Castilla y León más allá de macrogranjas: talento a la fuga, desindustrialización y tres décadas de dominio conservador

El presidente de la Junta de Castilla y León y candidato a la reelección, Alfonso Fernández Mañueco, junto al líder del PP, Pablo Casado.

Castilla y León vota el próximo 13 de febrero. Se trata de unas elecciones adelantadas por el presidente castellano y leonés, Alfonso Fernández Mañueco, para intentar repetir el éxito de Isabel Díaz Ayuso en Madrid: acabar con Ciudadanos y conseguir una mayoría lo suficientemente amplia como para —con el permiso de Vox— formar gobierno en solitario. Y, de paso, impulsar la carrera de Pablo Casado hacia La Moncloa. Como parte de esta estrategia, Mañueco ha puesto las macrogranjas en el centro del debate de la precampaña tras tergiversar unas declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre la mala calidad de la carne que produce la ganadería intensiva. Pero la región es mucho más que eso.

Agustín Huete, profesor del Departamento de Sociología y Comunicación en la Universidad de Salamanca y miembro del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla y León (Copyscyl, explica a infoLibre que se trata de una comunidad "arquetípicamente conservadora", cuya imagen estereotipada es la de una "población aburrida y gris" que "no arma ruido ni genera polémicas". Sin embargo, sus problemas podrían ser los del resto de España si no se encuentra una solución a la despoblación y al envejecimiento de la población, valora.

El sociólogo hace hincapié en que la población "no tiene problemas de excesiva pobreza" aunque sí que "hay gente que vive con lo justo": "No es raro que el PP tenga cierta ventaja en los comicios, el PSOE tuvo su oportunidad en las elecciones de 2019", valora. Huete cree que la población no reclama un cambio después de tres décadas de gobierno conservador porque interpreta que este ya se ha producido con la entrada de Pedro Sánchez en el Ejecutivo y con la configuración de la coalición en enero de 2020. "En Castilla y León se vota pensando en clave estatal. En las encuestas que realizamos, la mayoría de la gente sí que admite que la izquierda cuida más la sanidad, pero como el cambio ya se ha producido en Madrid el votante tiene la percepción de que las cosas son parecidas", valora.

El profesor de la Universidad de Salamanca señala que el dominio conservador y masculinizado se explica desde varias perspectivas y se remonta al caciquismo. No le extraña que todos los candidatos de los partidos mayoritarios sean hombres ( el propio Mañueco (PP), Luis Tudanca (PSOE), Francisco Igea (Cs), Juan García Gallardo (Vox) y Pablo Fernández (UP) y que ni una sola mujer haya llegado a ser presidenta (Juan Vicente Herrera, José María Aznar, Juan José Lucas y Jesús Posada). "Hay una parte importante de la población que sigue considerando que los hombres son más importantes y que se les da mejor hacer política que a las mujeres", sostiene.

Madrid como aspiradora de talento

Diez comunidades autónomas españolas tienen un saldo vegetativo negativo, es decir, muere más gente de la que nace. La  que lidera la lista es Castilla y León según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística sobre el Movimiento Natural de la Población. La región ha perdido casi medio millón de residentes (471.093 habitantes menos) desde los años 50, a diferencia de la expansión demográfica que sí se ha dado en el conjunto del país, que ha sumado a casi 20 millones más de habitantes.

La situación ha ido a peor con la llegada de la pandemia. Según datos del mismo organismo en el año 2020 se registró el mínimo histórico del saldo vegetativo (–5,9 por 1.000 habitantes), producto de una alta  tasa de mortalidad (11,9) en ascenso por el envejecimiento de la población y una baja tasa de natalidad (5,9). Las previsiones de cara al futuro tampoco son optimistas, ya que el INE prevé que sea la región que más población pierda de aquí al año 2035.

Es también la comunidad autónoma con más jóvenes viviendo en otras partes del territorio. Esas fugas migratorias se han producido, históricamente, hacia la Comunidad de Madrid, el País Vasco, Cataluña y Comunitat Valenciana, según datos del padrón municipal de 2020. La autonomía madrileña cobija a casi cuatro de cada diez personas nacidas en Castilla y León, con un total de 384.532 habitantes. Para el sociólogo que haya jóvenes que se formen en la región y después emigren no tendría que ser un problema si esa riqueza se repartiera de manera equilibrada. "La Universidad de Salamanca tiene unas tasas de éxito en el mercado de trabajo muy altas, los estudiantes se colocan muy bien, pero no se colocan aquí", sintetiza.

Además, los datos de la inmigración tanto nacional como internacional no compensan este desequilibrio. Hay apenas un 10% de españoles procedentes de otras autonomías que se hayan asentado en Castilla y León, mientras que en el segundo caso apenas llega al 6% del total, siendo Marruecos, Rumanía y Colombia los países de procedencia más habituales.

Más grande que Portugal pero sin apenas gente

Castilla y León es la región más extensa de España. Sus 94.224 kilómetros cuadrados superan la superficie de 17 países de la Unión Europea, entre ellos Hungría, Portugal, Austria, República Checa, Irlanda, Países Bajos o Bélgica. La región representa casi el 20% del país en extensión, pero en ella apenas vive el 5% del total de la población: 2.379.530 personas, según datos del INE actualizados a junio de 2021. Para el sociólogo esto es un problema de primer nivel que se traslada a los foros en los que se discute sobre financiación. "Castilla y León siempre esta peleando por que primen los criterios de extensión sobre el criterio poblacional, ya que este último siempre suele beneficiar a las comunidades más ricas", abunda.

De los 2.248 municipios que tiene la región, ocho de cada diez tiene menos de 500 habitantes, acercándose este porcentaje a 90 en el caso de Soria y superando el 85 en Salamanca y Ávila. Más de un tercio del total (32,2%) no alcanza el umbral de los 100 habitantes. Estos pequeños municipios rurales están condicionados por el despoblamiento y el envejecimiento. En el sentido opuesto se sitúan las grandes urbes (de más de 10.000 habitantes) y medianas (entre 5.000 y 10.000 habitantes), que tan solo representan un 2,7% pero en el que se concentra el 67% del total de la población. 

El área urbana de Valladolid se sitúa en la cúspide, con más de 400.000 habitantes, seguida de León, Salamanca y Burgos, con un intervalo de población en la horquilla 150.000-200.000 habitantes. "A tenor de las encuestas que manejamos, toda la comunidad está bastante de acuerdo en que la presencia de la Junta solo en Valladolid, con políticas diseñadas para ellos, es un error", señala Huerte, que también explica de esa manera el "auge del regionalismo'" en León. En perspectiva la imagen es todavía más aterradora para la España despoblada. El 90% de los españoles viven en el 30% del territorio.

Población envejecida y más funcionarios que la media española

Castilla y León se constituye como la segunda comunidad autónoma más envejecida de España, por detrás de Asturias, con un peso de la población de 65 años o más del 25,5%. "Hay servicios públicos que requieren mucho personal, como la dependencia y la atención a mayores", afirma el profesor de Sociología, que explica desde ahí el peso que tiene el sector público en la región. Además, el porcentaje de personas mayores de 80 años representa el 9,3% del total de población, casi cuatro puntos más que hace dos décadas, acercándose al grupo más joven, los menores de 15 años, que representan el 11,7% del total.

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En el año 2020 la población activa de Castilla y León estaba compuesta por 1.097.000 personas, de las cuales 964.700 estaban trabajando y 132.400 en situación de desempleo. Respecto a 2019, la población activa descendió un 2,2%, con 24.200 personas activas menos, mientras en el conjunto nacional la disminución de la población activa fue menos intensa, del 1,3%. En 2020 el sector público fue el responsable de la generación de nuevo empleo asalariado en todos los tramos de edad en Castilla y León. Por el contrario, el sector privado perdió empleo asalariado en los tramos de edad jóvenes y edades centrales.

Con datos del Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas (BEPSAP), publicados por el Ministerio de Política Territorial y Función Pública y referidos a julio 2020, en Castilla y León trabajaban 161.813 personas al servicio de las Administraciones Públicas (163.014 el año anterior). Es el sector que más genero emplea seguido del comercio y hostelería (25,2%) e industria manufacturera (16,3%)

El sociólogo pone en valor el peso que también tiene la automoción en la comunidad, con plantas como la de Renault, sin embargo, pone el foco en el "proceso de desindustrialización" que ha vivido León y que explica , a su juicio el "regionalismo leonés", que pide independizarse de Castilla.

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