Un ovillo de lana, una aguja y unas manos dispuestas a ayudar. Lo que así empieza, en unas pocas horas acaba en una gran manta. "Esta es una de las mantas destinada a un adulto”, dice una voluntaria.

Un ovillo de lana, una aguja y unas manos dispuestas a ayudar. Lo que así empieza, en unas pocas horas acaba en una gran manta. "Esta es una de las mantas destinada a un adulto”, dice una voluntaria.

Un ovillo de lana, una aguja y unas manos dispuestas a ayudar. Lo que así empieza, en unas pocas horas acaba en una gran manta. "Esta es una de las mantas destinada a un adulto”, dice una voluntaria.

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