Tres hitos que marcarán el nuevo año: exhumación de Franco, juicio al 'procés' y superdomingo electoral

En el guion de 2018 no estaba escrito que el año iba a acabar con un presidente del Gobierno socialista tras una moción de censura. Tampoco la marcha de Mariano Rajoy de la política. Ni la de Soraya Sáenz de Santamaríay María Dolores de Cospedal, dos mujeres que aspiraban a todo en el ahora principal partido de la oposición. El Partido Popular de hoy no tiene mucho que ver con el que arrancó el año, comenzando por su líder Pablo Casado. Y costaba imaginarse que el poder en Andalucía, feudo del Partido Socialista, fuese a cambiar de manos. Como también costaba visualizar que la ultraderecha, representada por Vox, fuese a entrar con fuerza en un Parlamento regional.

Estos son algunos de los mimbres con los que damos salto al año nuevo. Un periodo de tiempo en el que la política, en la que un día es una eternidad, seguirá escribiendo páginas fuera del guion, unas historias que se intercalarán con cuestiones ya marcadas en el calendario. El Gobierno tiene previsto que los restos del golpista y dictador Francisco Franco abandonen el Valle de los Caídos en los primeros meses del año. Otro de los focos estará en el Supremo y en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, donde se juzgará a los 18 líderes independentistas catalanes (12 en Madrid y 6 en Barcelona). Y el 26 de mayo coincidirán autonómicas, municipales y europeas, en el ya conocido como "superdomingo electoral". Está por ver si Pedro Sánchez elige también ese día para unas generales anticipadas... o algún otro de 2019. Aunque hasta la fecha no haya dejado de repetir que su intención es "agotar la legislatura".

  Franco, fuera del Valle de los Caídos

Pedro Sánchez quiere hacer de la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco una de las banderas de esta etapa de Gobierno. Y la tarea se le está atragantando a un Ejecutivo que confiaba en que los restos estuviesen fuera del Valle de los Caídos antes de que finalizase 2018. La tarea queda, pues, pendiente para el nuevo año.

El pasado 17 de diciembre, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo rechazó paralizar el proceso de exhumación del dictador, medida cautelar que había sido solicitada por sus nietos mientras se resuelve el fondo del recurso que presentaron contra la orden del Consejo de Ministros Consejo de Ministrosque inició el proyecto para sacar los restos de la Basílica del Valle.

En todo caso el tribunal advirtió de que el Ejecutivo de Sánchez no podrá ejecutar un futuro acuerdo que ordene expresamente la exhumación sin dar la oportunidad a la familia de impugnarlo. El Ejecutivo, de nuevo ante el Tribunal Supremo.

Los nietos del dictador se han quejado de las "irregularidades" del proceso. Consideran que la orden de exhumación consecuencia del decreto que modifica la Ley de Memoria Histórica, "debiendo tener carácter colectivo respecto de todos aquellos inhumados en el Valle de los Caídos que no hubieran fallecido a consecuencia de la Guerra Civil, tan solo se ha incoado respecto de los restos mortales" de su abuelo. Sostienen que se está aplicando así una política de "caso único", que además afecta a su "derecho a la intimidad personal y familiar", puesto que han "manifestado de forma unánime su frontal oposición a la exhumación de los restos de su abuelo" y aún así, se ha seguido adelante.

El Ejecutivo confía ahora en exhumar los restos de Franco hacia el mes de febrero. Este plazo implicaría que no podría estar todavía aprobada la reforma de la Ley de Memoria Histórica, que impediría que los restos del dictador acaben en la cripta de la catedral de la Almudena, en el centro de Madrid. Pero el propio presidente del Gobierno señaló en la tradicional copa de Navidad de la Moncloa, el pasado 17 de diciembre, que el Estado tiene herramientas para impedirlo.

Después de que el Gobierno haya dado varios plazos que nunca se han acabado de cumplir, el presidente evitó comprometerse a una fecha concreta en la rueda de prensa de balance de fin de año, el pasado 28 de diciembre. "Si hemos esperado 40 años, esperar unos meses más no es problema, al menos para este Gobierno""Si hemos esperado 40 años, proclamó.

Sánchez destacó que el procedimiento que se sigue es "garantista". Y, por tanto, la familia tiene la oportunidad de volver a pronunciarse y plantear enmiendas al procedimiento administrativo.

En todo caso sostuvo que el expediente está en sus "últimos pasos". Entre ellos se encuentra el informe de la Delegación del Gobierno en Madrid que desaconseja, por motivos de seguridad y orden público, que los restos mortales de Franco sean enterrados en la Catedral de la Almudena, tal y como pretende la familia.

  Los independentistas catalanes, al Supremo... y al TSJ

El día de Navidad, tras la tradicional ofrenda floral a la tumba de Francesc Macià, el presidente de la Generalitat sugirió una fecha para el inicio del juicio por el 1-O. "El día 22 de enero comienza un juicio contra nuestros compañeros, políticos demócratas, honorables, que dieron la voz al pueblo". No obstante, cuando Torra pronunció esas palabras, el Tribunal Supremo tenía pendiente pronunciarse sobre la revisión de su competencia para juzgar a los 18 líderes del procés acusados de rebelión, sedición, malversación o desobediencia.

El pasado 18 de diciembre la Fiscalía defendió que el juicio debe mantenerse en el Supremo, y no pasar al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), al entender que lo que ocurrió fue un ataque al "corazón" del Estado. Pero la semana pasada, el Supremo confirmó su competencia para enjuiciar el procés independentista aunque derivó al TSJC la causa que afecta a cinco miembros de la Mesa del Parlament y una exdiputada de las CUP que habían sido procesados por desobediencia. El Supremo, por tanto, juzgará a los otros 12 dirigentes soberanistas.

En respuesta a esta sentencia, los exconsellers Josep Rull, Jordi Turull y el expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sánchez presentaron un recurso. La petición, no obstante, no tiene carácter suspensivo. Es decir, no suspende el plazo de diez días dado a sus abogados para que presenten escrito de defensa de cara al juicio.

Casi con toda seguridad, la sentencia no se producirá antes de las autonómicas, municipales y europeas previstas para el domingo 26 de mayo. A esta conclusión se llega si se tiene en cuenta que el Tribunal Supremo no suele dar a conocer una resolución que pueda tener efectos políticos ni en campaña electoral ni en la antesala de unos comicios. En este contexto, no habría fallo, como pronto, hasta el mes de junio de 2019.

Estos plazos implican que de cara a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, el presidente del Gobierno tendría que reconstruir con los independentistas la mayoría de la moción de censura a Mariano Rajoy sin que estos conozcan la suerte que van a correr los líderes del procésprocés.

En la Moncloa siempre han insistido en la separación de poderes frente a un sector independentista que pide negociar sobre los presos y frente a los partidos de la derecha que ven a un Gobierno entregado a los soberanistas.

El encuentro que mantuvo Sánchez con Torra el pasado 20 de diciembre en Barcelona, un día antes del polémico Consejo de Ministros, acabó sin medidas concretas. Pero supuso una reactivación de las conversaciones entre Govern y Moncloa. Según lo anunciado, en las próximas semanas tendrían que celebrarse nuevos encuentros entre miembros del Ejecutivo y de la Generalitat. Del avance de estas negociaciones dependerá en cierto modo la postura de los independentistas de cara a los Presupuestos estatales. Y la duración de la legislatura.

  Tres urnas el 26 de mayo... ¿Y una cuarta?

Tras el aperitivo de las elecciones andaluzas, 2019 será un año eminentemente electoral. Puede decirse, pues, que ya estamos en precampaña para las autonómicas, municipales y europeas que coincidirán el domingo 26 de mayo.

En este contexto, los partidos se pensarán mucho en los próximos meses los pasos a dar: desde presentación de iniciativas parlamentarias a apoyos dados al resto de formaciones políticas. Cualquier paso en falso, con elecciones a la vuelta de la esquina, penaliza.

Las autonómicas se celebrarán en todas las comunidades autónomas excepto en Galicia, País Vasco, Cataluña y Andalucía. Y, como las municipales, no sólo servirán para ver el nuevo reparto territorial de poder. También darán respuesta a una serie de preguntas: ¿consigue el PP remontar tras el mazazo de las últimos comicios? ¿Cuánto de afianzado está el proyecto de Pedro Sánchez? ¿Puede decirse que Podemos y Ciudadanos están consolidados? ¿Hasta donde se extenderá el ascenso de Vox?

En un escenario tan complejo como el actual, el presidente del Gobierno es consciente de que su permanencia en la Moncloa va vinculada a la aprobación de los Presupuestos. Y, estos, a que reciban el voto a favor del llamado bloque de la moción de censura, las formaciones que permitieron a Sánchez desalojar a Mariano Rajoy de la Presidencia. 

No es el escenario ideal para el Ejecutivo socialista, pero a día de hoy no se puede descartar que el presidente del Gobierno disuelva las Cámaras para hacer coincidir las elecciones generales con las autonómicas, municipales y generales en un superdomingo electoral.superdomingo

Sánchez ya ha admitido en público que sin las cuentas públicas aprobadas no va a llegar a 2020, es decir, no va a poder agotar la legislatura. De producirse este escenario, el jefe del Ejecutivo tendría que escoger cuál es el mejor momento para que el PSOE afronte unas elecciones generalesPSOE. La situación en Cataluña y cómo avance el juicio del procés van a ser dos elementos clave que el líder de los socialistas tendrá que poner en la balanza antes de dar el paso. De momento, prefiere no adelantar acontecimientos y en la rueda de prensa de fin de año insistió en que su objetivo es "agotar la legislatura".

Si el resto de electores se comportan de manera similar a como se han comportado los andaluces, los partidos van a estar condenados al pacto. Se espera, pues, un mapa de España sin grandes mayorías en el que para sumar habrá que llegar a acuerdos. Y no será sencillo para los partidos políticos: si las generales no coinciden con las municipales y autonómicas, las formaciones tendrán que calibrar, a la hora de pactar, los posibles efectos que esos acuerdos podrían tener en un contexto de elecciones anticipadas.

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Igual que sucedió con Podemos y Ciudadanos hace años, ahora muchos de los focos estarán puestos en Vox, el partido de extrema derecha liderado por el exmilitante del PP vasco Santiago Abascal. En la formación de Pablo Casado prefieren no minusvalorarlos y aseguran que han llegado "para quedarse" porque la llamada "refundación del centroderecha" por la que aboga el expresidente José María Aznar –y también Casado– no es tarea de meses, sino de años. El presidente de PP cree, además, que esa refundación sólo será posible desde la Presidencia del Gobierno.

Desde Vox aseguran que presentarán candidatos en todos aquellos lugares en los que tengan estructura. Precisamente el exitoso resultado en Andalucía –12 escaños– ha sido un factor fundamental en el crecimiento de este partido de extrema derecha que, pese a no creer en el Estado autonómico, concurrirá a essos comicios.

Casado y los suyos señalan en público que de los resultados que Vox ha tenido en las elecciones al parlamento andaluz se desprende que ha pescado tanto en el caladero del PP como en los de PSOE, Ciudadanos y Podemos. Pero en privado no pueden ocultar que ellos son los principales perjudicados y que les preocupa cómo se comporte en los feudos tradicionales de la derecha, especialmente en la Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana. También en Murcia y en Castilla y León.

En el guion de 2018 no estaba escrito que el año iba a acabar con un presidente del Gobierno socialista tras una moción de censura. Tampoco la marcha de Mariano Rajoy de la política. Ni la de Soraya Sáenz de Santamaríay María Dolores de Cospedal, dos mujeres que aspiraban a todo en el ahora principal partido de la oposición. El Partido Popular de hoy no tiene mucho que ver con el que arrancó el año, comenzando por su líder Pablo Casado. Y costaba imaginarse que el poder en Andalucía, feudo del Partido Socialista, fuese a cambiar de manos. Como también costaba visualizar que la ultraderecha, representada por Vox, fuese a entrar con fuerza en un Parlamento regional.

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