Bienvenidos a la muerte de la democracia porque Steve Bannon está de vuelta y más cerca de Trump que nunca

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Maya Kandel (Mediapart)

En diciembre de 2023, la publicación Axios, leída por todo Washington, anunciaba que Steve Bannon podría volver a la Casa Blanca en 2025 como asesor estratégico de Donald Trump. Aunque la información fue desmentida por el entorno del candidato, dice mucho de la vuelta al estado de gracia del ideólogo de extrema derecha, ex editor jefe de Breitbart News y jefe de campaña de Trump en 2016.

El mes pasado, Bannon organizó una mesa redonda en el mitin republicano CPAC, la meca de los "conservadores", o más exactamente, de los radicales. La fiesta de clausura también fue organizada por Bannon. Allí se pudo ver al británico Nigel Farage (Mr Brexit), así como a nazis declarados y a otros cercanos a Richard Spencer, el supremacista blanco que en 2008 acuñó el término alt-right, opuesto al partido republicano clásico. En 2016, Bannon proclamó que Breitbart era la "plataforma de la alt-right".

El historiador Joshua Tait, que ha publicado mucho en Internet sobre esta extrema derecha y su amplificación desde finales de la década de 2000 hasta la elección de Trump, escribió recientemente un obituario sobre ella. Pero es imposible entender la política americana reciente, el Congreso en 2023, el regreso de Trump y la transformación del Partido Republicano, sin echar un vistazo a la influencia de la alt-right y al hombre que sigue siendo uno de sus principales difusores, Steve Bannon.

Al igual que Trump, Bannon nunca ha desaparecido, pero ha permanecido alejado de la prensa generalista en los últimos años. Sin embargo, está en el centro de la reconquista de Trump de la mente y el partido republicanos. Su podcast es un vínculo crucial entre los activistas online de extrema derecha, el Congreso y ahora todo el Partido Republicano.

Este artículo, segunda parte de nuestra serie sobre la transformación de la derecha estadounidense, analiza la alt-right, esa extrema derecha online heredera de viejos movimientos políticos (supremacismo blanco) y más recientes (foros masculinistas, gamers y neo-reaccionarios) en la era digital. Dinámica y virulenta, es un combustible esencial para el movimiento MAGA ("Make America Great Again", el lema del trumpismo).

También es profundamente antidemocrática, y comparte un gurú común con la derecha tecnológica, Curtis Yarvin, líder de los neo-reaccionarios e inspirador de la "Ilustración Oscura" (ver la primera parte de nuestra serie). En su Alt-Right Guide to the Establishment, Breitbart citaba a Curtis Yarvin como la principal inspiración intelectual del movimiento.

Bannon, difusor de la alt-right

Tras la victoriosa campaña de Trump, Bannon fue nombrado asesor estratégico de la Casa Blanca, inmortalizado en esta portada de la revista Time, que lo retrataba como el "gran manipulador" que movía los hilos de la administración Trump. Despedido a finales de 2017, pasó dos años viajando por Europa tratando de unir a los partidos de extrema derecha en un "movimiento" diseñado para socavar las instituciones europeas desde dentro. Donde tuvo más éxito fue en Brasil, con Jair Bolsonaro.

En 2020, Bannon creó un podcast en Estados Unidos para subirse a la ola conspirativa vinculada a la pandemia de Covid. Primero se llamó War Room: Pandemic (Célula de crisis: pandemia), luego Bannon's War Room (Célula de Crisis de Bannon), y su programa diario atrajo rápidamente a decenas de millones de oyentes. Sin embargo, a partir del 4 de noviembre de 2020, Bannon abandonó las teorías de la conspiración covid para volver a centrarse en cuestionar la victoria de Biden. Trabajando sobre el movimiento Stop the Steal (Parar el robo), que afirma que Trump ha ganado, promoverá entonces el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 y luego librará una batalla diaria para reescribir su historia.

Toda la carrera de Bannon desde su destitución puede leerse como una estrategia para volver a caerle en gracia a Trump, y al corazón del poder.

En uno de sus últimos actos como presidente, Trump indultó a su antiguo asesor. Bannon se enfrentaba a penas de cárcel por estafa y asociación de malhechores tras una petición fraudulenta de fondos (malversó fondos recaudados para construir el muro fronterizo); sus tres coacusados fueron condenados a casi cuatro años de prisión. Ahora Bannon insinúa todo el tiempo que está cerca de Trump: le interesa, claro, de hecho le ha visto al menos dos veces en 2023, y los dos hombres se hablan.

En 2023, el think-tank Brookings publicó un vasto estudio sobre la desinformación en los podcasts: la War room de Bannon es la que difunde más información falsa. Su audiencia es tal que es imposible entender el caos parlamentario de 2023, los sucesivos psicodramas en el seno del grupo republicano o la negativa a votar nuevas ayudas a Ucrania, sin tener en cuenta su influencia.

La estrategia del caos: Bannon y los 'veinte talibanes'

En 2023, el Congreso fue el más improductivo en décadas, si no el peor de la historia de Estados Unidos. Para entender la proliferación de primicias históricas en este Congreso derivadas de las elecciones de mitad de mandato de 2022, hay que fijarse en la Cámara de Representantes de mayoría republicana. Kevin McCarthy, republicano, fue el primer presidente de la Cámara en dos siglos en necesitar quince votaciones para ser elegido, a pesar de que su partido acababa de ganar la mayoría de escaños, y el primero en la historia de Estados Unidos en ser expulsado de su cargo por una "moción de destitución" en septiembre de 2023. En octubre, la Cámara no tuvo Presidente durante más de dos semanas, lo que provocó un vacío de poder legislativo nunca visto en medio siglo.

Tanto en enero como en octubre, el hacedor de reyes era Bannon, por su ascendiente sobre la facción más extremista del partido republicano, los miembros del Freedom Caucus, entre los que destacan el ex asesor de Trump y representante por Florida Matt Gaetz o Paul Gosar, también extremista y también implicado en el asalto al Capitolio. Estos radicales, apodados "los veinte talibanes" por sus propios colegas republicanos, impidieron la elección de candidatos que no gustaban a Bannon y/o Trump, y marcaron la agenda en la Cámara, en particular sobre Ucrania.

Cuando Trump lanzó su campaña en noviembre de 2022, la reescritura del 6 de enero se convirtió en el mito fundacional de su nueva candidatura

"Mañana se desatará el infierno", declaró Bannon en su emisión del 5 de enero de 2021. En la mañana del 6 de enero, animó a sus oyentes: "Seremos nosotros contra ellos. ¿Quién logrará imponer su voluntad al otro bando? Pero fue sobre todo en los meses siguientes cuando desempeñará un papel decisivo en la reescritura del 6 de enero y en el regreso de Trump.

Bannon y su podcast desempeñaron un papel crucial como "difusor" de la reescritura del 6 de enero. El esfuerzo había comenzado ya a finales de enero de 2021 en publicaciones de extrema derecha, en un momento en que la mayoría del país, incluidos los republicanos, seguían traumatizados por el suceso. Incluso Trump, entrevistado en Fox News el 28 de febrero de 2021, dijo que "lamentaba la violencia" del 6 de enero.

El podcast de Bannon, replicado posteriormente por Fox News (y los presentadores Sean Hannity y Tucker Carlson), contribuyó a amplificar todas las teorías más frívolas para reescribir el asalto, primero como una "manifestación pacífica infiltrada por 'antifas'", luego como una "manipulación" del FBI, invitando a congresistas como Gaetz, Marjorie Taylor Green y Gosar, que repetían estas mentiras. A continuación, esos congresistas replicaban en redes sociales extractos de sus discursos en el programa de Bannon, llegando incluso a añadir ciertos artículos totalmente descabellados al acta oficial del Congreso.

A partir del verano de 2021, esas falsas teorías recibieron un nuevo impulso por parte de Trump, que vio interés político en comparar sus propios problemas con la justicia con las detenciones y juicios de los participantes en el asalto al Capitolio. Cuando lanzó su campaña en noviembre de 2022, la reescritura del 6 de enero se había convertido en el mito fundacional de su nueva candidatura. Tres años después, sigue agrandándose el abismo que separa a los republicanos del resto de los americano sobre el tema.

La alt-right no ha muerto, ha ganado

Bannon se prepara ahora para el futuro, utilizando sus emisiones para promover el Project 2025 de la Heritage Foundation, el antiguo think-tank de Reagan que se ha convertido en el antro de venganza política de Trump. En tres ocasiones ha invitado a Paul Dans, director del proyecto, que prepara una futura administración Trump. En un programa reciente, Dans dijo que "todo Heritage escucha ahora la War Room". En cierto sentido, Bannon ya se ha convertido de nuevo en el asesor estratégico de Trump.

La "derecha alternativa" ha ganado su batalla contra el viejo establishment republicano. La derrota en las primarias de Nikki Haley, la versión idealizada del Partido Republicano de la era Reagan, es un símbolo de ello. La alt-right ha ganado la batalla de las ideas y está calando en el partido republicano. Es cierto que los Richard Spencer y otros supremacistas blancos ya no dominan los debates como en 2016. Recordamos el titular de portada del Washington Post sobre Spencer: "Celebremos esto como en 1933", cuando Spencer saludó la victoria de 2016 con un Heil Trump.

Pero sus herederos han pululado por todas partes, desde los cuarteles generales de campaña hasta el Congreso y las conferencias nacionales de los conservadores.

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En este sentido, la trayectoria de Richard Hanania es ejemplar: si bien su "carrera" comenzó con artículos racistas publicados bajo seudónimo en la web supremacista blanca de Spencer, ahora es considerado un héroe intelectual de la derecha, avalado por varios magnates de Silicon Valley, así como por candidatos a la nominación republicana.

Jack Posobiec, la figura "histórica" de la alt-right que ayudó a amplificar las Macron Leaks en 2017 retuiteando datos pirateados por hackers rusos a sus cientos de miles de seguidores de Twitter, dijo a los republicanos reunidos en CPAC el mes pasado: "¡Bienvenidos a la muerte de la democracia! Estamos aquí para derrocarla por completo. No lo conseguimos el 6 de enero, pero esta vez vamos a acabar con ella". El debate fue "moderado" por Steve Bannon. Durante su discurso de clausura, Trump se hizo eco de estas palabras, anunciando su futura victoria como una "venganza absoluta" contra sus adversarios políticos, para quienes ese día sería "el día del juicio final".

Traducción de Miguel López

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