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Telegramas - Carmen Canet

Libros del Aire - Colección Alto Aire (Santander, 2025)

 

De Carmen Canet son estos cuatrocientos aforismos que recrean, sin orden aparente pero con una estructura muy definida, los temas que vienen siendo habituales en la escritura breve de la autora: la familia, los amigos, el amor y el desamor, el arte en todas sus manifestaciones posibles y con mayúscula (música, poesía, cine o pintura), y sus clásicos homenajes y guiños a los autores cuya tradición ha asimilado y comparte ahora con sus lectores, sin olvidar a las autoras del año que tanto han influido en su manera de escribir y ver la vida: Carmen Martín Gaite y Ana María Matute.

Desde que en 2016 publicara su primer libro de aforismos, Malabarismos, Canet no ha dejado de sorprendernos con las sucesivas entregas de este género que se ha convertido en su seña de identidad y que la ha llevado a ser una de sus principales representantes en la actualidad. A este primer libro siguieron Luciérnagas, La brisa y la lava, Olas, Legere, eligere, Monodosis y Cipselas, además de la edición de los aforismos extraídos de la obra poética de Luis García Montero o las antologías de Ramón Eder y Dionisia Garcia, sin olvidar sus colaboraciones con otros autores y autoras en libros que mezclan la obra de ambos (con Ricardo Virtanen en Interruptores) y con otras treinta y ocho autoras en Maternidades, por citar algunos. Todo ello da cuenta de la labor minuciosa que la autora ha llevado a cabo durante apenas una década, después de toda una vida laboral dedicada a la enseñanza de Lengua y Literatura y a la crítica literaria en diversos medios, labor esta última que no ha abandonado, publicando regularmente en medios como infoLibre, Quimera, Turia o Paraíso. 

Hacia dónde se dirige la obra de Canet es fácil de adivinar si uno rastrea las obras mencionadas y percibe en ellas una coherencia digna de elogio, algo que podríamos llamar línea argumental que define un estilo y dota a la autora de una voz propia y reconocible en el panorama aforístico actual, que vive una edad de oro después de décadas en las que apenas algunos autores o autoras siguieron cultivando un género tan antiguo como la propia humanidad, pues son numerosos los ejemplos que pueden encontrarse entre los autores más clásicos (griegos o romanos), pasando por el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Carmen Canet ha sabido leer como nadie esa tradición y actualizarla de la mejor manera posible, planteando a sus lectores y lectoras lo que a veces pueden parecer preguntas y otras son en realidad respuestas en busca de esas preguntas que debemos hacernos, pues el buen aforismo debe ser conciso pero a la vez dejar abierta la posibilidad de su expansión, de una explosión de significados que cada uno debe buscar, acordando con la autora lo que ella manifiesta y escribe o, todo lo contrario, negando la mayor y buscando más allá de la palabra escrita un significado alternativo e igualmente válido. Un ejemplo sencillo puede ser el siguiente.

Dice Canet: "Un álbum de fotos es un gran legado". ¿Es así, o ese mismo álbum puede ser una carga pesada para quien lo recibe? ¿Queremos que esas fotografías nos recuerden lo vivido o a sus protagonistas, o preferimos el olvido? O este otro: "Había llegado a la conclusión dudosa de que era preferible estar entre dos 'nunca' que entre dos 'siempre". Piense el lector en cuál de esos lugares prefiere situarse.

Para qué estos aforismos, para quién o a quién van dirigidos. Carmen Canet escribe para lectores comprometidos con la vida, con sus alegrías y sus momentos más difíciles, escribe para los amantes y para los amores y para los amoríos, escribe para quien se asombra ante la belleza y se quita el sombrero ante la inteligencia, para quien conoce las reglas y quiere romperlas, para quien ama el lenguaje y sus consecuencias, y lo hace desde un lugar que conoce bien, pero no por ello cae en la comodidad de la repetición. Escribir un libro, un buen libro, es una difícil empresa que requiere dedicación y buen hacer, y Canet sabe que en esos cuadernos que siempre la acompañan, llenos de ideas, palabras o frases nacerán los aforismos que conforman sus libros, pero lo harán después de un proceso de depuración y "pulido" –como ella misma afirma– que dotará al conjunto de sentido y de esa gracia (irónica y a veces humorística) que la ha traído hasta aquí, hasta estos Telegramas que nos dedica y que todos deseamos recibir, como si el cartero llamara a nuestra puerta y nos entregara ese papel azul que algunos recordamos y que algún ser querido nos enviara desde un lugar lejano o próximo, esos mensajes breves que la fotógrafa Carmen García Moreno ha reflejado en el collage que ilustra la portada del libro.

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Cualquier definición del género puede resultar difícil de enunciar, pero dejamos aquí una de la propia autora incluida en esta entrega: "La precisión es fundamental en el aforismo. También precisa de la intuición. Y de la razón y el corazón". Poco más que añadir a estos cuatrocientos aforismos como los cuatrocientos golpes de Truffaut, salvo un último consejo: solo hay dos lugares donde este libro debería colocarse en el hogar de sus lectores y lectoras: en la mesilla de noche junto a la cabecera de la cama, o junto al botiquín donde guardamos las medicinas, porque si algo tienen los aforismos de Carmen Canet es que son capaces de acompañarnos en cualquier momento con sus propiedades curativas.

 

* Javier Bozalongo es poeta y editor. Su última entrega es Mecanismo de arena (El Toro Celeste, Málaga, 2024). 

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