Política

Moreno sigue devorando restos de Cs con el fichaje de dos exconsejeras y dos exportavoces naranjas

Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía (PP), junto a Rocío Ruiz, entonces consejera de Igualdad en funciones (Cs), en una imagen de julio de este año en el Parlamento.

Es al mismo tiempo una exhibición de fuerza de uno y de debilidad –extrema debilidad– del otro. Es la viva imagen del pez grande que deglute al pequeño. Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta y del PP de Andalucía, está devorando una parte destacada de los restos de Cs con el fichaje de cuatro de sus figuras más relevantes en la comunidad en la pasada legislatura: dos exconsejeras y sus dos últimos portavoces.

Las incorporaciones al Ejecutivo andaluz o a puestos decididos por el PP, ahondan en la descomposición del partido naranja, dirigido desde agosto en Andalucía por una gestora liderada por el malagueño Andrés Reche. Dicha gestora fue la solución de urgencia adoptada por el partido tras la dimisión de su antiguo líder y candidato, Juan Marín, precipitada por el descalabro de los naranjas en las autonómicas del 19 de junio. La crisis andaluza forma parte de una crisis general de Cs, que pone en riesgo la supervivencia de un partido que rozó el adelantamiento al PP en 2019. Hoy trata de frenar su sangría con un proceso de refundación de desenlace incierto a las puertas de un año electoral.

Ese proceso choca con los síntomas de aguda descomposición que llegan de Andalucía. El PP que lidera Moreno anunció este martes la designación de los miembros que le corresponden en el Consejo de Administración de la Radiotelevisión Andaluza y en el Consejo Audiovisual. En este último órgano, que es la autoridad que regula el sector audiovisual, el PP incorpora a una figura de alto relieve de Cs. Se trata de Rocío Ruiz, que fue consejera de Igualdad con Cs durante la legislatura de la coalición entre los partidos de Moreno y Marín, una responsabilidad a priori poco conectada con sus nuevas obligaciones.

Pero Ruiz no fue una consejera más. La titular de Igualdad fue considerada como la defensora de las posiciones más progresistas en el seno del Gobierno, lo que la llevó a una frecuente colisión con Vox por cuestiones de género o migratorias. Su nombre sonó insistentemente como posible líder alternativa a Marín cuando el partido empezó a hundirse en las encuestas, si bien ella misma se acabó descartando. Era además uno de los referentes en los que Inés Arrimadas, presidenta de Cs, se apoyó para intentar levantar la imagen del partido en la comunidad durante la pasada legislatura, reivindicando con entusiasmo su gestión como consejera y llegando a implicarse para que fuera cabeza de lista por Cádiz, como finalmente fue. No fue elegida, como no lo fue nadie de Cs.

Ruiz no es el único fichaje. Rocío Blanco, que fue consejera de Empleo en la pasada legislatura a propuesta de Cs, ha repetido en el cargo ahora que el PP tiene mayoría absoluta. No era militante de Cs, pero sí era parte de la cuota de Marín. Ahora Moreno se la ha quedado en su nuevo gobierno. Es más, Blanco se ha integrado en la dirección nacional de Alberto Núñez Feijóo como responsable de Trabajo, junto a los exconsejeros andaluces Elías Bendodo y Juan Bravo.

El Gobierno andaluz ha incorporado además a Sergio Romero, que fue portavoz del grupo de Ciudadanos y vicepresidente del Parlamento, quien fuera uno de los diputados más destacados de la formación naranja, como delegado del Instituto Andaluz de la Juventud en Cádiz. Romero entra así en la Consejería de Inclusión Social, dirigida por Loles López, que hasta su entrada en este departamento fue secretaria general del PP andaluz. Teresa Pardo, que también fue portavoz del grupo de Ciudadanos en la pasada legislatura, es ahora delegada en Málaga de la Consejería de Justicia, Administración Local y Función Publica que dirige José Antonio Nieto, exportavoz parlamentario del PP.

A diferencia de Romero, Pardo fue hasta el final de la máxima confianza de Marín. El PP no hace distingos. Con Romero y Pardo, el Gobierno andaluz ha fichado en septiembre a los dos portavoces parlamentarios de Cs la pasada legislatura.

En Sevilla el delegado territorial de Justicia es Javier Millán, que fue candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Sevilla. La legislatura pasada ocupó el mismo cargo de delegado, pero con Cs. Hace unos días Millán anunció su afiliación al PP.

Andrés Reche, responsable de la gestora que dirige al partido provisionalmente, resta importancia a los fichajes. Circunscribe el paso al PP a "cuatro", aunque admite puedan ser personas "significativas" por su trayectoria. "No hay ninguna desbandada", afirma, negándose a valorar las salidas.

Reche, que este mismo martes se reunió en Sevilla con el secretario nacional de Organización de Cs, Carlos Pérez-Nievas, afirma que hay hoja de ruta e ilusión en el futuro. Su plan es que en octubre ya se conozcan los nombres de los candidatos al máximo número de municipios posibles, logrando así salir de la "inercia negativa". El objetivo es presentar papeleta en todos los municipios donde hubo lista en 2019, entre ellos los de más de 50.000 habitantes y todas las capitales de provincia, explica Reche. "Estoy seguro de que vamos a generar ilusión en cuanto empecemos la precampaña [para las municipales] el 1 de noviembre", señala, recordando que Cs retiene 356 concejales. Reche señala que el partido está en pleno proceso de recuperación de la estructura organizativa a nivel provincial, y que sólo quedan dos provincias para culminarlo, Córdoba y Huelva.

Declive tras el fracaso electoral

La posibilidad de un trasvase masivo de cuadros de Cs al PP sobrevuela el espacio de la derecha andaluza desde el fracaso de la moción de censura de Murcia y el cambio de partido del que fue secretario de Organización de los naranjas, Fran Hervías. En marzo de 2021 Moreno tuvo que comprometerse por escrito con Marín a no fichar cargos de Cs en Andalucía, única manera de destensar las relaciones entre ambas formaciones. El compromiso caducó con las elecciones autonómicas y la debacle de Cs, que perdió sus 21 diputados en las elecciones de junio. Fue un hundimiento total. En 2018 Cs se había quedado a menos de 2,5 puntos y medio del PP: 20,75% frente a 18,28% del voto. El propio Juan Marín envió tras el descalabro un mensaje que podía ser interpretado como un aval a una posible migración. Cuando todavía era vicepresidente en funciones, afirmó que daría su "apoyo total" a los miembros de su partido que dieran el sí Moreno si les ofrecía un cargo. Es más, las especulaciones sobre la posible incorporación de Marín a algún puesto no cesan. Moreno ha asegurado que ofreció a su exvicepresidente una consejería, pero que este declinó. No obstante, Marín nunca ha cerrado la puerta a "colaborar" en el futuro con Moreno, al que le une una buena relación personal, según aseguran ambos.

Los síntomas de descomposición se multiplican en Cs Andalucía, que ha cerrado la mayoría de sus sedes locales. "Queda muy poca cosa. Cs era un gigante con pies de barro. Muchos votos con poca estructura", señala un conocedor de las interioridades del partido, que valora el esfuerzo de la gestora pero afirma que la sangría es "imparable" y recuerda que Marín fue elegido candidato con el voto de sólo 823 militantes.

Álvaro Pimentel, candidato de Cs a la alcaldía de Sevilla en 2019, anunció la pasada semana su decisión de no repetir. Fran Carillo, el candidato de mayor peso de los que se enfrentaron a Marín en las primarias, dimitió de todos sus cargos en mayo, antes incluso de las elecciones. Elena Bago, otra candidata en las primarias, ha fundado un nuevo partido, Somos Futuro. Una tercera candidata, Carmen Almagro, también ha dejado Cs.

Hace apenas año y medio, en abril de 2019, Cs obtenía en las generales más de 4 millones de votos y el tercer grupo en la cámara. Hoy lucha por su supervivencia tras un fuerte retroceso en Cataluña, su desaparición parlamentaria en Madrid y Andalucía y el mantenimiento de un solo procurador en Castilla y León. La presidenta Arrimadas trata de darle un impulso con "actos de refundación" en diversos puntos de España, reforzando la marca "liberal" de Cs. Aunque la fecha no está cerrada, hay prevista una asamblea general para diciembre o enero. Todo apunta a que el partido va a llegar en graves dificultades a las municipales y autonómicas de mayo de 2023. Aún no hay candidatos para las autonómicas ni para los grandes ayuntamientos, con la excepción de Valencia, donde el cabeza de cartel será de nuevo el dirigente Fernando Giner. Desde el partido el mensaje sigue siendo que no hay rendición.

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