COMUNICACIÓN POLÍTICA

Manual para lograr una investidura (o por qué el intento de Feijóo es poco creíble)

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en su reunión esta semana en el Congreso.

Estos días, España está viviendo un hecho inédito: dos candidatos están negociando a la vez una investidura. Por un lado, está Alberto Núñez Feijóo (PP), que intenta justificar ante la opinión pública el mes que tiene por delante. Por otro, un Pedro Sánchez (PSOE) que, en la sombra, empieza a abonar el terreno por si llega su momento.

Ambos lo tienen complicado. Esta semana, el PP le proponía al PSOE firmar unos "Pactos de Estado" que le permitan gobernar durante dos años, pero sin el partido de Sánchez dentro del Ejecutivo. “Quedó artificial y como un acto propagandístico que solo pretendía proyectar a Feijóo como un hombre de Estado”, explica Toni Aira, profesor de Comunicación Política en la UPF Barcelona School of Management. 

Descartada esa vía, nos quedan tres meses para que se produzca un acuerdo de investidura antes de ir a nuevas elecciones. ¿Qué instrucciones deberían seguir los candidatos para que la negociación llegue a buen puerto? No hay una fórmula mágica, pero sí distintas claves que pueden ayudar a conseguir un acuerdo.

1. Cualquier negociación tiene que venir engrasada de antes

En los últimos tiempos la relación entre el PP y el PSOE ha estado plagada de ataques y descalificaciones personales. Por eso, la propuesta de Feijóo ha resultado tan poco creíble. Actualmente, en España, una gran coalición como en Alemania sería impensable por las diferencias ideológicas y porque, hasta ahora, no se han creado unas condiciones previas que faciliten el diálogo.

“El problema de Feijóo es que todas sus declaraciones están lastradas por lo que dijo en la campaña electoral. Su liderazgo no ha tenido ningún cambio significativo respecto a la era de [Pablo] Casado y el Consejo General del Poder Judicial sigue sin negociarse. Para que funcionen los pactos en política se tienen que haber engrasado antes”, explica la politóloga Verónica Fumanal.

2. La coherencia, tan imprescindible como poco habitual

En la vida, y en política, la coherencia entre lo que se hace y lo que se dice es fundamental. Lo que falló en la propuesta de Feijóo es la paradoja de que ninguno de los pactos que incluía el documento los hubiese propuesto antes desde la oposición.

Algunas de las propuestas como fortalecer el Estado de las autonomías no son coherentes con estar gobernando con Vox, un partido que las quiere suprimir. Como tampoco lo es la propuesta de un Pacto Nacional del Agua, después de la polémica de Doñana en la que el Gobierno andaluz aprobó regadíos en zonas amenazadas por la sequía.

3. En una negociación, la discreción siempre suma

Junts y el PSOE escondieron hasta el tiempo de descuento cómo iba avanzando la negociación que hizo presidenta del Congreso a Francina Armengol. Como se ha demostrado, llevarlo con discreción fue todo un éxito. “La presión de los focos siempre lleva a la exacerbación del discurso político y no ayuda al entendimiento”, explica Aira. No filtrar detalles a los medios de comunicación durante el proceso es fundamental. “Eso sí, una vez se ha llegado al pacto, hay que hacer públicos la totalidad de los acuerdos, de lo contrario se pueden volver en tu contra”, añade Fumanal.

4. Los temas espinosos mejor siempre al final

En los inicios de la negociación de la investidura de María Guardiola, la actual presidenta de Extremadura dejó claras sus líneas rojas, como no negar la existencia de la violencia machista. Esto dinamitó el acuerdo, antes de que todo saltase por los aires y se viese obligada a pactar con la extrema derecha.

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Los expertos creen que poner sobre la mesa los temas espinosos es algo que no se debe hacer al principio de una negociación, a no ser que, como Guardiola, haya intención de que no fructifique. “Se debe empezar por las cuestiones que pueden acercar posiciones y generar espacios de confortabilidad. Lo duro tiene que ir al final”, opina Toni Aira.

5. Si realmente hay voluntad, el acuerdo se consigue

El mejor ejemplo de que si hay voluntad el acuerdo llega ocurrió a ojos de todos en 2019, cuando el PSOE y Podemos pactaron el Gobierno de coalición en un día, después de meses con la negociación encallada. También, cuando Yolanda Díaz consiguió incluir a los morados en Sumar en apenas dos semanas tras el adelanto electoral. “Llegar a pactos en política es tremendamente complicado si no hay voluntad y es tremendamente fácil si hay voluntad. Sin ese clima previo de confianza mutua, de entendimiento, es muy poco probable que una negociación llegue a buen puerto”, concluye Fumanal.

 

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