De vetar a Trump a primera fila de su toma de posesión: Silicon Valley se quita la careta y consuma su giro ultra

En enero de 2021, Donald Trump abandonó la Casa Blanca con un veto inaudito de prácticamente todas las redes y plataformas sociales. Facebook, Instagram, Twitter, Google, YouTube, Spotify, Snapchat, Reddit, Twitch, TikTok o Pinterest dieron un paso adelante y, por primera y quizás última vez, asumieron su papel más allá de simples intermediarias de contenido y censuraron al por entonces presidente saliente tras el asalto al Capitolio. Sin embargo, solo cuatro años después, los dueños de muchos de esos imperios tecnológicos con sede en la progresista California lo han dejado de ver como un peligro para la democracia y se han colocado ideológicamente a su lado.
Se espera, por ejemplo, que Elon Musk, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos, tres de los hombres más ricos del mundo, estén sentados en primera fila en su toma de posesión. Algunos medios también señalan que Tim Cook de Apple y Sam Altman de Open AI, que hicieron donaciones personales, también acudirán. Incluso The New York Times apunta a que el director ejecutivo de TikTok, Shou Zi Chew, tiene previsto acudir tras el apagón de trece horas en EEUU producido este mismo fin de semana por una prohibición levantada gracias a Trump, que anunció una prórroga de 90 días.
La presencia de todos estos magnates de Silicon Valley en Washington se producirá sólo cuatro días después de que Joe Biden, en su discurso de despedida, advirtiera que en EEUU "una oligarquía construida sobre una concentración extrema de riqueza, poder e influencia" y concentrada en manos de "unos pocos individuos ultrarricos" amenaza directamente "nuestra democracia, los derechos y libertades fundamentales". No mencionó por el nombre a ninguno, pero no hizo falta.
A pesar de las críticas y amenazas del pasado, desde que Trump logró la victoria el pasado noviembre, la élite de Silicon Valley se ha quitado la careta con el aval del silencio de sus trabajadores, atenazados por la ola de despidos. Con Musk como "estrella" del nuevo presidente y con un asiento asegurado como asesor en su Administración tras donar su juguete X como arma de propaganda, el resto de líderes han ido moviéndose para posicionarse al lado del nuevo inquilino de la Casa Blanca con Zuckerberg como máximo exponente.
Primero, acudieron hasta Florida para reuniones privadas en la mansión de Mar-a-Lago. Y después obsequiaron al comité para la toma de posesión ingentes cantidades de dinero: Meta y Amazon junto con Google, Microsoft o Uber de un millón de dólares, al igual que las hechas a titulo personal por parte del consejero delegado de Apple, Tim Cook, o de Open AI, Sam Altman. Cantidades muy superiores, según datos de The Washington Post, si se comparan con la de Biden en 2021 o la del propio Trump en 2017.
Nunca han sido progresistas
¿Por qué se produce ahora este posicionamiento tan evidente de la élite de Silicon Valley al lado de Trump y no hace ocho años, tras su primera victoria? "No se debería haber considerado a estas empresas como progresistas", sostiene Miriam Juan-Torres, experta en relaciones internacionales e investigadora en la Universidad de Berkeley.
"El cambio se ha hecho evidente en las últimas semanas, pero lo hemos estado viendo en los últimos años, sobre todo durante la Administración Biden", explica Carlota García Encina, investigadora principal de Estados Unidos y Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano. Esta experta apunta a que "la mayoría de estos empresarios son libertarios que defienden esta libertad absoluta y la supresión de Gobiernos y leyes", aunque hasta ahora se habían posicionado "a favor de los demócratas" y "han hecho filantropía en muchas causas progresistas".
El factor X de Musk
Los expertos consultados por infoLibre coinciden en que en este movimiento influyen varios elementos. El primero y más evidente es la figura de Elon Musk. "Ha conseguido mover el tablero y atraer a otros líderes tecnológicos", asegura Juan Francisco Albert, director del centro de análisis sobre radicalismo reaccionario Al Descubierto, que señala además que, no obstante, a muchos miembros de esta élite estas ideas del dueño de X ya les rondaba la cabeza y ahora han encontrado vía libre. "El poder de Musk es clave porque muchas están en competencia con él. Por ejemplo, Bezos tiene una empresa de cohetes que rivaliza con SpaceX, Altman y Musk no se llevan bien… se están acercando para que no les pongan trabas a la hora de competir", indica García Encina.
Aunque, en la importancia de Musk, no hay que olvidarse de la figura de Peter Thiel. Uno de los se subieron al barco de la radicalización de Silicon Valley hace ya varios años. Amigo de Musk desde que ambos fundaron PayPal, este magnate detesta al progresismo y fue uno de los primeros empresarios tecnológicos que apoyaron a Trump en 2016. Muchos en EEUU lo señalan a él como la persona detrás del giro del dueño de X que colaboró con las campañas presidenciales de Barack Obama e incluso, en una ocasión, estuvo seis horas haciendo cola para estrechar la mano del expresidente en un evento.
Otro que cambió de barco fue Marc Andreessen. Aunque lo hizo en el tiempo de descuento, su giro sirvió de precedente al ser uno de los nombres fuertes en Silicon Valley. Junto a su socio Ben Horowitz, anunciaron en verano que pondrían dinero para la campaña republicana, coincidiendo con la selección de J.D. Vance como compañero de ticket. El que fue senador de Ohio comenzó su carrera en Mithril Capital, el fondo de capital riesgo de Peter Thiel, y su elección fue entendida por muchos dentro de la industria como una señal de que la segunda Administración de Trump sería más favorable para las tecnológicas.
Zuckerberg sigue el camino abierto por Musk
Ya con la victoria en el bolsillo, Zuckerberg también se ha quitado la careta. El fundador de Facebook ha abrazado públicamente la política de —no— moderación de X suprimiendo los verificadores de datos y eliminando una serie de restricciones sobre la migración o la identidad de género. Además, Zuckerberg también ha colocado a dos republicanos entre sus filas. El que fuera uno de los principales asesores de George W. Bush, Joel Kaplan, ha sido nombrado presidente de Asuntos Globales en sustitución del británico Nick Clegg. Y Dana White, CEO de la UFC, la mayor empresa mundial de artes marciales mixtas, y amigo personal de Trump, se incorporará al consejo directivo de Meta a pesar de que en su historial aparecen acusaciones de violencia machista.
El imperio tecnológico también trasladará sus equipos de confianza, seguridad y moderación a Texas porque California parece demasiado "parcial". Así, tal y como publica The Verge, los empleados que trabajen para Meta en este estado del sur estarán sujetos, por ejemplo, a las leyes contra el aborto más estrictas de EEUU. Sigue además así el mismo camino que Musk, que trasladó SpaceX, Tesla y X en respuesta a la aprobación en junio de un proyecto de ley en California destinado a brindar apoyo a los estudiantes LGBTQ+. Oracle, HP o Dropbox también se mudaron recientemente.
Y mientras Zuckerberg cocina todos estos cambios también acapara titulares con frases polémicas que podría firmar el mismísimo Trump. "Echo de menos la energía masculina en las empresas" o "la cultura corporativa ha virado hacia algo más castrado" fueron algunas de las perlas que dejó esta misma semana en el podcast de The Joe Rogan Experience. "Todos estos CEO creen más en la dominación y en establecer ciertas jerarquías, que están muy relacionadas con la cultura empresarial, que en la igualdad", reconoce Juan-Torres.
Bezos, Cook, Pichai, Nadella y Altman también buscan ser "estrellas" de Trump
Por su parte, Jeff Bezos, que además de ser el fundador de Amazon también es el dueño de The Washington Post, defendió durante la campaña electoral que el periódico no respaldase a ninguno de los dos candidatos y a principios de enero vetó una viñeta de Ann Telnaes en la que mostraba al multimillonario junto a Zuckerberg, Altman, el propietario de Los Angeles Times Patrick Soon-Shiong y a Mickey Mouse simbolizando a Disney rindiendo pleitesía a Trump.
Tim Cook, al contrario que sus colegas, donó el millón de su propio bolsillo para no posicionar políticamente a su empresa. Sin embargo, el director ejecutivo de Apple siempre ha tenido una buena relación con Trump y, según reveló el presidente electo el pasado octubre, lo llamó en octubre para quejarse de la UE y pedirle protección.
El líder de Google, Sundar Pichai, no tardó en tuitear tras las elecciones que "estamos comprometidos a trabajar con su administración para ayudar a que los beneficios lleguen a todos". Desde entonces, expresó en varias ocasiones su entusiasmo por trabajar con Trump y que confía en su ayuda para avanzar en inteligencia artificial.
El CEO de Microsoft, Satya Nadella, firmó una carta antes de las elecciones pidiendo que se regule la inteligencia artificial "sólo si los beneficios superan a los costes". Por su parte, el jefe de Open AI, la empresa detrás de ChatGPT, Sam Altman, también se ha posicionado al lado de Trump: "Liderará a nuestro país hacia la era de la inteligencia artificial, estoy ansioso por apoyar sus esfuerzos para garantizar que EEUU se mantenga a la vanguardia".
Una advertencia para los demócratas
El segundo factor a tener en cuenta en el cambio de los líderes de la big tech es que la nueva victoria de Trump ha dejado claro que el giro reaccionario es una realidad a nivel mundial y no una anécdota made in USA. "Los vientos políticos en EEUU empezaron a cambiar en la década de 2010", apunta García Encina. "Claramente el auge del populismo autoritario se ha extendido y la lógica de maximizar los beneficios corporativos es seguir la línea de Trump", explica Miriam Juan-Torres.
No obstante, este cambio se queda solo en los estratos más altos. "En Silicon Valley, hay un voto progresista, pero viene de los trabajadores y no de los altos cargos", reconoce Juan Francisco Albert. Completa García Encina: "Los trabajadores siguen siendo demócratas, los dueños no porque están guiados por ambiciones empresariales".
No se debería haber considerado a estas empresas como progresistas
Y, por último, la tercera circunstancia responde a la necesidad de congraciarse con Trump porque, al final, todos estos personajes son empresarios y necesitan conseguir políticas más laxas para seguir amasando montañas de dinero. "Este tipo de alianzas con oligarcas son habituales alrededor del mundo", asegura Juan-Torres. "Estas nuevas élites quieren sustituir a las antiguas y cambiar el orden por un nuevo autoritario que beneficie a sus negocios", detalla Albert que considera que este cambio de rumbo forma parte de "la rebelión de los superricos".
Esta causa está estrechamente ligada a los dolores de cabeza que han sufrido en Silicon Valley con la Administración Biden. Eso sí, tal y como recuerda Carlota García Encina, "la relación de la Casa Blanca con las grandes tecnológicas nunca ha sido ideal". No obstante, durante los últimos cuatro años, Google, Microsoft, Meta y Apple se han visto señaladas y perseguidas por el Gobierno y la justicia por sus prácticas monopolísticas. "Es evidente que estas empresas han llevado a cabo prácticas ilegales y que los demócratas no hicieran nada, era llamativo", indica Albert que sostiene que su movimiento para controlarlos fue "tibio", a los mandamases "no les ha gustado" y ahora se han tomado su venganza. "La ciudadanía quería que no invirtieran tanto en filantropía y pagarán impuestos", resume García Encina.
Trump, en cambio, ya ha dejado claro que no quiere trocear a estas compañías y que quiere "tener grandes empresas" para competir contra China. Es decir, en palabras de Juan-Torres, puede ser "un buen canal para combatir todos estos intentos regulatorios".
Un paraguas frente a UE y ¿una vía para llegar a China?
Unos intentos regulatorios que, sobre todo, se impulsan desde el otro lado del Atlántico, provocando más de un quebradero legal a toda la industria tecnológica. Durante el último lustro, Bruselas ha dado luz verde a un ambicioso paquete de regulación digital con el objetivo de atar en coto a estos imperios digitales. La Ley de Servicios Digitales junto con la de Mercados Digitales imponen una serie de obligaciones a las diferentes plataformas en materia de transparencia, seguridad y de lucha contra la desinformación y el discurso del odio, al tiempo que intentan frenar su comportamiento anticompetitivo.
La mayoría de estos empresarios son libertarios que defienden esta libertad absoluta y la supresión de Gobiernos y leyes
¿Buscan ahora que Trump sea su protector frente a Europa? "Por supuesto", afirma Albert que, aunque matiza que Bruselas es un "lugar complejo", su irrupción de nuevo en la Casa Blanca deja claro que Washington "ya no es un aliado fiable": "La UE va a tener que tomar una decisión: o mantiene su legislación o se pliega ante EEUU".
Lo cierto es que este giro ultra de Silicon Valley podría haber comenzado a dar sus frutos. Según publicó esta misma semana Financial Times, la UE estaría revisando sus investigaciones sobre Apple, Meta o Google. Aunque hay algunas sanciones que ya se han materializado, hay varios casos en curso en distintas fases de progreso y Bruselas podría aplazar todas las decisiones. "Vamos a ver cómo se relaciona EEUU y UE en este ámbito. La incógnita será cómo se desarrollen las causas contra ellas", apunta García Encina.
No obstante, los expertos consultados señalan que el interés tanto de Trump como de sus nuevos amigos de Silicon Valley es China. Tal y como explica García Encina, Pekín es "más objetivo" para Washington que Bruselas para "buscar inversión y consolidar una industria tecnológica potente para seguir siendo líder mundial". El país asiático está cerrado a cal y canto para las tecnológicas con pasaporte occidental y siempre ha sido su piedra en el zapato.
Con el nuevo presidente negociando con ellos tendrían una posición de fuerza que no han tenido hasta ahora. El propio Musk incluso apuntó el camino en un tuit este mismo domingo: "La situación actual en la que a TikTok se le permite operar en EUU, pero a X no se le permite operar en China es desequilibrada". ¿Quizás la prórroga a la red social anunciada por Trump incluya un veto por veto?
¿Cómo va a impactar en los usuarios?
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En medio de este mar de hipótesis y rumores, lo que está claro es que el cambio de rumbo de la élite de Silicon Valley no sólo afectará a la política interna y externa de EEUU. Manda un claro mensaje a los demócratas y también a Bruselas, pero también tendrá impacto en el día a día de los usuarios. Aunque puedan parecer problemas de la élite blanca, rica y americana, se tratan de los dueños de algunos de los imperios que controlan las redes sociales con las que nos comunicamos como Instagram o WhatsApp, que dirigen nuestros correos y búsquedas en Internet como Google, que fabrican sistemas operativos como Microsoft, que fabrican móviles como Apple, que dominan el comercio electrónico como Amazon, o que tienen el futuro de la inteligencia artificial en sus manos con ChatGPT como OpenAI.
En Silicon Valley, hay un voto progresista, pero viene de los trabajadores y no de los altos cargos
"Las grandes tecnológicas formaban hasta un mundo aparte y ahora van a estar más integrados con la Casa Blanca, y esto no se ha visto hasta ahora", recuerda García Encina que pronostica un aumento de la simbiosis entre Silicon Valley junto al Pentágono y Defensa. "Al usuario le va a impactar mucho, demasiado. Vamos a ver como la mayoría de redes sociales permiten el discurso de odio, va aumentar la polarización y el auge de la extrema derecha, y se van a debilitar las instituciones", asegura Albert.
Opinión similar comparte Miriam Juan-Torres que también se muestra preocupada por las mayores facilidades que tendrá la vigilancia masiva que llevan a cabo estas empresas además del impacto en la regulación climática ya que "la inteligencia artificial es extremadamente contaminante". "También tendrá un impacto en el modelo político al que nos dirigimos: podemos ir hacia un populismo radical que propone un modelo híbrido de estados, como Hungría, y un giro hacia el autoritarismo", explica esta experta que reconoce que tendrá, sobre todo, "un impacto en la erosión de nuestras libertades".