Cultura

La poeta uruguaya Ida Vitale gana el Cervantes

Fotografía de archivo tomada en septiembre de 2018 de la poeta uruguaya Ida Vitale.

La poeta uruguaya Ida Vitale (Montevideo, 1923) ha sido galardonada con el Premio Cervantes 2018, como han anunciado el jurado y el ministro de Cultura, José Guirao, este jueves. El reconocimiento otorgado por el Gobierno, el máximo reconocimiento a los escritores en lengua castellana, se entrega desde 1976 y está dotado con 125.000 euros. En su fallo, el jurado ha destacado a la escritora "por su lenguaje, uno de los más destacados y reconocidos de la poesía hodierna en español, que es al mismo tiempo intelectual y popular, universal y personal, transparente y honda". La escritora, alaban, se ha convertido "desde hace un tiempo en un referente fundamental para poetas de todas las generaciones y en todos los rincones del español". El texto del jurado acaba reconociendo "una trayectoria poética e intelectual (crítica y traductora) de primer orden".

El Cervantes solo ha sido concedido a una mujer en cuatro ocasiones anteriores: María Zambrano (1988), Dulce María Loynaz (1992, Ana María Matute (2010), y la mexicana Elena Poniatowska (2013). Este año ha sido el primero en que los premios nacionales de cultura otorgador por el Gobierno, entre los que se encuentra este galardón, son otorgados a más creadoras que creadores. El jurado se ha saltado en esta 43ª edición la norma no escrita por la que alterna desde 1996 autores españoles y latinoamericanos. Tras el reconocimiento al nicaragüense Serio Ramírez el pasado año, el mundo de la cultura esperaba a un autor español, por lo que la decisión de señalar a Vitale ha sido quizás una de las más sorprendentes de los últimos años. 

A sus 95 años, la uruguaya vive un renacimiento: este mismo año le había llegado el Premio de la Feria del Libro de Guadalajara, que se celebra a finales de este mes, y antes había recibido el Premio García Lorca de Poesía en 2016, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2015, el Premio Internacional Alfonso Reyes en 2014 y el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo (compartido con Ramón Xirau) en 2009. "A muchos les debe parecer la mía una edad límite", ha declarado con anterioridad la escritora, última superviviente de la fértil Generación del 45, integrada por autores uruguayos como Mario Benedetti, Idea Vilariño o Juan Carlos Onetti (este último, algo más mayor que el resto de componentes). 

José Guirao anunciaba a la ganadora leyendo unos versos pertenecientes a su poema "Gotas": "¿Se hieren y se funden?/ Acaban de dejar de ser la lluvia./ Traviesas en recreo,/ gatitos de un reino transparente,/ corren libres por vidrios y barandas,/ umbrales de su limbo...". Forma parte de Reducción del infinito, una antología a la que se añadían también nuevos poemas, publicada en 2002. Pero quizás sus poemarios más conocidos sean La luz de esta memoria (debut publicado en 1949), Oidor andante (1972) o Procura de lo imposible (1988). El año pasado, la editorial Tusquets ha publicado en España su poesía reunida. Y Vitale sigue escribiendo. En 2015 publicaba Mínimas de aguanieve, un volumen con nuevos versos, y el año pasado decía, en una entrevista con la agencia EFE: "Cuando murió Enrique [Fierro, su pareja durante más de 50 años, fallecido en 2016], apunté muchas cosas y supongo que, si sale otro libro de poesía, será de un tono muy diferente al que estaba acostumbrada hasta ahora".

Ida Vitale, un Cervantes tan sorprendente como seguro

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Pero la labor de Vitale no se detiene, como destacaba el jurado, en la creación poética. La escritora estuvo al frente de revistas como Época, Clinamen y Maldoror y, tras su exilio en 1974 motivado por la dictadura cívico-militar, se comprometió también en la revista mexicana Vuelta, y a su regreso a Montevideo en 1984 pasa a dirigir la sección de cultura del semanario Jaque. Desde finales de los ochenta residió en Austin (Texas, Estados Unidos), pero tras la muerte de Fierro ha regresado a la capital uruguaya. Además de esta labor de crítica literaria, Vitale ha profundizado en la poesía de Antonio Machado (con un conocido ensayo escrito ya en 1940), la de la brasileña Cecília Meireles o la de Juana de Ibarbourou, y se ha dedicado también a la traducción de escritores como Simone de Beauvoir o Luigi Pirandello.

El jurado ha estado presidido por Carme Riera en representación de la Real Academia Española y estado compuesto por los ganadores de los dos últimos años, el nicaragüense Sergio Ramírez y el español Eduardo Mendoza; Rafael Ángel Rivas, por la Academia Venezolana de la Lengua; Aurora Egido, por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Francisco Pérez-Arce, por la Unión de Universidades de América Latina (UDUAL); Martín López-Vega, por el Instituto Cervantes; José Manuel Blecua, a propuesta del ministro de Cultura y Deporte; Concha Barrigós, por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE); Norma Valle por la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP), y Christoph Strosetzki por la Asociación Internacional de Hispanistas. Como secretaria (con voz pero sin voto), ha actuado la directora general del Libro y Fomento de la Lectura, Olvido García Valdés.

La entrega del premio se celebrará, como de costumbre, el 23 de abril, fecha del fallecimiento de Miguel de Cervantes, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.

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