DESINFORMACIÓN

Así intentan acabar las plataformas de podcast con los bulos tras la tormenta en Spotify

Un móvil con la aplicación de Spotify.

"Pueden tener a Joe Rogan o a Neil Young, pero no a los dos". Así de claro fue la leyenda del rock cuando solicitó a su discográfica el pasado 24 de enero que retirase toda su música de Spotify. Una amenaza que hizo efectiva tres días después: "Se ha convertido en el hogar de peligrosa desinformación sobre el covid. Mentiras vendidas por dinero". ¿La razón? La presencia de Joe Rogan al que acusa de difundir mentiras sobre el covid y las vacunas. Aunque su nombre no sea conocido en España, es un popular cómico cuyo programa, The Joe Rogan Experience, difundido por la plataforma de streaming, tiene la escalofriante cifra de 11 millones de oyentes de media por episodio.

La gota que colmó el vaso de Young se produjo el pasado 31 de diciembre. Rogan entrevistó en su programa de podcast a Robert Malone, un conocido vocero de teorías de la conspiración sobre las vacunas contra el covid-19 y que le han costado ya la suspensión permanente de Twitter. Entre las cosas que dijo, comparó las medidas tomadas durante la pandemia con el Holocausto. Ante esto, 270 profesionales médicos firmaron días después una carta abierta para que Spotify regulase la desinformación en su plataforma y, además, denuncian que permita que Rogan propague en su aplicación "afirmaciones falsas y dañinas para la sociedad" sobre el coronavirus y las vacunas. 

Tras ver el silencio de Spotify, Young tomó la decisión. A lo largo de la última semana, a la leyenda del rock se han ido sumando la canadiense Joni Mitchell, el trío de cantautores country David Crosby, Stephen Stills y Graham Nash —excompañeros de banda de Young—, la cantante de soul India Arie —que también se mostró molesta por el uso del "lenguaje y raza" que hace Rogan—, el cantautor británico Lloyd Cole o el cómico británico Stewart Lee. Incluso el príncipe Harry y Meghan Markle, que cuentan con un acuerdo de exclusividad para publicar podcast en la plataforma, han mostrado su preocupación por la actitud del gigante de streaming

Ante esta sangría, el pasado 30 de enero, Rogan pidió perdón en un vídeo en Instagram y Spotify lanzó un comunicado, firmado por su CEO, Daniel Ek, en el que se comprometía a tomar medidas. "Tenemos la obligación de hacer más para brindar equilibrio y acceso a información ampliamente aceptada de las comunidades médicas y científicas que nos guían en este momento sin precedentes", aseguró el líder de la plataforma. No obstante, matizó que "es importante para mí que no asumamos la posición de ser censores de contenido"

Spotify elige la vía Facebook

En concreto, Ek anunció que se añadirán nuevos avisos de contenido que se mostrarán en los episodios de podcast que hablen sobre el covid —el de Rogan con Malone ya lo tiene, como se puede ver en la siguiente imagen— y que redirigirán a una Guía covid en la que se puede encontrar información "adicional y fiable". Sigue así el camino abierto por Meta y Mark Zuckerberg para acabar con los bulos. "Spotify elige la vía Facebook, que es ponerse más de lado", explica Alexandre López Borrull, profesor de Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que apunta que, en cambio, "Twitter siempre ha dado un paso antes, como se ha visto con las cuentas de Donald Trump o Jair Bolsonaro". 

Asimismo, la plataforma de streaming ha incluido nuevas definiciones sobre lo que considera contenido "peligroso" "engañoso", "sensible" o "ilegal" así como las medidas que tomará contra los creadores que no cumplan las reglas o los métodos con los que cuentan los usuarios para reportar. "Romper las reglas puede resultar en la eliminación del contenido infractor de Spotify. Las infracciones reiteradas o flagrantes pueden dar lugar a la suspensión y/o cancelación de las cuentas", explican en esta nueva normativa.

En el apartado de "contenido peligroso" incluye aquel que promueva "información médico falsa peligrosa o engañosa peligrosa que puede causar daño fuera de línea o representa una amenaza directa para la salud pública". Asimismo, concreta que no se limita a "afirmar que el sida, el covid, el cáncer u otras enfermedades graves que amenazan la vida son un engaño o no son reales", "promover que las vacunas aprobadas por las autoridades sanitarias están diseñadas para causar la muerte" o "alentar a las personas a infectarse deliberadamente con covid-19 para desarrollar inmunidad". 

 "No se está hablando de libertad de información si no de salud pública"

¿Son suficientes las medidas que está tomando Spotify? "Hay que tener en cuenta que solo poniendo avisos no es suficiente", explica López Borrull ya que "esta publicación puede ser leída igualmente". "Spotify dice que no lo va a borrar, pero en algún punto habrá que ver si tienen que hacerlo como lo hace YouTube", asegura el profesor, al tiempo que sostiene que "puede buscar contenidos virales que contengan desinformación y eliminarlo cuando se crea conveniente y existan denuncias".

Para este experto, debe haber una suma de ambas estrategias: avisar sobre su falsedad, pero también eliminar. "Cuando es un contenido sobre salud pública o de incitación al odio y las consecuencias pueden ser muy graves, el contenido tiene que ser borrado", argumenta. Asimismo, este profesor también defiende que no se pueden escudar en la libertad de expresión para no eliminar este tipo de contenidos ya que en este escenario no se está "hablando de libertad de información si no de salud pública". "Hay que ver las consecuencias de la desinformación. Los Gobiernos deben reclamar que todas las plataformas regulen esto", afirma López Borrull, aunque matiza que debe haber "unos protocolos claros". 

Suficientes o no, Ek reconoció días después de este comunicado, en un encuentro con inversores durante la presentación de sus resultados económicos del último trimestre de 2021, que estas medidas llegan "tarde": "Deberíamos haberlo hecho antes, y eso depende de mí". Sobre todo, porque tal y como recuerda The Atlantic, la compañía eliminó la música racista y, durante un corto periodo de tiempo, trató de penalizar a músicos que habían sido señalados ​​de mala conducta personal durante el boom del movimiento #MeToo.

Ek también argumenta que, desde el inicio de la pandemia, "Spotify ha estado lanzado hacia la acción", sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando ha tomado medidas realmente visibles. Por ejemplo, a pesar de su pasaporte sueco, llama la atención que la plataforma no forme parte del código de buenas prácticas en materia de desinformación de la UE que han firmado ya Google, Facebook (ahora Meta), Twitter, Microsoft, Mozilla o TikTok -que se ha sumado más recientemente- y que se puso en marcha en enero de 2019, aunque se ha reforzado con la irrupción del covid. "Creo que el siguiente paso de Bruselas será pedirle a Spotify, que además es una empresa sueca, que se sume", explica López Borrull.

Este experto defiende que, en este caso, la UE, como le pasa a EEUU, tiene en el punto de mira a las grandes tecnológicas y "no pensó en Spotify y las plataformas de streaming" porque "antes todo era música". "No tendría sentido que se le pidiera a YouTube, y los podcast no estuvieran", sostiene. 

¿Qué hacen otras plataformas de podcasts?

Pero la actitud de Spotify no es diferente al de otras plataformas de podcast. Mientras las redes sociales, como Facebook, Instagram, Twitter o YouTube han acaparado titulares por su dejadez ante las fake news y por sus posteriores medidas, estas aplicaciones permanecían prácticamente en silencio. "Creo que esto se ha debido sobre todo porque los podcast son considerados contenidos más profesionales. Y cuando se habla en limitar contenido se piensa en publicaciones más alternativas. Los contenidos creados por los usuarios preocupaban más", explica López Borrull que también apunta que hay unos "límites de supervisión más bajos", perfectos para los movimientos negacionistas del covid, los antivacunas o la ultraderecha que se mueven también en "plataformas más pequeñas como Parler en EEUU o en canales de Telegram". 

Spotify se escudaba hasta ahora en que en sus términos y condiciones de uso que "usted es el único responsable de todo el Contenido de usuario que publique" y que la compañía "podrá supervisar o revisar el Contenido de usuario, pero no tiene obligación de hacerlo". Eso sí, y aún con estas normas, la compañía aseguró a finales de enero a The Wall Street Journal que había eliminado más de 20.000 episodios de podcast relacionados con el covid. Y, además, ahora, tras las nuevas medidas, Spotify presume que ha puesto en marcha lo que "ninguna plataforma de audio ha hecho" hasta el momento.

Y razón a Spotify no le falta. La aplicación sueca no es la única plataforma que permite almacenar podcast, pero sí es la primera que toma directamente cartas en el asunto. Aunque existen muchas y muy variadas, entre las más usadas, además de la plataforma sueca, se encuentran SoundCloud o iVoox. Sin olvidarse, además, de las fuentes RSS que permiten, a través de un formato XML —un archivo de texto sin formato—, distribuir contenido en la web.

SoundCloud cuenta con unas normas de la comunidad, actualizadas el 27 de abril de 2021, en las que, entre otras, se limita el abuso, el acoso, los discursos de odio o los bulos. "Como plataforma que promueve la libertad de expresión y conecta a millones de personas, sentimos que tenemos la responsabilidad de adoptar una postura clara sobre el tema de la desinformación", exponen y señalan que consideran que deben "ser explícitos al afirmar que bajo ninguna circunstancia permitimos la publicación o el intercambio de ideologías dañinas que desinforman al público, como aquellas que niegan la ocurrencia de eventos violentos, o aquellas que apuntan a un individuo o grupo protegido por incitar al miedo, al odio o al prejuicio". En concreto, prohíben publicar teorías de conspiración como "negar el Holocausto", pero no mencionan el covid.

En la política de privacidad y condiciones legales de iVoox el usuario se compromete a "hacer un uso diligente" tanto de la web como de los servicios que permite con "total sujeción a la ley, a las buenas costumbres y a las condiciones legales". Asimismo, prohíbe, entre muchas cosas, "utilizar contenidos injuriosos o calumniosos". Eso sí, la plataforma " no se responsabiliza por los daños y perjuicios de toda naturaleza que puedan deberse a la falta de exactitud, exhaustividad, actualidad, así como a errores u omisiones de los que pudieran adolecer los contenidos" y tampoco asume "ningún deber o compromiso de verificar ni de vigilar sus contenidos e informaciones".  

Amazon, Apple y Google también tiene podcast

Pero SoundCloud o iVoox no son las únicas. Google, Amazon y Apple también tienen sus propios servicios de audio. Aunque, por ejemplo, Google defiende que Spotify y Google Podcast son dos productos totalmente diferentes ya que en el caso de la herramienta de Alphabet solo indexa los podcast y no aloja en sí estos audios. "Se trata de una herramienta de búsqueda que permite a las personas localizar podcasts publicados en la web, de la misma manera que la búsqueda de Google ayuda a encontrar páginas web, imágenes o vídeos publicados online", explica un portavoz de la compañía a infoLibre. Asimismo, como el resto de servicios de Google, entre los que se encuentra YouTube, incluye sistemas para evitar mostrar recomendaciones que infrinjan sus políticas generales en relación a contenido médico en el que no se permite contenido que "contradiga o infrinja consensos científicos o médicos y prácticas recomendadas basadas en evidencias".  

Audible, filial de Amazon, defiende en sus condiciones generales que todo el contenido incluido en la plataforma es "propiedad de Audible o sus proveedores de contenido y está protegido por la legislación alemana e internacional en materia de derechos de autor". Asimismo, también aseguran que se reservan el derecho a eliminar o inhabilitar el acceso a cualquier contenido que "violen o presuntamente infrinjan de otro modo los derechos de autor u otros derechos de propiedad intelectual, derechos de propiedad exclusiva o derechos de otro carácter de personas, empresas, otras entidades u otros titulares de derechos". Además, también recuerdan que al contar con un catálogo de miles de productos, "no nos es posible tener conocimiento del contenido de cada producto puesto en venta ni de cada comentario o reseña visualizado" por lo que operan sobre la base de "notificación y retirada": "Una vez se haya seguido este procedimiento, Audible hará cuanto esté en su mano por eliminar el contenido ilícito objeto de la reclamación en un plazo de tiempo razonable". 

Apple también cuenta con su propia biblioteca de podcast: Apple Podcast. En los términos y condiciones de los servicios de contenido multimedia de todos los productos de la compañía de la manzana, se especifica que la empresa "no será responsable de los materiales de terceros que estén incluidos dentro del contenido o de los servicios o enlazados desde el contenido o los servicios". Asimismo, explica que se obliga a "cumplir todas las leyes, normativas, ordenanzas y reglamentos locales, estatales, federales y nacionales que se apliquen al uso que haga de los servicios". Cabe destacar que, en 2018, Apple Podcast eliminó el podcast del creador de Infowars, Alex Jones, por su discurso de odio, aunque sigue disponible a través de un canal RSS, más difícil de encontrar pero localizable. 

100 millones de motivos

No obstante, y a pesar de este vacío, algunas plataformas de streaming, como Amazon Music o Apple Music, aprovecharon la polémica actual con Young para intentar captar suscripciones. Con el foco colocado en Spotify, mucha gente se cuestiona el motivo de esta férrea defensa de Rogan que empezó siendo un silencio clamoroso y ha terminado en un comunicado en el que ni siquiera se hace mención al podcaster. En parte, porque el argumento principal de la plataforma es que no es responsable del contenido que se publica. "Este debate sobre si son medios o canales no es nuevo, pero no puede ser que tengas todas las ventajas pero no asumas ninguna de las consecuencias", sostiene López Borrull. 

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En los medios estadounidenses se señala otro motivo principal: en 2020, Rogan firma un acuerdo exclusivo con Spotify por 100 millones de dólares. Por esto, en palabras de The Atlantic, "Spotify eligió al podcaster sobre el músico". 

El propio cómico británico Stewart Lee, al anunciar su marcha de la plataforma, señaló también este motivo: "Soy plenamente consciente de que esto no supondrá ninguna diferencia económica para Spotify". Tal y como explica The Verge, la compañía "no puede darse el lujo de condenar al ostracismo a Rogan o su audiencia" mientras que "no depende financieramente de las transmisiones o suscriptores de Young y, salvo un éxodo masivo de suscriptores por su catálogo perdido, las cosas siguen como siempre". Eso sí, apuntan que la cosa sería diferente si Drake o Taylor Swift hicieran un movimiento similar

Lo que está pasando con Spotify y Rogan no es una historia nueva para el mundo digital. Antes que Rogan, al ya mencionado Alex Jones no sólo lo echaron de Apple, también de Facebook. Twitter fue la primera en suspender indefinidamente al expresidente Donald Trump, que a estas alturas está vetado de prácticamente casi todas las plataformas. Eso sí, hay algo diferente en esta historia. Tal y como explica The New York Times, en el caso del cómico es principalmente un entrevistador y la mayor parte de las polémicas se producen por lo que dicen sus invitados. Habrá que ver cuánto tiempo se queda en Spotify. 

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