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Cristina Monge: "El 15M permitió redescubrir la capacidad de la sociedad para movilizarse conjuntamente"

Antonio Contreras

15M: un movimiento político para democratizar la sociedad es el título del libro en el que la politóloga Cristina Monge (Zaragoza, 1976) recoge su investigación respecto a todo lo ocurrido hace diez años en las plazas de las principales ciudades de España. El estudio original fue su tesis doctoral en la Universidad de Zaragoza. Se trata de una de las expertas más reconocidas en la materia. Colaboradora habitual de infoLibre y de otros medios de comunicación, también se ha especializado en los últimos años en las cuestiones relacionadas con la transición energética.

El 15M como transición

"El 15M supuso una transición importante en el sentido de que fue la toma de conciencia de generaciones que hasta ese momento no se habían movilizado de forma masiva y conjunta y, de repente, descubrieron que eran capaces de cambiar las cosas, que se podrían hacer de otra manera. El 15M fue un instrumento de politización muy importante de generaciones nuevas que se incorporaban en esos momentos a la sociedad como agentes activos, como agentes participativos y, al mismo tiempo, también la recuperación de la movilización de generaciones mayores que se habían movilizado en otros momentos de la historia de España. Entonces, se dieron cuenta de que el sistema en España tenía fallas que, ante una crisis tan importante como la que se estaba viviendo, no se estaba sabiendo responder bien y fue un redescubrir de la capacidad de la sociedad para movilizarse conjuntamente. De allí ese lema de que Otra democracia es posible".

Los 20 años, antes y ahora

"Esa joven que tenía veinte años en 2011, de repente descubrió en carne propia que el pacto social que le habíamos ofrecido se había roto. En los momentos que surge el 15M, el desempleo juvenil superaba el cincuenta por ciento en España. En aquellos momentos, fue un grito indignado. Hoy, los y las jóvenes que tienen veinte años, probablemente han visto eso como parte de la historia. Se lo han contado, obviamente no lo vivieron en primera persona. Pero sí que se ha generado una memoria colectiva de lo que fue aquello: una crisis tremenda de la que todavía no nos estábamos recuperando cuando estos jóvenes que tienen veinte años, de repente intentan acceder a la vida adulta y se dan cuenta de que tampoco es posible. Los jóvenes que hoy tienen veinte años han heredado esa memoria colectiva de lo que fue la crisis del 2008 y ese estallido de indignación que fue el 15M y ahora ven cómo hay una nueva crisis económica en la que nuevamente uno de los sectores más perjudicados vuelven a ser ellos y ellas".

Refundar el capitalismo

"Al principio de la crisis del 2008, muchos de los grandes líderes internacionales, incluso alguno de carácter financiero, salieron a decir: "Hay que refundar el capitalismo porque esto ha estallado, esto no funciona". Esta refundación del capitalismo fue un giro hacia más capitalismo. De hecho, fueron años gloriosos para la puesta en marcha de políticas neoliberales fundamentalmente basadas en mayor desprotección social que nos han dejado con una herencia, durante muchísimo tiempo, tremenda: un incremento de la desigualdad. Sin embargo, hoy, de año y medio a esta parte, desde que empezamos con la pandemia, estamos viendo que se ha vuelto a repensar el capitalismo pero esta vez en clave de proteger a las personas, proteger a las sociedades e invertir para dinamizar la economía y de paso, en el caso de la Unión Europea también, para transformarla".

No nos representan

"'No nos representan' fue un grito de indignación que respondía a una de las acepciones que en ciencias sociales tiene la idea de la desafección política. Politólogos y sociólogos hablamos mucho de esa idea y lo hacemos utilizando la misma palabra para hablar de dos acepciones diferentes. Una acepción en el sentido de indignación, de cabreo, de corte de mangas. Eso fue el 15M y eso fueron los indignados. Hay otra acepción de la idea de desafección política que tiene que ver con el desinterés y sobre todo con la desconfianza por la política. Lo que hace diez años fue un momento de desafección, entendida como indignación, hoy sigue habiendo otro momento de desafección, pero esta vez se materializa en esa desconfianza que existe hacia la política en general y, de forma muy especial, hacia los partidos políticos, que se contagia al conjunto de las instituciones".

Podemos, heredero del 15M

"Los movimientos sociales tienen como función fundamental señalar cuáles son las fallas del sistema. Señalar cuáles son aquellas cuestiones que no funcionan y que quedan en evidencia, sobre todo en momentos de crisis como los que se vivieron en aquel momento o como los que podemos estar viviendo ahora. Sin embargo, eso no tiene siempre una traslación automática en términos electorales. La tuvo más tarde, cuando Podemos recoge esa herencia del 15M. Recoge ese momento de indignación y lo transforma en una organización política. Se presenta a las elecciones y tiene un programa político. Incluso es curioso ver cómo votantes de Ciudadanos también se reclaman herederos de ese momento de indignación que se vivió en España, del lado conservador. A ellos también les llevó a optar por un partido diferente al que habían apoyado hasta aquel momento".

La evolución de Podemos

"¿Hasta qué punto el 15M sigue estando dentro de Podemos? Es uno de los debates que ha existido en personas relevantes de lo fue el 15M y en los ámbitos cercanos a Podemos. Eso ha sido un debate, una tensión que les ha acompañado durante todos estos años. Podemos se ha encontrado con la realidad, con los límites que supone entrar en las instituciones y tener que amoldar formas, procesos, incluso conceptos y propuestas al ámbito institucional. Y se han encontrado con que no es fácil que cuadren. Una cosa es la lógica del movimiento social y otra cosa es la lógica institucional que obliga a repensar muchas cuestiones. Yo creo que el siguiente reto que hay por delante en estos ámbitos es cómo conseguir que un partido político que está en las instituciones se amolde al funcionamiento institucional sin perder la frescura o sin perder la horizontalidad que da un movimiento social".

Utopía y realidad

"El 15M fue un grito de indignación que señaló muchos de los problemas que había, que puso a muchos de los actores del sistema ante el espejo y no les gustaron cómo salió, cómo salían en esa imagen. Y a partir de ese momento, actores tradicionales se vieron obligados a repensar algunas de sus formas. Lo que ocurre es que no es fácil dar con ese nuevo modelo de partido. Y al mismo tiempo ocurre una cosa fundamental y es que pasamos de un sistema bipartidista, imperfecto, a un sistema que hemos denominado bibloquista, es decir, dos bloques sin apenas interrelación entre ellos pero dentro de cada uno de esos bloques, una enorme competición interna. Eso hace que por ejemplo las políticas de alianzas sean diferentes. A la hora de formar gobiernos, de formar mayorías, nos hemos encontrado con muchísimas dificultades".

Coproducción política

"La idea de coproducción política viene a decir que la participación en la política no puede quedar reducida a momentos concretos o a espacios temporales. Que realmente lo que se estaba pidiendo en aquel momento es ponernos juntos y juntas a pensar las políticas. Existen en España ayuntamientos y comunidades autónomas que ponen en marcha iniciativas de laboratorios de participación ciudadana donde interactuar con los actores para, conjuntamente, establecer cuáles serían las líneas maestras de esa coproducción política. Estamos en un momento de, sin miedo, ensayar y ver lo que funciona y lo que no funciona, igual que se hace en la ciencia. Afortunadamente hay que decir que existen ya bastantes iniciativas que están permitiendo ensayar estos modelos, algunos de los cuales han funcionado muy bien, otros no tanto y otros han sido un desastre. Bueno, pues de todo eso hay que aprender".

La aparición de la ultraderecha

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"El auge de la ultraderecha lo llevamos viendo en Europa desde hace mucho tiempo. De hecho, en España, se consideró muchos años que la vacuna contra la ultraderecha había sido precisamente el 15M. Sin embargo ocurre algo fundamental y es que el PP se ve dividido, por un lado, en Ciudadanos, que recoge una parte del descontento muy importante de hace diez años y, por otro lado, por un partido de ultraderecha que había estado hasta entonces dentro del PP y que, en ese momento, se desgaja. Una vez que se constituye como partido político, Vox, en cierta medida, muta. Ya no responde exactamente a lo que hacía cuando estaba dentro del PP, yéndose mucho más hacia su extremo, precisamente para competir con el PP. Aquí en España, de momento, esa ultraderecha no ha conseguido penetrar, por ejemplo, en barrios de clases de rentas medias-bajas, pero está evolucionando. Hay que estar atentos y observar qué es lo que ocurre".

El populismo

"El populismo ha acabado siendo una etiqueta debajo de la cual se meten muchas cosas. Incluso meten todo lo que no les gusta, lo cual hace que no sea un concepto muy útil para explicar nada. En los momentos del 15M, yo no hablaría de populismo. En el momento del 15M lo que había era una enorme transversalidad, una pluralidad tremenda y el punto en común que compartían era esa sensación de indignación, de protesta. A día de hoy, yo creo que ese populismo ha dejado de ser ya un instrumento analítico que nos sirva para analizar las cosas. Más allá de entrar en un análisis de ver qué es populismo, una vez que ese concepto ya se ha devaluado tanto que ha perdido gran parte de su capacidad analítica, preguntémonos qué hemos hecho mal para que esos populismos, en los cuales englobamos todo lo que no nos gusta, tengan en estos momentos tal cantidad de adeptos".

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