La tradición de la carta a los Reyes Magos

En España, donde las fiestas populares aúnan a ricos y pobres, a creyentes y ateos, a pijos de urbanización residencial y gentes de barrios bajos, y donde las tradiciones son sagradas, aunque consistan en tirar animales vivos desde campanarios, una de las más arraigadas es la de escribir la carta a los Reyes Magos. Dicha tradición consiste en que, si has sido un buen militar, gente de orden y fe, guardián de las tradiciones patrias como los toros, la santa misa, y perseguido a moros, negros, desviados, rojos, catalanes, vascos, etc. y estás jubilado, puedes pedirle al rey mago Melchor de Borbón (los españoles de bien, siempre escogen al rey blanco, porqué ¡donde se ha visto un negro de rey? ), procedente de la Zarzuela, un buen regalo tipo Dictadura militar Playestation 6.0.

La mayoría de estos niños-jubilados que escriben con ilusión sus cartas al rey, vestiditos de uniforme de gala con sus medallitas, tienen sus dudas sobre si el rey es de verdad, o como dicen algunos los reyes son mentira (porque en realidad son los pueblos), pero aún y así, envían sus cartas con la esperanza de tener una respuesta positiva de sus Majestades de Oriente, en especial desde Abu Dabi.

Hace muchos años que esta bonita tradición de pedirle por carta a los reyes dictaduras se mantiene y aunque por ahora siempre traen carbón democrático, quién sabe, porque mientras qué existan reyes magos de Borbón a los qué escribir, la ilusión siempre se mantendrá.

Felices fiestas a todos.

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José López es socio de infoLibre