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Rodrigo Cuevas: "Apoyar a Netanyahu es como apoyar a Hitler en la Alemania nazi"

Rodrigo Cuevas.

"Es una invitación a acercarse al mundo del jugueteo, de la chispa, de la gracia, que es lo que a mí más me inspira, la gente jugona, que tiene retranca y metáforas a la hora de hablar, y recursos estilísticos y poéticos a la hora de vivir la vida". Así resume Rodrigo Cuevas el contenido de la exposición que este viernes se inaugura en la LABoral Centro de Arte de Gijón. "Es una invitación a ser un poco jugón", asegura a infoLibre.

Bajo el título de Rodrigo Cuevas. La gracia de la agitación folklórica, la muestra indaga en el proceso creativo del artista asturiano, Premio Nacional de Músicas Actuales 2023, que abre de par en par las puertas de su original universo creativo, ofreciendo al visitante la oportunidad de redescubrirse a sí mismo en un proceso de transformación similar al que el artista realiza cada vez que sube a un escenario. 

A partir de su agitación folclórico-trans, propone Cuevas (en esta exposición y siempre) un ejercicio de transformismo vital como fuerza de indagación libidinal. "Se trata de juguetear con la máscara. Jugar a ser quienes queremos ser y no solamente quienes somos, reírse de uno mismo, quitarse el peso de las expectativas para poder estar más liberadas y poder vivir un poco más en gracia", plantea, incitando así a utilizar todo el poder transformador de la diversión, del deseo, el cortejo, la fiesta o un erotismo que es, para él, "más potente que el sexo porque es el jugueteo y lo que más vidilla da".

Así las cosas, la muestra, comisariada por Ricardo Villoria y Llorían García, presenta un conjunto de elementos tales como fotografías, vídeos, piezas de vestuario, objetos e instalaciones audiovisuales, en las que el visitante es un agente activo. Invitado a dejarse llevar por cada propuesta, esta transformación culmina con la posibilidad de compartir con Cuevas cantares, dichos o historias contadas con “gracia", en toda una reivindicación de las raíces y la tradición como arma transformadora del futuro.

"Me gustaría que la gente saliera de la exposición con más ganas de juguetear con la tradición, con su historia propia, con los pequeños folclores que cada cual tenga por ahí, sus nanas, sus refranes... que salgan con más consciencia de toda esa riqueza que tienen dentro", explica el asturiano, según quien "vivimos en un momento ahora misma en el que nos hemos dado cuenta de que lo local, lo pequeño y lo singular es una forma de llegar a todo el mundo, de ser universal".

Un ejemplo perfecto de esto último es La Benéfica, el antiguo teatro construido en 1926 en Infiesto, una pequeña villa de 2.300 habitantes en el concejo asturiano de Piloña (7.000), que el artista ha rehabilitado para convertirlo en un centro de cultura y arte que aúne vanguardia y tradición: "Es que se puede hacer muchísima mediación y transformación a través de la programación cultural, y la agitación cultural en medio el rural es muy importante porque genera muchísima autoestima colectiva, y esta sirve para todo: para hacer mejor las cosas, para que la gente se quede, para que valoremos lo que tenemos y no dejemos que se destruya y lo perdamos".

La gente vive en la ciudad creyendo que es el centro, cuando en realidad es un lugar muy artificial, una burbuja totalmente ajena a la realidad en la que uno se cree que pasa todo, pero no es así ni mucho menos

Y todavía continúa reflexionando: "La gente vive en la ciudad creyendo que es el centro, cuando en realidad es un lugar muy artificial, una burbuja totalmente ajena a la realidad en la que uno se cree que pasa todo, pero no es así ni mucho menos. El otro día estuve viendo La ciudad no es para mí, de Paco Martínez Soria, que refleja muy bien eso. En la ciudad se creen que es donde mejor comen y donde tienen el mejor pescao, como dicen en Madrid. El mejor cachopo, la mejor paella, el mejor todo, y evidentemente no es así, pero al resto de la gente nos da igual. El que está en el centro se cree que le están mirando todo el rato, pero no miramos tanto para la ciudad, nos da un poco igual. ¿Que queréis creer que tenéis la mejor paella? Pues creéroslo, hombre, y comer todo lo que queráis, que aquí estamos muy bien comiendo la segunda mejor paella".

En esta reivindicación ocupa un lugar nuclear el asturianu, que no goza de carácter oficial pero que es, para Cuevas, "una forma de contarnos y escribirnos a nosotros mismos con nuestros códigos". "Cuando los códigos no son tuyos al final los coges de una forma mucho más pobre y estereotipada", lamenta, recordando un viaje que hizo por los Andes en el que constató que el castellano que hablaban en las zonas quechuas era "muy básico". "Ahí entendí que cuando tú haces una imposición cultural sobre otra persona, sobre otra cultura, la empobreces infinitamente, porque nunca van a tener los matices lingüísticos que tiene el haber nacido en una cultura propia. Cuando tú impones el castellano en zonas donde no es original, nunca ese castellano va a tener tantos matices como tiene tu lengua propia", plantea, para acto seguido remarcar que "perder tu lengua te empobrece muchísimo". 

Y es que Cuevas defiende que "al recuperar el folclore también haces un poco de memoria histórica". "Además, el folclore fue muy desvirtuado a lo largo del tiempo, porque se trató de una forma política y se intentó que representara una realidad nacional que no era la única que existía", recuerda, remarcando en respuesta a ello que "el folclore es libre y por suerte no hay una única forma de expresarse en España". Eso lo sabe bien Cuevas, quien gusta de rondar a la canción tradicional con otros géneros, disfruta haciendo conversar a la música electrónica con el humor, la sensualidad y la crítica social y convierte sus espectáculos en una experiencia cultural y sensorial única con denominación de origen.

Lo que está pasando en Palestina dice muchísimo del punto de manipulación en el que estamos como sociedad, del punto de desinformación y de deshumanización al no poder sentir compasión y empatía

Eso sí, rechaza esa categoría de artista transgresor que en muchas ocasiones se le atribuye pues, más bien al contrario, él se considera "complaciente" porque da al público lo que le pide: "En cada concierto me piden una cosa, pero mi trabajo es analizar al público e intentar cumplir los sueños y las expectativas de la gente. Ese es el espíritu de la cupletista, porque siempre se dice que eran artistas muy transgresoras, pero qué va, eran muy complacientes y analizaban lo que quería el público para dárselo en ese momento. Igual el público no sabe lo que quiere y tienes que analizarlo y decírselo: mira, lo que queríais era esto (risas)".

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El activismo vecinal de Rodrigo Cuevas tiene también su vertiente más global en una crítica social que ejerce desde el escenario y también a través de las redes sociales. 'Qué suerte tenemos de que no nos maten por maricones, por mujeres, por palestinos. Somos privilegiados. Pero desde el privilegio podemos hacer muchas cosas', dijo el pasado martes durante su concierto en Rivas Vaciamadrid, dentro de la festiva romería con la que está recorriendo el país. Celebración y denuncia como parte de habitar en el mundo. "Lo que está pasando en Palestina dice muchísimo del punto de manipulación en el que estamos como sociedad, del punto de desinformación y de deshumanización al no poder sentir compasión y empatía", lamenta en conversación con infoLibre.

"Apoyar desde la derecha a Netanyahu es como apoyar a Hitler en el momento de la Alemania nazi", afirma con rabia, agregando que "es muy fuerte que no reconozcan lo que está pasando en Palestina y no lo condenen". "Es muy fuerte que no esté habiendo una condena unánime, como se condenaron unánimemente los atentados de Hamás o los atentados de cualquier grupo terrorista, como ETA, y que estén aquí con medias tintas con la masacre que está cometiendo este señor", remarca.

Rodrigo Cuevas. La gracia de la agitación folklórica podrá disfrutarse en la LABoral Centro de Arte hasta el 8 de marzo de 2025. En ella el visitante encontrará objetos de todo tipo (castañuelas, ligueros, instrumentos, joyas), música, fotografías, una instalación audiovisual como una gramola, una zona interactiva e incluso una aplicación para móvil en la que cada cual podrá compartir canciones, poemas, refranes u otros recuerdos, poniéndolos así al servicio de la comunidad. También habrá piezas de vestuario, pues a través de la moda también se expresa y se posiciona el artista en el mundo. "Ahora estam os viviendo un momento en el que la ropa, lo textil, es una de las formas de degradación más importantes del medio ambiente. Cada vez aparecen más páginas de fast-fashion (moda rápida), pero tenemos que que entender que tenemos técnicas tradicionales, tejidos tradicionales y formas mucho más sostenibles de vestir que tenemos que utilizar más", lanza, como último mensaje de un activismo que no cesa y que empieza, como siempre en él, desde lo más rutinario y lo más local.

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