Llámalo sexo, llámalo crecimiento: ‘Sex education’ y ‘La vida sexual de las estudiantes universitarias’

Fotograma de la serie 'Sex education'.

Coinciden en las plataformas varias series que analizan como tema principal el comportamiento sexual de sus personajes. La vida sexual de las estudiantes universitarias, LVSDLEU, en HBO Max, aborda en tono de comedia los problemas y satisfacciones sexuales de cuatro compañeras sin nada en común que coinciden en una habitación del campus. Hace solo unos meses se subió a Netflix la tercera temporada de la brillante Sex education, centrada en la vida, especialmente la íntima, de los alumnos de un instituto.

Esta serie tiene a los protagonistas más jóvenes, inmersos en el descubrimiento de su sexualidad. Esta deliciosa comedia británica hace un esfuerzo pedagógico, como anuncia en su propio título. Ante el profundo desconocimiento de la sexualidad entre los adolescentes, Otis, alumno de instituto e hijo de una prestigiosa y desinhibida sexóloga, asesora con una amiga a los alumnos.

 Por fin educación sexual

La serie es divertida, entrañable y defensora infatigable de la diversidad y la inclusión sexual. Su creadora es la guionista Laurie Nunn, hija de un prestigioso dramaturgo, director entre otras cosas de la Real Compañía de Shakespeare, y de una actriz australiana, Sharon Lee Hill, con la que vivió tras el divorcio de sus progenitores. Nunn cuenta de sí misma que cambió en numerosas ocasiones de colegio e instituto por la ocupación de su madre y que en todos ellos la educación sexual fue desastrosa: “En retrospectiva, creo que fue muy dañino. No se daba a las mujeres o a los colectivos LGTBI una aproximación a sus situaciones, ni al conocimiento de los cuerpos, o al deseo. Cuanto más escribía la serie más veía que es una buena oportunidad para encargarse de ello”.

Nunn da una de las claves de todo el género de series de instituto, y muy especialmente de la suya: “Creo que es importante que los jóvenes puedan reconocerse en una serie juvenil, y para conseguirlo, creo que la manera es tener diversidad, un montón de personajes. Ellos aportan diferentes perspectivas”.

¿Somos normales?

Dado que busca una representación positiva de la sexualidad, en la que todas las opciones son válidas y todos los abusos inaceptables, encarnarlas en diferentes protagonistas es la mejor manera de visibilizarlas. El fondo del asunto no es sexual, es existencial. Como reconoce Nunn a Vogue Australia: “Hay una pregunta que aún me hago, y tengo 35 años. ¿Soy normal? Es una pregunta eterna, que te acompaña toda la vida. Pero en la adolescencia es especialmente intensa”.

Y eso es lo que tienen en común estas dos series, Sex education y La vida sexual de las jóvenes universitarias. Ambas tratan de la etapa de la vida en la que las personas buscan y definen sus identidades. Ambas están encabezadas por productores ejecutivos que lamentan sus carencias en materia de formación, y actividad sexual en esa etapa.

Las series de jóvenes adultos son series de descubrimiento, de primeras veces, de formación de la personalidad, y de revolución sexual. Todo va unido, como dice la creadora de Sex education: “En su centro, la serie es sobre la comunicación abierta, la honestidad y el valor de lidiar con los asuntos sexuales y de identidad”.

El sexo es costumbrista

Y desde luego, el sexo está muy ligado a las épocas y las costumbres. El equipo de guion de la serie británica, diverso en sí mismo, acabó la primera temporada y en pocas semanas estalló el fenómeno #Metoo. Aterrizó en el momento justo para la historia de la serie. Una de las protagonistas es manoseada en un autobús. Un desconocido se masturba apretándose contra ella. Esa trama le había ocurrido a Laurie Nunn. Cuando lo puso en común con sus compañeras escritoras, casi todas habían sufrido experiencias parecidas. “Sentí que quería escribir sobre ello. Hacer una especie de catarsis”, explica. “Aimee era el personaje perfecto, porque era abierto y luminoso. Se podía ver el antes y el después. Había perdido parte de su confianza, lo que es algo un poco desgarrador”.

A pesar de su esfuerzo pedagógico, sin duda muy político, la serie no solo no es un tostón, si no que construye personajes con mucho encanto, con los que es muy fácil encariñarse. “Es un poco agobiante tratar de incorporar la conversación política y cultural sin descuidar las trayectorias de los personajes”, señala Nunn al respecto. “Siento responsabilidad. Un montón. Hemos llamado a la serie Sex education. Tenemos que proporcionar información útil y saludable. Y tenemos que intentar ser lo más divertidos y entretenidos posible. Tratamos de abrir conversaciones. Y sabemos que siempre va a haber personas que no se sientan reflejadas”.

Bienvenido el sexo queer

Si estas series se pegan a los tiempos que intentan retratar, lo queer tiene que formar parte sustancial de su mirada. Queer, rarito, en su traducción literal original e insultante, ha sido tomado por la comunidad a la que define. Se trata de cualquier orientación o identidad sexual que no sea la dominante y universalmente aceptada en una sociedad. Podían ser homosexuales hace unas décadas y ahora haberse ampliado a personas que no se definen como hombre ni como mujer o que tienen una orientación sexual fluida.

En Sex education, Nunn explica que “no quería que los personajes queer estén definidos por ese rasgo y no tengan más. Queremos que tengan conflictos con sus padres, de otro tipo, o una historia de amor”.

Creadores de series con poca vida sexual juvenil

En La vida sexual de las estudiantes universitarias la intención es más festiva que pedagógica, pero uno de sus responsables es gay, Justin Noble. Se podría decir que envidia a sus personajes homosexuales, ya que recuerda : “Como gay dentro del armario en la universidad me pasaba el día viendo películas. Pero la gente ahora tiene una actitud mucho más positiva ante el sexo”.

La otra creadora de esta serie, que ya ha renovado por una segunda temporada, es una cara muy conocida en televisión. Se trata de la actriz, cómica y guionista Mindy Kaling, intérprete en The office, donde también escribía y produjo.

Ella da una clave de porqué tienen tanto éxito las series juveniles: “Se disfruta vicariamente”. Kaling admite sin rodeos que no tuvo sexo en la universidad. En su serie quiere reflejar el ambiente mucho más abierto que se disfruta hoy en día.

Fiestas de desnudos en la universidad

Algunas experiencias sí son reales, como la famosa fiesta desnuda del segundo episodio. Noble la vivió en sus tiempos en Yale. Era una fiesta normal en la que todo el mundo va desnudo, y aunque todos se hacían los despreocupados, era inevitable estar pensando en ello todo el tiempo. Su recreación es muy divertida.

Mindi Kaling es una referente entre las chicas marrones, como se autodenominan algunas personas de origen asiático como ella, hija de padres indios. Antes de esta, creó una serie de instituto, Yo nunca, con una protagonista inmigrante india de primera generación, cuya irritada voz interior es la del mítico tenista John McEnroe. Y en LVSDLEU una de las cuatro protagonistas es hija también de padres del mismo país asiático.

Sexo incluyente

Normalizar historias, sexuales o no, de inmigrantes, personas con cuerpos diversos, diferentes orientaciones sexuales, o identidades minoritarias de género es parte de una narrativa más incluyente que fomenta la convivencia. Ambas series son un éxito en ese propósito. Sus propios creadores están dibujando el panorama juvenil que les hubiera gustado tener hace años.

‘The family man’, el sorprendente parecido entre indios y españoles

‘The family man’, el sorprendente parecido entre indios y españoles

Kaling reconoce la influencia de Sexo en Nueva York. La premisa de su serie contiene también a cuatro amigas y sus historias de sexo. Y precisamente el icónico título de Darren Star, pionero en el costumbrismo sexual, está presentando su esperada secuela, And just like that.

Vuelven las pioneras de la conversación sexual en pantalla

Cada semana, desde el 9 de diciembre, hasta completar nueve entregas, se incorpora a HBO Max un nuevo episodio. Mas allá de los numerosos cotilleos que despierta la serie, y la rivalidad entre las actrices del reparto original, esta secuela trata menos sobre el sexo pero aún trata sobre sexo. Seguro que si la temporada entra en calor las aportaciones a la vida sexual en torno a la menopausia también revisten su interés.

Muchas otras series contienen aportaciones interesantes sobre el sexo, por supuesto, pero estas tienen la intención de tejer un tapiz lo suficientemente amplio como para contener retratos que sirvan de identificación, que acompañen a un gran número de espectadores en sus propios descubrimientos.

Más sobre este tema
stats