz del PSC remarca que es imprescindible tener presupuestos en los que haya “una financiación complementaria” para que la ciudad no pierda un fondo de 2,4 millones del Next Generation. Algo complejo si no se llegan a acuerdos con partidos de la oposición, una de las cuestiones que critican la mayoría de grupos parlamentarios hacia la política de Orriols.
El concejal del PSC también cree que puede ser más fácil lograr un acuerdo ahora que tras las elecciones municipales, porque se puede poner más distancia a los encontronazos que ocurren durante la campaña electoral y porque ha habido también cambios en la portavocía de algunos partidos. “Este gobierno ha creado una situación tan enrarecida y extraña que la experiencia nos hace pensar que es necesario afrontar un cambio” apunta Pérez. “Aliança Catalana tiene una política de, o estás conmigo o estás contra mí, muy poco democrática. Debemos devolver la normalidad a Ripoll, con relaciones fluidas, diálogos y acuerdos, empezando por el ayuntamiento”.
Ahora, el trabajo está en encontrar el mínimo común denominador entre los programas de los partidos. El contador ha empezado a correr y tienen treinta días para presentar una moción de censura con un candidato.