Blur y la herencia de Bowie

Francisco Chacón

No hay mejor rampa de salida en Reino Unido que acudir al show televisivo de Jools Holland. Y Blur lo ha hecho, claro. Hacía 12 años (desde aquel Think Tank) que la banda de Damon Albarn no grababa un disco y estamos en puertas de un regreso muy esperado.

The magic whip (El látigo mágico), que se publica el 28 de abril, es un compendio de nuevas y envolventes canciones, inundadas por una aureola psicodélica, más Bowie que nunca y con texturas complejas. Sin duda, por culpa del productor Stephen Street.

Nos encontramos ante unos Blur menos descarados que en los tiempos de Girls and boys, Country house, Parklife o Song 2, pero con una vocación más connotativa, poliédrica y perdurable.

Se demuestra con creces que están muy por encima de aquella frívola rivalidad con Oasis en los 90. Era Londres contra Manchester (Chelsea vs. City, en términos futbolísticos), y ahora todo eso ha quedado atrás.

Los hermanos Gallagher siguen enzarzados en una tela de araña de disputa sí y disputa también, mientras que Albarn ha recorrido un camino con escalas en la conexión africana, en Gorillaz y en The Good, The Bad and The Queen. Hasta le dio tiempo a realizar uno de los mejores álbumes del año pasado, Everyday robots, lleno de referencias a Chet Faker o Flume, es decir, con un sonido de melancolía urbana muy contemporánea.

Su creatividad desbordante se mide hoy en forma de My terracotta heart, Go out, Lonesome heart o There are too many of us. Piezas constituidas por capas rítmicas que se superponen mientras él despliega su voz sugerente.

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Jools Holland los acogió en su influyente programa televisivo hace unos días para que se mostraran de nuevo juntos y eufóricos ante el público británico. Un Damon cuarentañero, aunque con energía de sobra, como demostrará este verano.

El 18 de junio, Hyde Park será testigo de un concierto doble con The Strokes y Blur. Será la antesala para sus espectáculos en la Península Ibérica: 17 de julio en Lisboa (MEO Arena, dentro del festival Super Bock Super Rock) y dos días después en el FIB de Benicàssim.

Damon Albarn lanza la vista atrás cuando declaró recientemente: “A medida que te haces mayor y tu familia crece, te das cuenta de que éramos demasiado jóvenes y estúpidos para valorar lo que teníamos y qué afortunados éramos. Ya no nos sentimos así ni como personas ni como músicos. Si rompiéramos la relación entre nosotros, sería una locura”.

No hay mejor rampa de salida en Reino Unido que acudir al show televisivo de Jools Holland. Y Blur lo ha hecho, claro. Hacía 12 años (desde aquel Think Tank) que la banda de Damon Albarn no grababa un disco y estamos en puertas de un regreso muy esperado.

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