Junts mantiene su pulso a Sánchez mientras crece el temor a Aliança Catalana y a la abstención

Míriam Nogueras subió a la tribuna de oradores del Congreso el pasado miércoles a las 12.15 horas. La expectación era máxima. El decreto ómnibus del Gobierno estaba en el aire. En La Moncloa confiaban en los posconvergentes. Pero la portavoz enlazó duras palabras: de “trileros” a “negligencia en la negociación”. Tres ‘noes’ del partido independentista para las tres votaciones.
Los socialistas, capitaneados por Santos Cerdán, habían intentado convencer a los de Carles Puigdemont hasta el último minuto, con parada horas antes en Waterloo. Pero pudo más la advertencia del expresident de que no va a apoyar al Ejecutivo al entender no cumplidas las promesas pactadas para la investidura de Pedro Sánchez que el alma pragmática de la antigua CiU. Toca volver a empezar.
El Ejecutivo y los dirigentes del PSOE y de Sumar ponen, tras la votación perdida, el foco en el Partido Popular, al que acusan de causar “dolor social” y de hacer una política “destructiva” de oposición. El tono se baja respecto a los de Carles Puigdemont, a pesar de que el malestar es profundo dentro de la coalición con los socios soberanistas. Como señalan varias fuentes del ámbito progresista, ahora hay que rehacer la confianza, además de dar algo de tiempo a los posconvergentes para reconducir el diálogo. También dar explicaciones ante los ciudadanos. En La Moncloa apuestan en estos momentos por llevar de nuevo el grueso del decreto ómnibus.
Y en esa reconstrucción de los puentes se mira a los interlocutores de Junts. Carles Puigdemont es el líder omnipotente del partido y tiene como principales negociadores a Nogueras y al secretario general, Jordi Turull. Dos figuras que se entienden pero que tienen dos estilos diferentes. Y fuentes socialistas deslizan que hay un mejor entendimiento con el segundo, que es un político más pragmático y que, en su opinión, tiene más en la cabeza la pantalla de estabilidad en la que está Cataluña. En cambio, hay menos sintonía con la portavoz en el Congreso, a la que ven más encuadrada en la imagen mediática que quieren los soberanistas trasladar en Madrid, en el Congreso y ante los medios.
Se distinguen también matices en los discursos de estos dos líderes independentistas. Nogueras suele ser mucho más dura con el PSOE sin dar espacio a palabras de entendimiento. En cambio, Turull siempre deja claro en sus intervenciones ante la prensa que ese choque con La Moncloa no significa que vaya a haber una moción de censura de la mano del PP y de Vox. Asimismo, el secretario general, en alguna ocasión, ha puesto en valor el papel de negociador de Cerdán. A la vez, en la parte socialista indican: “Turull fue clave para la investidura de Sánchez”.
Los riesgos de la estrategia
Junts es un partido que gira en torno a Puigdemont. En la formación no hay voces internas con fuerza que den batallas como la posición sobre el decreto. Fuentes de Junts que lo conocen desde hace décadas hacen este análisis: “Es que él es ahora mismo el pegamento de un partido en el que hay muchos sectores, desde activistas de izquierdas independentistas hasta la vieja guardia de Convergencia. Él va a por todas. Se rodea de un grupo muy pequeño de personas, ahora está mucho con Antoni Castellà. Es un partido que no ha hecho la transición tras el 1-O”.
A pesar de que en público nadie cuestiona la decisión sobre el decreto ómnibus, en privado hay sectores de Junts que sí muestran sus dudas sobre la estrategia. “Cuando la gente vaya a sacar el abono y tenga que pagar el doble, pues sí se acordará de Puigdemont”, señala un exconseller independentista.
Además, fuentes de Junts, reflexionan que el partido se encuentra en una situación electoral muy compleja a varias bandas: “Vamos a tener un gran problema con la abstención. Muchos independentistas ya no se creen la foto del otro día de Puigdemont y de Oriol Junqueras. Hay muchos decepcionados que se preguntan qué van a hacer. Hay un problema también con Aliança Catalana. Te guste más o menos, ellos sí tienen un discurso claro en temas como la inmigración”.
También dentro de Junts ven las diferencias entre los negociadores: “Míriam es una activista y el brazo armado de Puigdemont. A ella le da igual gobernar o no. En cambio, Turull tiene una tradición convergente y tiene un discurso más transversal, sabe que hay que llegar a más gente para ganar. Él es más político en el sentido clásico, piensa en la estructura. Es el que intenta encajar el caos en la organización. Tiene más conexión con el mundo municipal, donde nuestros alcaldes y concejales son mucho más prácticos en una Cataluña donde se está asentando el PSC precisamente con aires de CiU”.
Los efectos en Cataluña
A pesar de no entrar en el choque directo, en el Gobierno se recalca lo que supone la no convalidación del decreto ómnibus también para Cataluña, ya que la Generalitat dejará de ingresar 1.910 millones de euros en entregas a cuenta, destinados a mejorar los servicios públicos, como la sanidad, la educación o la dependencia. Además, tiene una incidencia directa en los más de 1,5 millones de jubilados en la comunidad (que perderían un poder adquisitivo de 536 euros al año).
Asimismo, según los cálculos del Ejecutivo, los usuarios del transporte público en Cataluña dejarán de beneficiarse de los 154 millones de euros destinados a bonificar el transporte en la comunidad. Quien más lejos ha llegado contra Junts por parte del Gobierno durante estas horas ha sido la titular de Defensa, Margarita Robles, quien aludió a ellos lamentando su “chantaje permanente”.
A la espera del siguiente pulso en una futura votación, desde Junts se aguanta la presión, a pesar de no haber puesto en concreto ninguna medida como objeto para su no al decreto. Carles Puigdemont urgió en las redes sociales al Gobierno a aprobar un decreto para la subida de las pensiones y otro para las ayudas al transporte, en tanto que Nogueras afirmó que no van a dar un sí a todo el programa electoral del PSOE y de Sumar. Los socios a la izquierda, en cambio, presionan para llevar de nuevo todo el paquete a la Cámara Baja y advierten de que los posconvergentes y el PP quieren eliminar por el camino medidas como la renovación del bono social o la prohibición de los desahucios.