'Ana contra Gürtel' novela la lucha frente al "capitalismo de amiguetes": "Es imposible erradicar la corrupción"

Ana contra Gürtel (Alrevés Editorial, 2025) es una obra basada en hechos reales que novela la historia de Ana Garrido, la primera mujer denunciante de la trama Gürtel, que fue testigo de cómo el dinero entraba a espuertas en una ciudad al oeste de Madrid, Boadilla del Monte, fruto de la especulación inmobiliaria, y de cómo, poco a poco, la gente se iba enredando en las pegajosas redes de la corrupción. En vez de dejarse arrastrar, o mirar hacia otro lado, ella decidió denunciarlo, pensando en un primer momento que todo se reducía a un asunto local y sin poder imaginar, ni de lejos, la magnitud del escándalo nacional que estaba por llegar.

"Cuando empecé a investigar pensaba que mi alcalde –Arturo González Panero, del PP, al frente del consistorio de 1999 a 2009 y en prisión desde 2022– era un chorizo y punto", reconoce a infoLibre Ana Garrido, a quien empezaron a "defenestrar" por negarse a "firmar adjudicaciones ilegales", y que acto seguido cayó en "una baja por depresión". "Estando de baja me dije: 'hay que invertir los roles'. Porque él está donde no tiene que estar y yo estoy donde no tengo que estar, que es de baja y por una depresión. Como demostrar la corrupción es tan difícil como demostrar una infidelidad, me centré en intentar demostrar que tenía un patrimonio infinitamente superior a sus ingresos", rememora.

Y todavía continúa: "Aquello era vox populi en todas las concejalías, tampoco había que rascar mucho, y empecé a hacerme a través de compañeros de mucha confianza con informes de adjudicaciones a nivel local. Me dediqué durante un año a una labor de investigación para hacer un dossier para la Fiscalía Anticorrupción, y es verdad que hubo un momento en el que me empezaron a saltar nombres de personas que no conozco, o que sí, porque algunos a lo mejor eran exministros aunque luego fueran imputados. Me saltaban alcaldes de otros municipios, empresas domiciliadas en el mismo sitio. Vi que había primero una conexión a nivel autonómico. Me dije, 'ostras, esto es más grande de lo que yo me pensaba', pero ya cuando salta a nivel nacional te prometo que a mí me temblaban las piernas".

"Ella al principio no me contaba todo lo gordo, así que digamos que empezamos por las cosas más suaves o más sencillas", tercia Javier Bardón, el autor de Ana contra Gürtel y encargado de sintetizar y dar forma a la historia a partir de horas y horas de conversaciones en los que la confianza mutua fue progresivamente abriéndose paso. "Que fuera psicólogo fue un motivo para hacerlo con él", admite Garrido, pues necesitaba principalmente empatía y comprensión durante un proceso que ha durado dos años. "A nivel emocional, Ana todavía lo tiene muy a flor de piel, por lo que había que ir con cuidado. A ella lo que más le dolía era esa parte del acoso laboral que sufrió, de la traición de sus amigas, compañeras de trabajo. Poco a poco fuimos completando la historia, pero llevó su tiempo", explica Bardón a infoLibre.

Las heridas, desde luego, siguen ahí algo más de quince años después. Por eso, para ella, más que contar su testimonio, el valor de este libro está en "dar visibilidad a lo que le ocurre a cualquier denunciante de corrupción". Su caso, asegura, ha sido más mediático por acabar siendo la Gürtel, pero sí que ha llegado a una conclusión clara: "La gente no se imagina la cantidad de miles de vidas truncadas como la mía, o peor, porque son anónimas y porque su caso no ha tenido mucha repercusión. Personas arruinadas económicamente, perseguidas, acorraladas, sin poder hacer una vida normal teniendo que estar pendiente de persecuciones, de amenazas...".

La gente no se imagina la cantidad de miles de vidas truncadas como la mía, o peor, porque son anónimas y porque su caso no ha tenido repercusión. Personas arruinadas, perseguidas, sin poder hacer una vida normal

Porque en general, prosigue, "la gente no se imagina tampoco el nivel de corrupción que hay, y que hay un patrón de manual contra cualquier denunciante de corrupción, todo es prácticamente igual, independientemente de que el caso sea de derechas o de izquierdas". "La corrupción es endémica e imposible de erradicar, desde mi punto de vista. Me da mucha pena decir esto, pero es lo que pienso. Por muchas medidas que se pongan en su contra, por las que ya hemos estado luchando muchas personas. Trasládalo a un municipio pequeño, una trama más pequeña o una trama más grande, es lo mismo: amenazas, te quedas sin trabajo y ves esa red clientelar de gente que no te habla porque, si no, no les van a contratar o adjudicar tal contrato, o que no quieren que les vean contigo, porque ya parece que se están posicionando", relata.

De esta manera, la novela –un "híbrido entre no ficción y ficción, en palabras de Bardón, que quería alejarse así del "ensayo periodístico" y darle una pátina "más humana"– se estructura como si Ana estuviera contándole su historia a un periodista ficticio. Esto permite que la narración no se ciña solo a su vivencia, sino que aborde, de una manera más general, cómo funciona el sistema de corrupción institucional desde un punto de vista jurídico, político y mediático. 

Porque Ana Garrido, actualmente ya en conversaciones con productoras para llevar su historia a la pantalla, se convirtió durante un periodo de tiempo en un símbolo contra esta corrupción, vinculándose con movimientos sociales y montando su propia consultoría para ayudar a otros denunciantes. Sin embargo, como denunciante de la trama Gürtel ella misma lo ha perdido todo: no la volvieron a contratar en el lugar donde residía, no puede continuar pagando la hipoteca de su casa y la maquinaria del partido, a cuyos miembros denunció, le interpuso un sinfín de demandas que, aunque no tuvieran recorrido judicial, le supusieron una sangría económica y psicológica irreparable.

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"Imagínate ese aislamiento en un municipio pequeño", apunta Garrido. "Boadilla es bastante grande y a mí me veían como una apestada por lo que se decía en la prensa local. Fue una liberación cuando otros periodistas empezaron a darme voz y pude contar lo que me estaba ocurriendo, porque las personas de Boadilla solo tenían la visión de los medios locales financiados por el Ayuntamiento, por eso siempre han pensado que yo era lo peor de lo peor", relata. "La labor del periodismo, no solamente de investigación, es muy importante cuando le da visibilidad a este tipo de problemática, porque es peor de lo que nadie se imagina", apostilla.

Destaca en este punto Bardón que hay un "giro" en el libro que tiene que ver con ese "paso de lo local a lo nacional, que tiene que ver con el periodismo", pues está escrito a dos voces y hay un periodista que en la novela es un corresponsal de la Agencia EFE que Ana conoció en Costa Rica, "aunque era en realidad de The Economist". "Para ella la prensa es muy importante, y por eso se hace mucho hincapié en el papel de los medios de comunicación en ese momento en el que ella descubre que esto salía de lo local", indica el autor, mientras Garrido puntualiza: "Yo nunca he estado en política, era una empleada pública por oposición, punto pelota, que he trabajado para gobiernos de izquierdas y de derechas. Si no fuera por la prensa no estaría viva, te lo digo de verdad".

Para terminar, concreta Bardón que Ana contra Gürtel es, en definitiva, "una crónica de cómo funcionaba el entorno de esos ambientes, con esas fiestas en los chalets de lo que vino a llamarse capitalismo de amiguetes". "Y ahora está muchísimo peor", completa Garrido, antes de rematar: "Ahora me he enganchado a una serie que habla de la corrupción en Colombia y me decía a mí misma que antes hablábamos de los países latinoamericanos como si fueran súper corruptos, pero es que España es igual ahora mismo. Veo los mismos movimientos. Y hace un año estuve en Perú dando una conferencia y me llamó la atención que ya los sobornos se hacen por Bizum. Allí hay otra plataforma, pero está así de normalizado y no te creas tú que España está muy lejos, ya hemos llegado a un nivel bastante similar. Es una pena, desafortunadamente".

Ana contra Gürtel (Alrevés Editorial, 2025) es una obra basada en hechos reales que novela la historia de Ana Garrido, la primera mujer denunciante de la trama Gürtel, que fue testigo de cómo el dinero entraba a espuertas en una ciudad al oeste de Madrid, Boadilla del Monte, fruto de la especulación inmobiliaria, y de cómo, poco a poco, la gente se iba enredando en las pegajosas redes de la corrupción. En vez de dejarse arrastrar, o mirar hacia otro lado, ella decidió denunciarlo, pensando en un primer momento que todo se reducía a un asunto local y sin poder imaginar, ni de lejos, la magnitud del escándalo nacional que estaba por llegar.

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