Cultura

El Instituto Cervantes reivindica a Ramón y Cajal como un "patriota" frente a "los bulos" y "la superstición"

El ministro Pedro Duque, acompañado de la representante del CSIC Rosina López-Alonso y del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, deposita en la Caja de las Letras del centro la medalla del Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal.

La medalla del Nobel de Ramón y Cajal tiene nueva casa. Al menos, temporalmente. Este lunes, el Instituto Cervantes ha recibido en préstamo la condecoración otorgada en 1906 al médico español, que habitualmente custodia el Banco de España —su sede está, casualmente, justo frente al centro madrileño del Cervantes—, para que el científico pase a formar parte de la Caja de las Letras.Caja de las Letras La medalla permanecerá por unas semanas en la cámara acorazada del Instituto, que guarda el legado de importantes figuras de la cultura en español. Cuando la medalla regrese a su residencia habitual, donde debe permanecer debido a su elevado valor, la sustituirán algunas primeras ediciones de los varios títulos que publicó a lo largo de su vida Santiago Ramón y Cajal (1852-1934).

El depósito es, ante todo, un acto cargado de significado: "Su simbolismo es doble", decía en el acto celebrado este lunes el director de la institución, el poeta Luis García Montero, "homenajear a un científico, a un investigador de la medicina, que en estos momentos cobra el valor del agradecimiento a todos los profesionales de la ciencia y de la medicina que nos están ayudando a combatir la pandemia". García Montero se alineó con la visión de Ramón y Cajal, al defender que "la apuesta verdadera por la patria es la apuesta por la verdad, por la ciencia y por el arte". El médico español fue para él "un patriota" que "frente a los bulos y los enfrentamientos apostó por el desarrollo de la ciencia", de lo que se puede extrar un aprendizaje para "vencer los bulos y vencer la superstición de los malos patriotas que interfieren en el bien común".

Su inquietud y la variedad de sus intereses, que le llevaron a acercarse a la fotografía, la pintura y la literatura, le hacen particularmente indicado como símbolo de los intereses del Instituto Cervantes, que reivindica la presencia del español "no solo como lenguaje representado en las Humanidades por Cervantes, con sor Juana Inés de la Cruz, García Márquez o santa Teresa de Jesús, sino también como lengua de ciencia y tecnología". Para ello, al acto acudieron tanto Pedro Duque, ministro del ramo, como Rosina López-Alonso Fandiño, vicepresidenta de Organización y Relaciones Institucionales del CSIC. "La apuesta por la innovación y el conocimiento es la única forma de romper el ciclo de crisis en las que entramos y salimos peor", reivindicó Pedro Duque en la celebración, organizada en el primer día de fase 1 para la Comunidad de Madrid, con la asistencia de un reducido grupo de periodistas y con todas las medidas sanitarias de protección. 

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El director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, junto al ministro Pedro Duque y la representante del CSIC Rosina López-Alonso, durante el acto previo al depósito temporal de la medalla del Premio Nobel de Fisiología y Medicina de Santiago Ramón y Cajal en la Caja de las Letras del Cervantes. / EFE

El ministro destacó de Ramón y Cajal, que recibió el Nobel por sus estudios sobre el sistema nervioso, que era "una persona polifacética que tenía muchísimas áreas de interés" y que, por ello, "constituye una personalidad absolutamente destacada". Tanto más cuanto, "en esos tiempos", decía Duque, "en España para destacar [en ciencia] había que ser tres veces más inteligente que las personas que destacaran en Francia o Alemania". "Ahora nos sigue pasando un poquito lo mismo", lanzaba el ministro. Para ejemplicificar la dificultad de la empresa, leía un fragmento de sus memorias: "De la consulta de las revistas alemanas saqué la impresión de que la mayoría de los histólogos ni me había leído. Verdad que el español es una lengua desconocida de los sabios". El médico explicaba cómo, en un congreso europeo de anatomía, tuvo que explicar sus hallazgos a sus compañeros "en un francés chabacano", lengua de intercambio científico entonces, como ahora lo es el inglés. "Les chocaba, sin duda, encontrar un español aficionado a la ciencia y espontáneamente entregado a las andanzas de la investigación", anotaba el que acabaría siendo Premio Nobel.

Preguntado sobre si el Gobierno cuenta con incrementar la partida de los presupuesto dedicada a la ciencia y la investigación, con respecto a lo previsto antes de la pandemia, el ministro admitió que "hay la mitad de recursos en nuestro país de los disponibles en los países a los que uno se quiere parecer". Señaló que la intención del Ejecutivo es que en cuatro años España alcance la media europea en esta inversión. Según datos de Eurostat, la inversión media en I+D de los entonces 28 países de la Unión Europea (incluyendo el Reino Unido) fue del 2,12% del PIB en 2018, mientras que España se encuentra en el 1,24%. Francia alcanza el 2,2%, Alemania el 3,13%, Turquía el 2,02% y Portgual el 1,35%. 

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