Manipular y mentir, una forma irresponsable de hacer política

Ximo Estal Lizondo

Nuestro diccionario es muy rico en su contenido. La academia que lo impulsa (RAE) y pone significado a cada uno de nuestros vocablos nos explica muy claramente qué es cada palabra y su verdadero contexto, vaya donde vaya dicho vocablo incrustado. Por ello, cuando habla de manipular está hablando de intervenir con medios hábiles, y a veces arteros, en la política, en la información, con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares. Y cuando habla de mentir, explica: decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa con intención de provocar el error. Es decir, que si juntamos los dos vocablos y los utilizamos de manera irresponsable en política provocamos en nuestra sociedad una serie de circunstancias y acciones que hacen cambiar los valores democráticos que la propia sociedad tiene, como el de la convivencia y la solidaridad. Y, sobre todo, ponen en acción algunas emociones individuales y colectivas como el odio, el rencor, la ira... que atacan a esa convivencia, a la autoestima personal y colectiva y, ante todo, a la paz y al diálogo, aspectos, estos, que hacen que, realmente, una democracia sea plena, auténtica, real y relanzadora de los valores democráticos que toda sociedad quiere para crecer y desarrollarse plenamente en sus emociones individuales y colectivas.

Pero por desgracia nuestra sociedad, esta derecha retrógrada que se nos está presentando día a día con sus continuas mentiras, en las formas de argumentar y publicar su falta de proposiciones y soluciones y su forma de manipular las noticias, lo que sucede a nivel interior o exterior de la política nacional e internacional, está conllevando con su gran irresponsabilidad que ralla el delito, puesto que algunas declaraciones podrían ser catalogadas como de incitación al odio. Una derecha que está conviviendo más en el medioevo que en pleno siglo XXI, unas instituciones que son manejadas por unos “mercaderes” económicos y políticos anclados en una autocracia. Una derecha fascista y carente de sensibilidad y que solo busca con la utilización de los recursos manipulativos que tienen, convertir la sociedad en marionetas a su servicio y volver a la sociedad dictatorial del blanco y negro y de la falta de libertad, y para ello vuelve a utilizar las tres mentiras fetiches: España se rompe, el resurgir de ETA y la vuelta del comunismo.

Que se utilicen los bulos, las mentiras y también la manipulación para provocar un cambio hacia el odio es repugnante, canallesco, solo propio de esta derecha retrógrada que nos quiere volver a gobernar

Todo ello con la utilización irracional de la Constitución. Una Constitución que ellos ni aprobaron ni votaron. Y con el sentimiento de patriotismo que no tienen, pues su patria son solo ellos, aquellos que no son o piensan como ellos, sobran. Puro fascismo y nazismo de una raza aria de la que ellos se sienten defensores y únicos exponentes de la verdad. Su verdad falaz y que con la manipulación de los medios afines y de unos llamados “periodistas” que desconocen lo que es la verdad y la manipulan, informando falsamente para provocar la desinformación, pretenden lograr un objetivo: no aceptar que han perdido y que la sociedad no los quiere y que la ciudadanía está harta ya de sus mentiras y manipulaciones, puesto que les está cambiando sus emociones y con ello provocando un cambio de valores.

No se puede permitir que dirigentes políticos, cuya única finalidad es la manipulación carroñera, utilicen conflictos externos e internos para culpar a un Gobierno, que ellos no quieren aceptar, y que culpen de esos ataques y muertes a un Gobierno que los ha criticado y que no son cómplices de ello. Que se utilicen los bulos, las mentiras y también la manipulación para provocar un cambio hacia el odio es repugnante, canallesco, solo propio de esta derecha retrógrada que nos quiere volver a gobernar. Que se utilice la manipulación informativa con noticias que no se han producido y que no se van a producir y que sólo son fruto de un cinismo e hipocresía producto de la falta de propuestas sólo tiene el fin de hacer mal y atacar los valores de la democracia.

Por desgracia, mentir y manipular es el argumentario continuo de la derecha, que actualmente preside algunas autonomías y cientos de municipios, que está sacando propuestas de censura, recortes de derechos y ya empiezan a producirse casos de prevaricación. Pero claro, ellos con sus mentiras y manipulaciones se sienten inmunes a todo y creen que todo vale y en nuestra sociedad no todo vale y ya estamos hartos de tanta manipulación. Por eso queremos la verdad, tanto en lo que respecta a la política nacional como la internacional. La manipulación no puede ni debe alterarnos nuestros valores y emociones. El valor de poder decidir y la emoción de alegría por ser iguales todos y todas.

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Ximo Estal Lizondo es socio de infoLibre.

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