Las 'hermanas pobres' de doña Manolita, en pie de guerra: "Si me voy de vacaciones, no como"

Dos personas con varios décimos de lotería para el sorteo de Navidad.

"Parece que nos hemos vuelto locos, pero lo que hacemos es por pura necesidad. Lo único que queremos es ganarnos la vida de manera honrada". La persona que habla es José Carlos Escrig, coordinador de Loteros en la Lucha en València y dueño de una administración ubicada en un barrio del cinturón industrial de la ciudad. Lleva en el negocio, que comparte con su mujer, ocho años. "En todo este tiempo no hemos podido coger vacaciones. Si lo hacemos, no comemos. Vivimos completamente atados y ninguno de los dos llegamos a ser mileuristas", se queja al otro lado del teléfono mientras levanta el cierre de su administración.

Joaquín Almeida regenta la suya en un barrio de Reus desde hace dos décadas. Su historia parece la misma porque, además, su negocio también es familiar: "Llevamos 20 años sin tener vacaciones. Cuando llega el 1 de enero lo primero que hacemos es mirar el calendario para ver cómo caen los días festivos. No podemos permitirnos otra cosa", lamenta. Con un poquito más de suerte que Escrig, su salario supera ligeramente los mil euros mensuales. Pero el horario, eso sí, no existe para él.

Los dos viajarán a Madrid el próximo 22 de diciembre, pero limitarán su visita a las puertas del Teatro Real, un lugar y un momento escogido por una razón: "Así podemos tener repercusión, esperamos tenerla", dice Escrig. Dentro se estará celebrando el tradicional sorteo de Navidad, la lotería más famosa de nuestro país y, por tanto, la más vista. Fuera, loteros de toda España mostrarán su malestar por la situación que, como Escrig y Almeida, sufren desde hace años.

Sin embargo, probablemente su protesta no se quede ahí. Tal y como explican, Loteros en la Lucha está sondeando entre sus miembros realizar cierres coincidiendo, precisamente, con ese sorteo. Nadie se quedará sin cobrar su premio, avisan, pero se hará más tarde. Es una manera, dicen, de que se vea que su protesta va en serio.

Una lucha recién nacida

Pero, ¿por qué han dicho "basta"? La lucha de los loteros es reciente. Al menos, la organizada. Tal y como relata Escrig, que también es presidente de la Plataforma Juego Limpio, la movilización de este sector comenzó en verano de 2021, alentada por la pérdida de ingresos que han sufrido durante la pandemia, una época, denuncia Almeida, en la que no recibieron "ninguna ayuda". De hecho, lamenta, muchos se vieron obligados a echar el cierre de su administración para siempre.

"En agosto empezamos a organizar el movimiento por toda España, porque hasta entonces se concentraba casi todo en Sevilla, y el día 22 de septiembre organizamos la primera manifestación de la historia de nuestro sector", celebra, recordando que consiguieron reunir a alrededor de 3.000 personas en Madrid.

Todos coinciden en que eso fue un verdadero logro. "Somos un gremio que nunca hemos estado en grupo porque somos autónomos, y es muy difícil homogeneizar a la gente", cuenta María, que prefiere usar un nombre ficticio. Ella está al frente de una administración de loterías en una zona comercial del centro de Madrid desde hace más de 30 años —el negocio, también familiar, abrió hace más de seis décadas— y reconoce que eso le beneficia un poco a la hora de llegar a fin de mes, aunque tampoco se asegura hacerlo. "Hay muchos meses que no cobro y no me puedo permitir el lujo de tener un empleado, así que trabajo 12 horas diarias para poder mantenerme", lamenta.

Las comisiones, las responsables

El origen de todo, señalan sin dudar ni un segundo, está en las comisiones que reciben. "Cobramos en función de lo que vendemos", dice Escrig. De ahí los horarios que sufre María y la inexistencia de vacaciones que soporta Almeida.

Tal y como denuncian, esas comisiones no solo son irrisorias sino que, además, llevan congeladas desde el año 2004. Para que se entienda la situación, María habla de números. Los loteros cobran una comisión del 5,5% en lo que denominan "juegos activos", que es por ejemplo la Primitiva. "De una de un euro, ganamos cinco céntimos brutos", critica. La situación no es mucho mejor en lotería, donde la comisión es de un 6%, excepto en la de Navidad, que se rebaja a un 4%. Así, de cada décimo de 20 euros la ganancia bruta se quede en 80 céntimos. Y de ahí, lamenta, hay que restar los gastos. "Al final, ¿cuántas primitivas tengo que vender para poder permitirme pagar el alquiler del local?", se pregunta Almeida.

La situación empeora para loteros como Nito, que regenta la administración Lotonito en Porto do Son, un municipio coruñés de menos de 10.000 habitantes. "En pueblos como en el que yo vivo y trabajo el censo disminuye cada año, por lo que perdemos potenciales clientes de la lotería tradicional. Esto nos obliga a trabajar mucho más para captar gente nueva", explica a infoLibre. Lleva 36 años en el negocio y, como explica, si sobrevive año a año es gracias al sorteo de Navidad. "El resto del año estoy con pérdidas", lamenta.

Llevan años intentando que las comisiones aumenten, pero denuncian que desde Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) ni siquiera les han escuchado. El organismo, por su parte, apunta a infoLibre que están "dialogando con las asociaciones del sector, tanto con las mayoritarias como Anapal como con las minoritarias", algo que niegan los loteros consultados. "Las reuniones van bien, el diálogo con las asociaciones mayoritarias está siendo muy constructivo y, ante un problema complejo, estamos ofreciendo y recibiendo propuestas. Somos optimistas en cuanto a poder encontrar soluciones en beneficio de todos porque el diálogo está siendo frecuente y fluido", apuntan sin embargo desde SELAE.

"El contrato con SELAE nos tiene maniatados"

No solo son las comisiones. Tal y como recuerda María, el cambio de contrato con SELAE, que tuvo lugar en el año 2011, les ha dejado "maniatados". Pilar Velázquez, dueña de una administración de loterías en Ocaña (Toledo), explica que todos los loteros están obligados a tener tres seguros: uno de caución, uno multirriesgo y uno anual que cubre la lotería de Navidad y la de El Niño. Como denuncia, el primero cubre el gasto de lotería en caso de robo, pero la beneficiaria es SELAE aunque lo pague el administrador del negocio. "Si tienes 100.000 euros en lotería y te lo roban, el seguro de caución no nos paga ese dinero a nosotros", critica. Es obligatorio para tener abierta la administración y que sea, además, con la aseguradora Axa. El segundo es diferente: beneficia al lotero y no es obligatorio, "pero como no lo tengas y te roben, te arruinas".

Por otro lado, también están obligados, dice Velázquez, a implantar un sistema de seguridad similar al que tienen las sucursales bancarias y a mantener una imagen corporativa en la que cada vez colabora menos SELAE. "Loterías nos facilita el material, los boletos, los terminales, el papel de la impresora... Pero desde hace años ya no nos da carteles ni listas de resultados. Todo eso ha pasado a ser pagado de nuestro bolsillo", denuncia María. "Para nosotros son todo obligaciones", añade.

Una gran competencia

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SELAE, además, les hace una especie de competencia, como critican. "Lo hacen vendiendo desde la web", apunta María, lo que perjudica a negocios que, como el de Pilar, tenía una red de clientes fijos por ser la administración más próxima a ellos. "Soy la única administración en un radio de 20 kilómetros, pero la venta por internet me está perjudicando esa posición privilegiada", dice.

Además, también están los llamados "negocios mixtos" que, como explica Almeida, son aquellos negocios que no se dedican en exclusiva a la venta de loterías pero que tienen una máquina habilitada donde se puede jugar la quiniela y, desde hace unos años, la lotería nacional, que antes era exclusiva de las administraciones.

"Existe una imagen de que estamos todos forrados, de que todos somos doña Manolita, pero no es verdad", sentencia Escrig, que lamenta que la administración que venda el Gordo de Navidad que salga este año, más allá de la visibilidad que gane durante "dos o tres semanas", tan solo obtendrá "la alegría de haberlo repartido". Luego, dice, tendrá que seguir luchando por sobrevivir.

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