Tras los graves asesinatos en París de los últimos días no han tardado en aparecer en los discursos de varios mandatarios europeos, e incluso mundiales, la opinión de que debemos ceder nuestra libertad e intimidad para poder tener una falsa sensación de seguridad.
¿Qué nos puede hacer pensar que sea verdad y que a cambio de perder libertad los poderes políticos van a ser capaces de aumentar nuestra seguridad? Pues la respuesta es fácil: Ninguna.
Y es tan sencillo como que en los últimos días han reconocido por activa y por pasiva que los posibles terroristas están controlados y son conocidos, entonces ¿por qué no se actúo antes de que cometieran los asesinatos o los atentados? Si eran más que conocidos para la policía y los servicios de inteligencia y no se les detuvo, ¿en qué va a mejorar nuestra seguridad que se amplien los controles a nuestra intimidad o libertad? En poco o en nada, a las pruebas me remito.
También se oyen voces que inciden en cerrar fronteras o controlar mucho más las entradas en la Unión Europea, cuando en realidad los terroristas no han venido de ningún sitio, han nacido,vivido y asesinado en Europa por lo tanto, ¿de qué valen todas estas medidas restrictivas? De poco o nada.
Y viendo como este Gobierno y muchos de sus gobiernos de mismo corte en Europa son dados a exagerar los problemas y en el caso del nuestro son auténticos fabricantes de independentistas con sus obras o sus discursos, miedo me da la que pueden liar con este tema. No está bien sobreactuar en este tema, como en ningún otro, y las medidas que se adopten deben ser apropiadas y ajustadas a la naturaleza del problema y las medidas desproporcionadas sólo contribuyen a sembrar el nerviosismo en la población y tan peligroso es en muchos casos el no hacer nada como el excederse. Sembrar las calles de policías con fusiles de asalto obedecen en muchos casos a saber que no se han hecho bien los deberes en cuanto a las labores de inteligencia, que es donde de verdad se puede prevenir, y realmente llenar las calles, estaciones, plazas, etc de policías con armas de guerra solo contribuye a demostrar a los potenciales terroristas que el miedo nos hace perder el juicio y realmente estas demostraciones de fuerza tienen poco o nulo efecto en la seguridad efectiva aunque pueda aumentar la seguridad que percibimos los ciudadanos.
Por lo tanto sólo se me ocurre pedir a las autoridades españolas y europeas tino y sosiego y que la sangre no les haga perder la razón.
José Mera López es socio de infoLibre
Tras los graves asesinatos en París de los últimos días no han tardado en aparecer en los discursos de varios mandatarios europeos, e incluso mundiales, la opinión de que debemos ceder nuestra libertad e intimidad para poder tener una falsa sensación de seguridad.