Llenar ocho veces el Wizink Center: ¿un éxito histórico de Dani Martín o 'síndrome FOMO'?

Público en el Wizink Center, en diciembre de 2022 en Madrid.

“Queda un año y nueve meses y sin hacer casi nada de promoción ya se han vendido aproximadamente 110.000 entradas”. Así describe Paz Aparicio, la directora del Wizink Center, el "exitazo increíble" que ha conseguido Dani Martín. En el pabellón madrileño, entre noviembre y diciembre de 2025, el cantante hará ocho conciertos en su gira 25 p*t*s años. “Nos ha sorprendido la cantidad. Los teníamos reservados pero no teníamos pensado que se acabasen tan rápido”, resalta.

En declaraciones a infoLibre, Aparicio destaca que hacer tantos conciertos seguidos "no es una moda, es una estrategia del artista". Respecto a cuál es el motivo de hacer algo inédito –el récord de fechas consecutivas lo tenía el cantante de bachata estadounidense Romeo Santos–, remarca que "depende del concepto que tenga cada artista". "Hay artistas que prefieren sacar conciertos con menos antelación, como La Raíz, que ha sacado dos para noviembre de este año, y hay otros que prefieren dejar a los fans más tiempo. Salir con año y medio es mucho, pero en el caso de Dani tenía que reservar muchas fechas y ya no había ni en 2024 ni a principios de 2025 tantas en fines de semana como las que él quiere", resalta. Sobre la cantidad de conciertos que hará el excantante de El Canto del Loco, Aparicio acentúa que "ahora mismo estamos en el octavo, pero tiene más opciones". "Quizá cae alguno más", anticipa.

Las residencias, la última novedad en la música comercial

Según la directora del Wizink Center, un lugar en el que el lleno absoluto roza las 17.300 entradas, cada vez es más habitual hacer residencias, es decir, muchos conciertos en un solo lugar, dejando así a un lado las giras o los grandes estadios. “Nosotros y muchos artistas consideramos que a partir de 20.000 personas la experiencia ya no es tan positiva porque hay algunos estadios que no se oyen tan bien, los accesos no son tan cómodos y los servicios no pueden estar tan ajustados como en un recinto hecho para la música”, expresa para recalcar que “fue Dani quien tuvo la idea de reservar muchas fechas”.

“El sitio natural para hacer un concierto, donde mejor se escucha, es un arena. Es todo por la experiencia del directo. Adele lo está haciendo en Alemania y U2 en Las Vegas, creo que cada vez va a ocurrir más”, continúa la directora del pabellón madrileño.

Otro de los motivos que tienen los artistas para establecer estas residencias es el gasto económico. Una gira en ocho ciudades a lo largo de la geografía española es mucho más caro que hacer ocho conciertos consecutivos en el mismo espacio. Además, subraya, “no se viaja ni se contamina tanto”.

En este mismo sentido expresa su opinión a infoLibre Marcos García, director de Ayuken Management & Productions, quien dice que "hay varios factores" para entender por qué existen las residencias: "La sencillez de producción del show, una voluntad artística de hacer un hito, una cuestión económica. A todos, la pandemia nos ha hecho pensar que de un día a otro todo se puede ir a la mierda, y tenemos una inercia de ir a asegurar".

Críticas ante la masificación del género

García tiene claro que la música independiente corre más peligro. "Son dos mundos diferentes y cada vez más alejados. Le es más fácil a un artista con nombre vender un gran recinto, pero le es más difícil a un artista de Valladolid llenar un concierto en Murcia. Una entrada que es mucho más barata. Es un camino peligroso". El mánager achaca este problema a "una cuestión del capitalismo": "La música, como gran industria, no está exenta de las prácticas, tanto las reguladas como las no reguladas y tanto las buenas, si las tiene, como las malas, del capitalismo". "Hemos permitido que muchos de los grandes eventos estén sujetados por grandes entidades bancarias, las cuales rescatamos en su día y no han devuelto un duro durante la crisis. Hemos legalizado experiencias que valgan 1.000 euros por estar viendo un concierto a dos metros del escenario. Hacer que se pueda disfrutar mejor del concierto cuanto más dinero se tenga".

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En esta línea, recuerda que hace unos años "era mucho más accesible ver a una gran banda, como Bruce Springsteen o los Rolling Stones". Ahora, asegura, los costes han subido y muchos de los grandes recintos piden "por encima de los precios de mercado que serían adecuados". Como factor clave, además de la inflación, remarca que "hay un sector que acude a la música de grandes eventos que no es excesivamente musiquero y que lo que le atrae es la experiencia". "A mucha gente le afecta el FOMO (fear of missing out, miedo a quedarse fuera, a perderse algo), el querer estar en un sitio donde todos están. Esto produce una perspectiva de compra distinta, la de generar más expectación y que la gente esté más hábil", prosigue. Destaca que en su caso personal le ha contactado "mucha gente que nunca ha ido a conciertos y que ahora quiere ir a estos grandes eventos" y proporciona un dato: "Para meter a todos los asistentes de los ocho conciertos seguidos de Dani Martín haría falta llenar 666 veces la sala Siroco".

Desde su dilatada experiencia y su punto de vista, tiene García una solución clara: la ayuda del Estado a la música independiente. "Debemos demandarle al Estado una protección mayor de los espacios donde se hacen conciertos y un apoyo mayor a las bandas emergentes, es decir, que tengas una banda en Zamora de cinco personas y el Estado y las entidades públicas te ayude a llevar adelante tu proyecto artístico", recalca.

Tampoco duda sobre su idea respecto al rumbo que debe tomar la música independiente en el futuro. "Deberíamos centrarnos en construir una industria, de una manera más ética y más sana, y que nos acerque a otro sistema que funcione mejor. Hay que pensar más a nivel comunitario, local y regional", subraya García para explicar que la aspiración de un músico debe ser "hacer un primer bolo en una sala pequeña y acabar haciendo un Bernabéu años después". "Y que tener valores no tiene que hacerte renunciar al dinero y al triunfo", remata.

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