Carta abierta al Sr. Feijóo

Mohamed Ahmed B.

Debí nacer en la entraña de la estepa castellana y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada

Era entonces un joven imberbe de 19 años cuando un lejano mes de julio de 1970 aterricé en el aeropuerto de Madrid-Barajas, y desde 1975 por cuestiones políticas jamás he podido volver al lugar donde nací y pensé equívocamente que, después de tantos años, nadie iba a cuestionar mi condición de ciudadano de este país por el mero hecho de llamarme como me llamo o por tener ese nombre se da por hecho que profeso una determinada religión, considerada por Vd. ajena a las tradiciones y cultura de los españoles, por cierto, parafraseando a D. Luis Buñuel, soy ateo gracias a Dios, pero verle a Vd y a muchos de los que hablan en nombre de su partido dirigirse a los instintos más bajos y primarios del ser humano, culpando a un determinado colectivo de inmigrantes de los males de la humanidad y hablar de costumbres, valores y sobre todo oírle decir "Queremos elevar el nivel de exigencia lingüística, cultural y constitucional", parece una broma de mal gusto y un sarcasmo, un partido que tiene como voceros a unos verdaderos analfabetos funcionales, no es necesario citar a ninguno, están en la mente de todos.

Por todo ello, me he armado de valor y he decidido escribirle públicamente esta carta para confesarle sin ningún rubor que le tengo miedo a Vd y a sus compañeros de viaje; cada vez que les oigo vociferar azuzando el odio al distinto, al inmigrante, me pregunto qué será de mis hijos y de mis nietos. ¿Qué España les deparará el futuro? ¿Cómo será la España gobernada por alguien que predica abiertamente la discriminación entre ciudadanos por su origen y religión que profesan, como hace Vd. diariamente?

Hace muy pocos días estuvo Vd, Sr. Feijóo, en Soria y, cómo no, habló de esos invasores que vienen a vivir a costa de los españoles “de bien" y me acordé de mi primera visita a esa maravillosa provincia, habitada por gente austera, amable y solidaria, recorriendo sus pueblos, un 11 de agosto de 1970 conocí a la que hoy es mi mujer y compañera de vida. Formé una familia, tengo hijos y nietos, e igual que millones de trabajadores contribuyen al desarrollo de este país, serví al Estado durante más de 35 años como funcionario, me alegré y sufrí por igual todos los avatares de este país… pues bien, ya que me armé de valor para confesarle mis miedos, sin acritud, quiero hacerle saber mi negativa a integrarme (signifique lo que signifique este palabro) en la España que vd representa, esa España triste e insolidaria; hace muchísimos años decidí voluntariamente formar parte de una España que entonces luchaba por salir de la pobreza, el atraso y dejar atrás la dictadura, que gracias a la lucha de muchísimos hombres y mujeres es hoy un país moderno, democrático, diverso y acogedor, con una Constitución que nos ampara y nos obliga a todos; por cierto, no tengo ninguna duda de que entre esas exigencias lingüísticas, culturales y constitucionales que pretenden inculcar a los inmigrantes "que pretenden invadir el país para vivir del cuento y ensuciar la calle con su presencia", se les explicará lo que pensaba Aznar en 1979 de la Constitución y sobre todo el sentido del voto de los Diputados de su partido y, lo más importante (permítame la broma), que "Huelva no está en el Mediterráneo".

Me he armado de valor y he decidido escribirle públicamente esta carta para confesarle sin ningún rubor que le tengo miedo a Vd y a sus compañeros de viaje; cada vez que les oigo vociferar azuzando el odio al distinto, al inmigrante, me pregunto qué será de mis hijos y de mis nietos

Qué estafa, Sr. Feijóo; Vd. que venía a ganar en buena lid al Sr. Sánchez y a no insultar, ¿qué ha pasado? Verle en su escaño en el parlamento, fuera de sí, con el rostro desencajado, gritando desaforadamente, le confieso que me produce vergüenza ajena, y como ya le dejé dicho más arriba, me da Vd miedo, cada vez que le oigo envenenando con sus soflamas la convivencia, y estigmatizando a los inmigrantes que no encajan en esa España soñada por Vd; me pregunto qué medida o medidas le quedan por proponer, para según Vd controlar la inmigración, ha propuesto tantas que sólo le queda que en una de las próximas giras que viene haciendo últimamente por España proponga que los inmigrantes que practican el islam y sobre todo si son pobres deberán llevar una media luna cosida a la solapa de su vestimenta para su control hasta que se proceda a su expulsión; ni a Vd ni a ninguno de los que propagan el odio por las calles de este país les molestan esas señoras tapadas hasta las cejas pertenecientes a esos países árabes ricos gobernados por sátrapas y que son recibidas entre aplausos en las tiendas de lujo del barrio de Salamanca de Madrid o las del Paseo de Gracia de Barcelona.

Sr. Feijóo, discúlpeme el atrevimiento, me permito proponerle una medida muy simple, solo una, pero hay que ser valiente, en alguno de esos discursos suyos culpando a los inmigrantes de las siete plagas de Egipto, diga que el día que llegue al Gobierno prohibirá que ninguna niña llevará el velo en ningún colegio público o concertado de este país, tendrá mi aplauso y el de muchísimos ciudadanos.

Sr. Feijóo, soy un Sr. mayor y también con el pelo blanco, y he vivido bajo la dictadura franquista, he vivido la transición, los gobiernos de distinto signo, y en ningún momento me he sentido discriminado, ni observado, pero desde que llegó Vd y se despojó rápidamente de su traje de moderado y empezó a competir con otros sembradores del odio en muy poco tiempo, ha logrado con sus arengas racistas inculcar en muchos ciudadanos el veneno del odio a un determinado colectivo de inmigrantes y eso estando en la oposición, qué no hará cuando llegue al Gobierno acompañado de los lobos, y es aquí cuando empiezo a tener miedo de Vd y preguntarme por qué tanta inhumanidad, por qué tanta miseria moral, por competir por unos votos. Que indecencia, Sr.Feijóo.

Antes de despedirme de Vd. quiero decirle respetuosamente que no logrará nada bueno para este país compitiendo con los lobos, le acabarán devorando.

Atentamente,

Mohamed Ahmed B.

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Mohamed Ahmed B. es socio de infoLibre.

Debí nacer en la entraña de la estepa castellana y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada

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