Ensayo sobre la chulería

Isabel Díaz Ayuso mirando al tendido durante un pleno de la Asamblea de Madrid el pasado febrero.

Un runrún enamorado late en los corazones conservadores. ¿Una arritmia? ¡No! Es el murmullo de la libertad. Entre las ruinas de Génova y los socavones de Sol, una lideresa trepa por los cascotes. ¡Mirad con qué chu le ríii aaa se rechupetea el hilillo de sangre de las comisuras! Tras ella cabalgan cuatro jinetes: el espirituoso Rodríguez, el famélico Vaquerizo; Almeida, el petimetre, y Ruiz Escudero, el enterrador. Llegará el Apocalipsis, pero habrá cañas y bocadillos de calamares en cada leprosería. Aleluya.

Resulta de qué contra todo pronóstico, la cyrano del perro Pecas (Dios lo guarde) está a un tris de gobernar el mundo. Si dejas morir a miles de ancianos y aun así ganas las elecciones, eres imparable. “Madrid bien vale un gerontocidio”, canta el chotis. Hay un mundo paralelo, un reino de la meritocracia y el fachaleco donde no sobra ni un Airbnb, donde el metro derrumba barriadas enteras por culpa de la izquierda y el separatismo. Hay que elegir: un Paraíso chiripitiflautico con Fangoria sonando a todo trapo o el Purgatorio regido por el sufragio particular del asqueroso de Txapote.

Socialismo o libertad, signifique lo que signifique. ¿Ir al médico? Ja. Relaxing cup of café con leche in plaza Mayor, póngame diez, que he pedido un crédito. Pareciera que la comunidad señera del país está comandada por una continua huida hacia delante. “Las palabras vacías no le hacen mal a nadie” declaran los umpalumpas de su gabinete. Fuentes de este periódico han logrado infiltrarse en la sala del Consejo Privado y han fotografiado dos ruletas que un ujier acciona para hilvanar el argumentario. “El hedor a coñac era insoportable”, confiesa el becario. En el frontispicio de granito han grabado en capitulares: Cada día, su ocurrencia.

Es sistema ingeniosísimo y habrá que rentabilizarlo. En los últimos meses, la aguerrida presidenta ha paseado su brillantez por las capitales del mundo libre con gran éxito de crítica y público: un buen micrófono de Telemadrid y unas fotitos para Instagram y ya estaría. Acaba de volver de Jerusalén contando lo mucho que ha aprendido allí: miedo me da. De hito en hito. En Miami consiguió bautizar una rotonda (lo juro) y en Lisboa probó el bacalao dorado. ¡Bravo! Si no nos asedian los inversores es porque el comunismo lo impide.

Una preciosa sinfonía

La tía no para. Habrán leído que el otro día fue a su Facultad a recoger un premiecito. Estudió Periodismo, pero permitió que el discurso se lo escribiera un orangután meningítico. Te hacen ilustre y tú con esa afasia. Inspirada por tamaña condecoración, su partido montó el simposio “Madrid, escuela de libertad”. Su portavoz ha dicho que “somos la región más libre del mundo”, que lo ha medido él, con un ábaco. Apareció por allí el director de cultura del ABC y, levantando momentáneamente la vista de las Obras Completas de Ricardo de la Cierva, afirmó que “la pujanza cultural está al nivel de Londres”. Estoy buscando el estudio que acredite el hallazgo, aunque no tengo claro que sea una buena noticia estando los ingleses a dos telediarios de la autarquía –justo pago por su británica estupidez–. Luego, el presidente de la ONCE dijo que “la alegría de esta ciudad no la encuentras en otras partes”. Ha visto mundo, habrá que creerlo. Busquen el vídeo-resumen, es un disparate maravilloso. Lo más brillante de cada casa sentado en unos chésteres blancos de polipiel diciendo emprendeduría, ilusionante y proyección sin pararse a tomar aire.

El otro día fue a su Facultad a recoger un premio. Estudió Periodismo, pero permitió que el discurso se lo escribiera un orangután meningítico

Hay un momento especialmente emocionante: juntan un corro de la patata con venezolanos, chinos, iraníes y ucranianos que escupen vaguedades mientras al público le brillan los ojitos. Luego, los tradicionales economistas anarcocapitalistas a sueldo de las arcas públicas y algunos de los rostros más conocidos del Twitter derechoso. Preciosa sinfonía. Lástima que la presidentriz cerrase la conjunción de lumbreras insinuando que la ley trans lleva a los chavales al suicidio. Cachis, ya no se puede decir nada.

En medio de tanta genialidad, se le olvidó decir alguna palabrita sobre los cientos de miles de manifestantes que le hicieron un bis hace unos días. Esos no son libres, porque están politizados. Resulta esclarecedor escuchar el desprecio con el que los políticos profesionales hablan de la política, como si ellos calentasen el escaño por caridad cristiana. En fin, que querer que el médico te mire eso que te duele cuando te duele es de rojos al servicio de la Tercera Internacional. Qué cosas. Fuentes cercanas al partido han insinuado a nuestro periódico que tan pronto se declare la veda electoral planean bombardear la ciudad con octavillas canjeables por un descuento en su seguro de salud y decesos. No creo que pase nada si dejamos que sociedades buitreras de inversión especulen a costa de nuestra salud: la libre competencia nos protege y el mercado se regulará solo para que la revisión de ese orzuelo no cueste un riñón. ¿Cuándo nos ha jodido la vida una privatización?

Y si tienes que rehipotecar la casa para curarte un uñero, ¿qué pasa? Mejor eso que la ETA. Las víctimas del terrorismo están que trinan, pero no se apure, querido lector: Miguel Ángel Rodríguez está a punto de parir un memorándum que demostrará, más allá de toda duda razonable, que trabajan para el Yunque, el anarquismo italiano o, Dios no lo permita, para el mismísimo Otegui. Losantos ha empezado a calentar por la banda, dando pasitos muy cortos. Es precioso de ver.

Ay. Casi estamos en mayo y las mentes más preclaras y populares están barruntando la madre de todas las campañas. Se avecinan cientos de manifestaciones en defensa de la unidad de España, dos docenas de condenas a la violencia separatista cada quincena y mítines amenizados por Nacho Cano en el mismísimo Zendal, que se ha quedado despejadísimo. Savater ya ha quedado con Trapiello y el botarate de Boadella para fundar treinta o cuarenta plataformas ciudadanas en defensa de los toros, del bestialismo y de la tan manoseada libertad. Servidor espera, sinceramente, no tener que escribir sobre esta doña nunca más. Conste que hago chistes porque me los pagan: maldita la gracia.

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