La muerte del periodismo en Azerbaiyán

OCCRP

Fatima Movlamli sabía que la policía vendría a por ella. Durante meses, la joven periodista y activista azerbaiyana, había estado documentando la difícil situación de sus colegas mientras eran difamados por los medios de comunicación progubernamentales, detenidos y llevados ante los tribunales acusados de "contrabando de divisas".

Así que Fátima se preparó. La joven de 24 años dio acceso a su cuenta de Facebook a amigos en el extranjero y grabó un vídeo de un minuto para subirlo cuando ocurriera lo inevitable. Se publicó el 28 de febrero de 2025, el día en que fue detenida y se convirtió en la 26ª víctima de una purga de 18 meses en los medios de comunicación independientes de Azerbaiyán.

Fátima —que ya había estado en el punto de mira de las autoridades tras ganar fama como activista adolescente por sus protestas unipersonales contra el presidente Aliyev— miró directamente a la cámara y le habló desafiante. "Si hubiera sabido que iría a la cárcel, que todos los periodistas independientes serían tachados de contrabandistas, nada de lo que he hecho hasta ahora cambiaría", dijo, prometiendo volver a informar "el primer día que salga". Luego, con una sonrisa, lanzó un beso a la cámara: "Cuidaos, ¡nos veremos en los próximos años!".

Desde entonces, han detenido a otros dos periodistas, con lo que el número total de trabajadores de medios de comunicación detenidos asciende a 28. Entre ellos hay también directivos de medios y responsables de dos escuelas de periodismo. Esta represión sin precedentes ha acabado con el periodismo local independiente.

Los medios de comunicación independientes de Azerbaiyán y los grupos internacionales de defensa de los derechos humanos han acusado al Gobierno de detener a los periodistas por su trabajo y de crear un entorno normativo que les hace casi imposible operar legalmente.

Rachel Denber, subdirectora de la División de Europa y Asia Central de Human Rights Watch, calificó "la rapidez y amplitud" de la actual represión contra los periodistas en Azerbaiyán como la mayor desde la independencia del país de la Unión Soviética en 1991.

La última clasificación mundial del World Press Freedom Index, publicada en mayo de 2025 por Reporteros sin Fronteras (RSF), situaba a Azerbaiyán en el puesto 167 de 180 países, citando la "nueva ola de feroz represión contra los últimos periodistas que quedan en el país".

Los medios de comunicación progubernamentales se han hecho eco del mensaje de las autoridades, aireando acusaciones de que los periodistas recibían financiación ilícita y sometiéndolos periódicamente a la publicación de información privada sobre ellos, como mensajes telefónicos, documentos personales y grabaciones de cámaras de vigilancia.

Es una táctica con la que Fátima ya está familiarizada. En abril de 2019, se filtraron en Internet fotos y vídeos íntimos suyos. Ella creía que habían sido extraídos de su teléfono cuando fue detenida, golpeada y obligada a entregar su contraseña. También había sido seleccionada como objetivo de un software espía, según informó OCCRP en su momento.

Antes de su detención en febrero, Fátima había trabajado como freelance para medios de comunicación, entre ellos Meydan TV —socio miembro del consorcio de investigación OCCRP, al igual que lo es infoLibre—, ayudando a que pudieran seguir cubriendo información tras la detención de todo su personal en el país.

Los duros reportajes de este medio sobre la corrupción y los derechos humanos en Azerbaiyán lo habían convertido desde hacía tiempo en blanco del acoso oficial. Su sitio web está bloqueado en el país, pero tiene muchos seguidores en las redes sociales: casi un millón de seguidores en Instagram y 640.000 suscriptores en YouTube. Azerbaiyán tiene una población de 10 millones de habitantes.

Aunque con sede en el extranjero desde hace años, hasta hace unos meses había conseguido mantener un equipo de periodistas en Azerbaiyán, entre ellos la redactora jefe Aynur Elgunash. En una reciente carta que escribió desde la cárcel, publicada por Meydan TV, Aynur aseguraba que Azerbaiyán "se está convirtiendo gradualmente en un lodazal, y este lodazal está ocupado tragándose a la gente".

La dirección del canal en el exilio ha declarado a OCCRP que, por primera vez en sus 12 años de historia, no tiene empleados trabajando en el país.

Meydan TV es conocido por tener una audiencia local muy comprometida; muchos de sus reportajes han surgido de las sugerencias de los lectores. Ahora, aunque el medio sigue publicando desde el exilio, ya no puede interactuar plenamente con los lectores para poner de relieve las cuestiones sociales que les preocupan. Sin reporteros sobre el terreno, la comprobación de los hechos también se ha hecho casi imposible, lo que se ha visto agravado por las trabas de los organismos estatales, según explica la dirección del medio.

Semanas antes de que la detuvieran, Fátima compartió en Facebook una foto sonriente en la que aparecía con su compañero de Meydan TV Nurlan Gahramanli, también conocido como Nurlan Libre, junto a un monumento dedicado a Mahammad Amin Rasulzade, figura fundadora de la democracia azerbaiyana a principios del siglo XX. "Comparto esta foto para que, si me detienen, Nurlan pueda venir y comentar en ella", rezaba el post de Fátima.

Nurlan nunca tuvo la oportunidad. Justo antes de la detención de Fátima, también fue detenido por cargos de contrabando de divisas. Ahora está a la espera de juicio.

Los periodistas podrían ser condenados a 12 años de cárcel

Azerbaiyán es desde hace tiempo uno de los lugares del mundo más difíciles para los medios de comunicación independientes, y el Gobierno ya ha encarcelado a periodistas por cargos que los defensores de los derechos humanos han calificado de falsos y de deberse a políticos. Pero el amordazamiento de los medios de comunicación se ha intensificado rápidamente desde finales de 2023.

La purga comenzó en el periodo previo a las elecciones presidenciales de febrero de 2024, que Aliyev ganó con más del 92% de los votos. A medida que Aliyev se adentraba en su quinto mandato consecutivo, la persecución de periodistas se intensificaba.

Meydan TV, Toplum TV, Abzas Media y Kanal 13 operan ahora enteramente desde el exilio, sin personal que trabaje en Azerbaiyán. El medio de comunicación independiente más influyente del país, Turan News Agency, optó por cerrar por completo en febrero. Todos estos medios habían publicado artículos que denunciaban la corrupción y los abusos de derechos vinculados al régimen de Aliyev.

Otros medios de comunicación independientes más pequeños han dejado de funcionar o han reducido enormemente su producción desde que detuvieron a su personal. Los que siguen trabajando para las publicaciones desde el extranjero optan por permanecer en el anonimato, por temor a las represalias del Gobierno contra los familiares que permanecen en el país.

De los 28 periodistas y otros trabajadores de medios de comunicación detenidos en los últimos 18 meses, dos han sido condenados y encarcelados, 15 están siendo juzgados y el resto están a la espera de juicio.

Los cargos contra ellos suelen estar relacionados con acusaciones de haber introducido divisas en el país sin declararlas, bien en forma de dinero contante y sonante, bien en forma de subvenciones procedentes del extranjero. Estos cargos pueden acarrear hasta ocho años de prisión. Algunos de los detenidos se enfrentan a acusaciones adicionales, como evasión fiscal y blanqueo de dinero, que conllevan penas de hasta 12 años. Todos han negado las acusaciones contra ellos.

Las condiciones en las cárceles de Azerbaiyán son notoriamente duras. En julio de 2024, Abzas Media publicó una carta de su director, Ulvi Hasanli, en la que denunciaba "torturas sistemáticas" en la prisión donde está recluido mientras se le juzga en la capital del país, Bakú. "La tortura continúa cada semana, a veces cada día. A veces se golpea a una persona y a veces a 10-15 personas a la vez", escribió.

Ese mismo mes, el Comité para la Prevención de la Tortura del Consejo de Europa criticó la "continua falta de acción" de las autoridades azerbaiyanas para poner fin a la tortura en su sistema penitenciario.

"Detrás de estas acusaciones, hay periodistas detenidos por su trabajo periodístico", ha declarado Jeanne Cavalier, responsable de Europa Oriental y Asia Central de Reporteros sin Fronteras. La presidencia de Azerbaiyán no ha respondido a la petición de declaraciones de OCCRP.

Aliyev, Trump y el "nuevo orden mundial"

Desde 2014, Azerbaiyán ha endurecido las restricciones legales a las donaciones extranjeras para las ONG locales, lo que ha llevado a la introducción de nuevas capas de burocracia y procesos de aprobación para las subvenciones procedentes del exterior. Los medios de comunicación independientes se han visto perjudicados por ello, ya que muchos se constituyen como ONG y reciben subvenciones del extranjero. 

Denber, de Human Rights Watch, explica que la legislación ha hecho "prácticamente imposible" que los medios de comunicación independientes operen legalmente. La legislación "deja muchas oportunidades para que las autoridades denieguen arbitrariamente la aprobación [de subvenciones]", afirma. Para Aliyev, estas ONG forman parte de una red de "contrabando de dinero" respaldada desde el extranjero y destinada a socavar el Estado. En un foro internacional celebrado en Bakú en abril, Aliyev alabó el éxito de las medidas adoptadas por Azerbaiyán contra ellas. 

"Las subvenciones concedidas a las denominadas ONG locales —en realidad, sucursales de la oposición— ahora deben registrarse, y aquí es muy difícil contrabandear dinero", dijo Aliyev al público, aunque lamentó cómo se percibía desde el exterior la persecución de estos "contrabandistas". "Cuando nuestras fuerzas del orden llevan ante la justicia a estos contrabandistas de dinero, empiezan a acusarnos de hacer cosas antidemocráticas", dijo. 

En el vídeo publicado en Facebook con motivo de su detención, Fátima Movlamli señalaba la ironía de que Aliyev, cuyo régimen ha enriquecido enormemente a su familia y a su círculo íntimo, como han puesto de manifiesto sistemáticamente las investigaciones periodísticas, tachara a los periodistas de contrabandistas. Movlamli le llamó "el patrón de los contrabandistas".

En el foro de Bakú, titulado "Frente a un nuevo orden mundial" y que reunió a representantes de más de 44 países, Aliyev elogió la congelación de la ayuda del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a los medios de comunicación que han denunciado a regímenes represivos como el azerí y le animó a ir más allá.

"Lo que el presidente Trump empezó a hacer es muy prometedor, pero creo que no debería detenerse", dijo Aliyev a la audiencia. "Debería profundizar más. Human Rights Watch, Freedom House, Amnistía Internacional, Transparencia Internacional... toda esta infraestructura de sus enemigos políticos debe volverse totalmente disfuncional".

En sus primeros 100 días en el cargo, Trump desmanteló la principal agencia de ayuda exterior del Gobierno de Estados Unidos, USAID —que según él estaba dirigida por "lunáticos radicales"—, congelando miles de millones de dólares en proyectos de ayuda internacional, incluidos unos 268 millones de dólares para apoyar a los medios de comunicación independientes de todo el mundo —la organización matriz de OCCRP ha presentado una demanda contra la administración Trump impugnando la congelación de fondos—.

Trump también forzó el cierre de servicios de noticias internacionales, incluida Voice of America (VoA), al retirar la financiación. VoA y otros medios financiados por Estados Unidos que están en el punto de mira de Trump, como Radio Free Europe/Radio Liberty, a menudo eran las únicas alternativas a las redes de medios estatales en Estados no democráticos.

Vigilancia y difamación contra periodistas críticos

Paralelamente a la represión de los periodistas independientes en Azerbaiyán, los medios de comunicación progubernamentales han emprendido una campaña que refuerza las acusaciones de financiación ilegal, publicando a veces lo que afirman que son conversaciones privadas en las que participan los acusados o sus amigos y familiares.

Los periodistas denunciados afirman que, aunque algunas de las comunicaciones privadas e imágenes que aparecen en los reportajes pueden haber sido falsificadas, otras parecen auténticas, lo que plantea interrogantes sobre cómo se obtuvieron. Los informes de Baku TV, un importante medio de comunicación progubernamental, han incluido lo que dicen ser capturas de pantalla de mensajes de texto y audio entre periodistas de Meydan TV en Signal y Slack.

Otro medio de comunicación progubernamental, Qafqazinfo.az, presentó un montaje de lo que dijo eran documentos que incluían propuestas de proyectos de subvención y un contrato de freelance, principalmente relacionados con Toplum TV y uno de sus periodistas.

Azeri-Press Agency (APA) publicó capturas de pantalla en las que supuestamente aparecían llamadas y mensajes privados entre un periodista de Azerbaiyán y periodistas de Meydan TV que operaban en el extranjero, así como información personal supuestamente perteneciente al freelance de Meydan TV Nurlan Gahramanli. Poco después, Nurlan fue detenido.

La dirección de Meydan TV declaró a OCCRP que creía que el material auténtico utilizado en las redadas progubernamentales contra los periodistas del medio podría haberse obtenido "bajo coacción". "Nuestros periodistas han sido objeto de brutalidad policial y amenazas en los intentos de acceder a sus dispositivos electrónicos", han denunciado.

Un representante de Abzas Media dijo a OCCRP que las fuerzas de seguridad locales habían estado proporcionando material a los medios de comunicación progubernamentales para "difamar a los periodistas" y "desacreditarlos ante la opinión pública". Los defensores de la libertad de prensa también expresaron su preocupación por cómo las autoridades y los medios de comunicación progubernamentales habrían obtenido esa información privada.

OCCRP informó en 2021 sobre el ataque a decenas de periodistas azerbaiyanos con el programa espía Pegasus. La ONG Media Defence, con sede en Londres, que está proporcionando ayuda legal a varios periodistas azerbaiyanos detenidos, ha presentado desde entonces solicitudes ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en nombre de varias víctimas, alegando que el Estado violó su privacidad.

"Tanto si [las autoridades] lo consiguen pirateando sus teléfonos, controlándolos o vigilándolos de otras formas, creo que, en combinación, todo esto tiene un impacto muy grave en la forma en que los periodistas llevan a cabo su actividad", ha declarado Pádraig Hughes, director jurídico de Media Defence.

Baku TV, APA y Qafqaz no han respondido a la petición de declaraciones de OCCRP.

¿Quién controla los medios en Azerbaiyán? 

En su último informe, RSF afirma que "prácticamente todo el sector de los medios de comunicación está bajo control oficial" en Azerbaiyán. "No se emite ningún programa de radio o televisión independiente desde el interior del país, y todos los periódicos impresos con una postura crítica han sido clausurados", señala el informe.

El Gobierno posee tres cadenas de televisión, entre ellas AzTV, y una agencia de noticias llamada Azertag. Pero también hay decenas de medios de comunicación privados progubernamentales, y la falta de transparencia hace que no conste públicamente quién los controla. El Gobierno de Azerbaiyán prohibió el acceso público a la información sobre la propiedad de las empresas en 2012.

Baku TV, por ejemplo, forma parte de un holding denominado Global Media Group (GMG), que también controla otros medios de comunicación progubernamentales en Azerbaiyán —como Report News Agency y el sitio web de noticias Oxu.Az—, así como Haber Global TV en la vecina Turquía. Pero los registros públicos no muestran quién es el propietario de GMG.

Según los documentos públicos registrados ante las autoridades fiscales de Azerbaiyán, el representante legal y presidente del consejo de GMG es un antiguo funcionario del Ministerio de Transportes llamado Elnur Abdullayev. En su página de Facebook aparece con el presidente Aliyev en dos ocasiones. Aliyev le concedió un diploma honorífico en 2020 por sus "servicios en el desarrollo de los medios de comunicación en la República de Azerbaiyán".

En mayo de 2024, GMG se convirtió en signatario del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, una iniciativa voluntaria en la que las empresas se comprometen a respetar los principios de sostenibilidad, incluidos los derechos humanos. El compromiso fue firmado por Abdullayev. OCCRP ha intentado contactar por correo electrónico con Abdullayev vía GMG, pero no ha habido respuesta.

Azeri-Press Agency (APA) también forma parte de un holding, APA Group, que controla una serie de sitios web de noticias en Azerbaiyán y cuya propiedad última se desconoce. En una entrevista de 2016 sobre la libertad de prensa, el director general de APA Group, Vusala Mahirgizi, declaró a BBC News Azerbaiyán que APA podía escribir sobre cualquier tema que deseara, y que sus periodistas no tenían ningún problema para obtener documentos oficiales. 

"Tenemos acceso a las declaraciones de las investigaciones, a los testimonios de las sesiones a puerta cerrada de los tribunales y a la información presentada durante las investigaciones preliminares; todo ello lo publicamos», declaró Mahirgizi. «No nos enfrentamos a ninguna presión ni obstáculo a este respecto". Para los medios de comunicación ahora obligados a exiliarse, la historia es muy diferente. Meydan TV y Abzas Media declararon que ahora dependen de la valentía de los ciudadanos que les puedan suministrar información para su cobertura.

Detenidos, pero no silenciados

Mientras las redacciones locales están vacías, las publicaciones en el exilio se aseguran de que su personal detenido siga teniendo voz, publicando sus declaraciones, testimonios ante los tribunales y cartas desde la cárcel. Y siempre con un tono desafiante.

"Sabíamos que íbamos a provocar la ira de Ilham Aliyev por nuestro trabajo", declaró el director y fundador de Abzas Media, Ulvi Hasanli, en una vista judicial celebrada en enero. "Sin embargo, eso no nos disuadió". En una declaración desde la cárcel en mayo, el personal de Meydan TV también dijo que estaban decididos a no ser silenciados. "Quienes creen que nos han silenciado metiéndonos entre rejas desconocen el poder liberador de la cárcel. Ya no tenemos nada que temer: nos han detenido y, desde aquí, nuestras voces se alzarán más alto, se oirán más", afirmaron.

Las cartas de los periodistas desde la cárcel se hacen eco de ese desafío, combinado con humor y con recuerdos de la vida en el exterior. Aynur Elgunash, redactor jefe de Meydan TV, lamentó los terribles culebrones que le sirven de único entretenimiento en la cárcel. "En mi opinión, el principal castigo en prisión es la obligación de ver canales de televisión locales", escribió en una carta publicada por Meydan TV en mayo.

Pero terminó con un característico desafío a las autoridades: "No me arrepiento en absoluto de haber ido a la cárcel. De lo contrario, no sería consciente de las amargas realidades que he vivido. Soy una persona que cree en el efecto boomerang de la vida. Espero de verdad que los que han hecho del país lo que es pasen también por este camino algún día y se ahoguen en el lodazal que han creado".

Fatima Movlamli sabía que la policía vendría a por ella. Durante meses, la joven periodista y activista azerbaiyana, había estado documentando la difícil situación de sus colegas mientras eran difamados por los medios de comunicación progubernamentales, detenidos y llevados ante los tribunales acusados de "contrabando de divisas".

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