Hi ha tristesa darrera les paraules, escribió Salvador Espriu en un poema, Les paraules, que leí por primera vez en la antología Poetas catalanes contemporáneos (1968), una estupenda antología preparada por José Agustín Goytisolo. Recuerdo este verso al oír muchas declaraciones que estallan en medio de esta campaña con motivo de las elecciones convocadas para el próximo 14 de febrero en Cataluña. Y confieso que siento dudas a la hora de escribir "las declaraciones que estallan", porque es verdad que durante las campañas electorales suelen estallar las afirmaciones, las denuncias y las promesas, pero también es verdad que, por desgracia, esos fuegos artificiales se han convertido en el incendio natural de todos los días. La agresividad irrespetuosa y avasalladora, con pocas razones y muchas mezquindades, se desplaza poco a poco de las coyunturas urgentes a los cimientos cotidianos. Por desgracia los estallidos no son ahora una simple característica electoral.
Me entristece que uno de los argumentos más manipulados y zafios de esta traca tenga que ver con Cataluña. El diálogo honesto sobre la identidad se convirtió en pura cerrazón cuando algunos partidos políticos tuvieron que ocultar sus tramas de corrupciones con el griterío de los enfrentamientos entre Cataluña y España. Detrás de las palabras hay tristeza, porque detrás de los gritos hay un enorme deterioro humano, social y cultural de ciudades como Madrid y Barcelona. Algunas defensas son la máscara de una estafa.
La antología de Poetas catalanes contemporáneos se publicó en Seix Barral, una imprescindible referencia editorial que convirtió a Barcelona en la capital internacional de la cultura hispánica. La admiración y la amistad con Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, Jaime Salinas, José Agustín Goytisolo y Juan Marsé me hizo no sólo amar y admirar a Barcelona, sino compartir con muchos amigos andaluces y madrileños la admiración por Espriu: Diversos són els homes i diverses les parles, i han convingut molts noms a un sol amor. La admiración por Joan Vinyoli: Jo no sóc més que un arbre que s`allunyà del bosc, cridat per una veu de mar fonda. O la admiración por Gabriel Ferrater: Una d`aquelles veus que no voldriem sentir dins de nosaltres…
Por desgracia sentimos a veces dentro de nosotros voces que no unen en un sólo amor, ni dignifican la conciencia individual alejándonos de los bosques. Muchas de las sinrazones que estallan en estos días intentan borrar la naturalidad con la que algunos poetas de mi generación sentimos una admiración fraternal por los libros de Joan Margarit, o borrar la dinámica que invitaba a vivir en Barcelona a escritores como García Márquez, Vargas Llosa, Jorge Edward o Alfredo Bryce Echenique, mientras extendía por toda España y el mundo la mejor literatura catalana. A esa labor contribuyeron después personas como Jordi Herralde y Beatriz de Moura.
No me resultó nada extraño leer el homenaje que Federico García Lorca hizo a las floristas de Barcelona con motivo de la representación de Doña Rosita en 1935: "la calle más alegre del mundo, la calle donde viven juntas a la vez las cuatro estaciones del año, la única calle de la tierra que yo desearía que no se acabara nunca, rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre: Rambla de Barcelona". Era también la historia de mi vida.
En mi infancia y adolescencia me había acostumbrado a que muchos amigos de Andalucía emigraran a Cataluña para huir de la pobreza y luchar por la supervivencia. Pero más que envidiar la riqueza del norte, la literatura me invitó a dignificar en condiciones de igualdad mi propia tierra. Y para esa tarea también sirvió mi admiración por escritores como Juan Marsé, cuando contaba en sus novelas el comportamiento mezquino de las clases altas catalanas con algún desdichado andaluz, o Jaime Gil de Biedma, autor de poemas como Barcelona ja no és bona. Paseando por la ciudad, escuchaba Jaime a los inmigrantes del Sur esforzándose en hablar catalán: "Sean ellos sin más preparación / que su instinto de vida / más fuertes al final que el patrón que les paga /y que el salta-taulells que les desprecia: / que la ciudad les pertenezca un día".
Me importa poco que, en medio de los estallidos, algún salta-taulells me acuse de españolista, catalanista, izquierdista, reaccionario, o todo a la vez, porque estas confusiones son propias de los gritos. Por mi parte sólo confieso que soy un sesentón rojo, que me sé educado en el amor por la cultura catalana, cultura que siento inseparable de la cultura española, y que me preocupa que siempre sean los chavas, los pobres, las personas desamparadas, las que acaben pagando la factura y sufran los despedazados anfiteatros que dejan las guerras de banderas. Esa preocupación es la que me invita a mantener la serenidad y a evitar que las coyunturas de los estallidos urgentes pudran los cimientos de las razones y la democracia. Cultivo una idea sobre las ciudades y el sentido de pertenencia.
Señor García, gracias por su artículo.
Conocí por primera vez a los catalanes a los dieciocho años en la emigración alemana y eran maravillosos y allí no eran independentistas.
No haga caso de artículos tan largos como soflamas de campaña electoral y siga escribiendo con el corazón.
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Mi primer contacto con Cataluña fue a través de la música, Serrat, Lluís Llach, el Tete Montoliu, Companyia Eléctrica Dharma, el loco Pau Riba, Orquesta Platería y toda la rumba catalana del Gato Perez o Peret, a la música le siguió el teatro, mis años de estudiante en Granada me permitieron ver a Comediants, Tricicle, Joglars, la Fura. Disfruto de la lectura de Eduardo Mendoza, de Vazquez Montalban y las columnas de Maruja Torres siempre me han sacado una sonrisa. Comencé a ver las plazas de Barcelona a través del cómic, esa Plaza Real dibujada por Nazario o esas vistas desde la estatua de Colón donde vivía el buitre Buitaker. Me encanta el Pirineo Leridano, el lago Sant Maurici y Els Encantats, toda Barcelona modernista, la Girona gótica y el Anfiteatro de Tarragona. Me gusta el Makinavaja makipoeta, el Makoki y su banda, incluso la Rosalia y su Malamente tra tra.
Espero que más pronto que tarde pueda volver a pasear por sus calles y tomarme una copa de cava, por cierto el Recaredo es lo más.
De política ya si eso otro día.
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Ocultar 5 RespuestasSolo te falta uno ,el inimitable Jaume Sisa
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Ocultar 1 RespuestasOle mi prima el repaso que me ha dado a recuerdos que estaban ahí, aunque yo soy algo menos instruido, pero algunas cosas si he visto.A Lluis Llach en el Lope de Vega de Sevilla. No recuerdo si lo vimos entero, porque , por aquel entonces, lo sacaban de los teatros a medio cantar. Tambien Comediants y disfruto con Eduardo Mendoza. La ciudad de los prodigios, es de los pocos libros que he releido en mi vida. Sin noticias de Gurb fue todo un descubrimiento, igual que El asombroso viaje de Pomponio Flato. Serrat siempre Serrat. ¡Y Barcelona, joder que bonita!
Un abrazo Pepa, que tengas una semana con buen ron y poca resaca
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Ocultar 1 RespuestasYo añadiría la maravillosa, envolvente, emotiva y universal melodía de Pau Casals, el Canto de los gorriones, q debería elegirse como oficial en todas las ceremonias luctuosas de Estado, y dejarse de ritos religiosos de chamán de tribu.
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Por mi parte sólo confieso que soy un sesentón rojo, que me sé educado en el amor por la cultura española, Lorca,Machado, Galdos y tantos otros con mayusculas, cultura que siento inseparable de la cultura catalana, y que me preocupa que siempre sean los chavas, los pobres, las personas desamparadas, las que acaben pagando la factura y sufran los despedazados anfiteatros que dejan las guerras de banderas. Genial su articulo , gracias a él me siento menos solo y veo por suerte que hay personas que piensan igual o mejor que yo.
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Querido Luis, tu Catalunya sigue ahí, como en un letargo invernal, quizá esperando que amaine el temporal de ruido y soflamas, para que su brillantez retorne, hay ahora muchas personas que hablan y pocas que escuchen, cuando se cercena la palabra convivencia y la dejamos sin el, con, queda tristemente vivencia, y en eso estamos, vivir en el egoísmo.
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Despachar el muy grave conflicto nacional entre Catalunya y España, como una maniobra de la derecha catalana para tapar sus corrupciones, además de que causa ya risa y pena, al mismo tiempo, es una argumentación tan simple, tan infantil, que sorprende en la boca de una persona inteligente. Además, denota un desprecio absoluto por los miles de catalanes que han concluido que solamente formando estado propio pueden intentar ser libres.
El nacionalismo patriótico de la izquierda española no es de ahora. Tiene su origen próximo en el pacto con el fascismo en 1978. Y se consolida en el golpe de estado del 81 que advirtió a esa izquierda española que quien se movía del pacto no iba a salir en la foto.
Y así, el llamado PSOE, como partido mayoritario de la “izquierda” española, se convirtió en tan nacionalista como la derecha franquista.
De tal manera que nada hay más parecido al nacionalismo patriotero de la derecha franquista española que el nacionalismo del sector mayoritario de la izquierda española.
En el terreno del patriotismo, o patrioterismo, las derechas y las izquierdas españolas (salvo UP), se juntan, se abrazan, se besan y reprimen juntitas de forma salvaje.
El problema no es Catalunya, el problema es la parte mayoritaria de la izquierda española sometida al franquismo desde 1978.
¿Alguien puede explicar que si se es izquierda de verdad no se defienda el derecho a la autodeterminación de los pueblos y naciones?. No ser independentista, si no defender la libertad de las naciones y de que otros puedan serlo.
Y si se defiende, aunque solamente fueras de boquilla, ¿no estaría ya resuelto el grave conflicto y pasaríamos a hablar de otra cosa?. Evidentemente el problema no es Catalunya, el grave problema es esa parte de la izquierda española que se hizo servil del franquismo.
Para tapar sus vergüenzas nos hablan de su amor hacia Catalunya, a sus gentes y a su diferencia folklórica. Y nos dicen que la culpa de todo la tiene la derecha catalana que manipula y engaña a los ciudadanos. Cuando en realidad son ellos los vendidos a la derecha española, perdiendo por el camino sus principios republicanos.
EL AMOR POR CATALUNYA SE DEMUESTRA DEFENDIENDO SU LIBERTAD.
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Ocultar 7 RespuestasTe recuerdo que en el pacto constitucional del 78 no estaba solo el PSOE y el PCE por parte de la izquierda española, te recuerdo que también estaba el PSUC, ERC, ¿Recuerdas a Tarradellas? el PSC y la derecha de CiU.
O asumimos que todos fueron responsables o asumimos que en aquel momento posiblemente no se pudiera hacer otra cosa. Lo que es mas difícil de sostener es que no se haya hecho nada para resolver el problema de la pluralidad de España en los 42 años de vigencia de la Constitución y de eso son culpables los partidos que han gobernado principalmente en España, PSOE y PP, pero también sus aliados o cómplices necesarios, a destacar CiU.
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Bidebi, duro y agrio comentario, pero muy acertado.
Un saludo cordial
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¿Por qué defendiendo “SU” libertad y no “MI” libertad?
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No voy a molestarle en explicar lo difícil qué es para mi, roja completamente, compaginar nacionalismo e izquierdas (nacionalismo de cualquier tipo, incluido el español). En el fondo, todos sabemos lo que suele nutrir ese nacionalismo (que curiosamente siempre viene de los pueblos del norte, ricos). Pero si le diré que la autodeterminación es para los pueblos oprimidos, víctimas del colonialismo (y siento decirle que Cataluña no ha sido, ni es ninguna colonia). Tampoco me vale que fue oprimida por el franquismo, porque así estuvo la mitad de España o por el Gobierno del Partido Popular (que hemos padecido también el resto de españoles). Y sí, CIU aprovechó su corrupción y la crisis económica para buscarse lo que todo nacionalista busca: un cabeza de turco al que echarle la culpa de todo, escondiendo las propias y de ahí surgió el "España nos roba".. Usted sabe que antes de todo eso, los independentistas eran una mínima parte de la población catalana y ahora, gracias efectivamente al mal hacer del PP, han llegado a cerca del 50% (pienso en votos, no en escaños, otro gran truco de Convergencia). Y lo han hecho con malas artes, con una publicidad engañosa, con mentiras,... En fin... mi preocupación siempre será por los oprimidos de cualquier lugar...y siempre me dará igual saber su apellido, su lugar de nacimiento o su piel
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"Vayapordios"... resulta que tenemos que luchar por la libertad de los que habitan en Cataluña.
¿Cómo podríamos luchar por liberar a algunos cerebros de la confusión?
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Vayamos a las fuentes. Por ejemplo, artículo de Carlos Marx en el New York Daily Tribune publicado el 4 de agosto de 1858: "Los movimientos revolucionarios de España desde comienzo de siglo (XIX) ofrecen un aspecto notablemente uniforme, con la excepción de movimientos en favor de privilegios provinciales y locales, que agitan periodicamente las provincias del norte. Cada conjura palaciega va acompañada de insurrecciones militares, y éstas, en su marcha, arrastran invariablemente pronunciamientos municipales. Dos son las causas de este fenómeno. En primer lugar vemos que lo que llamamos Estado en sentido moderno no tiene, desde la vida exclusivamente provincila del pueblo, ninguna personificación nacional frente a la corte, si no es en el ejército. En segundo lugar, la peculiar posición de España y la Guerra de la Independencia crearon condiciones debido a las cuales solo en el ejército pudo concentrarse cuanto hay de vital en la nación española. Vemos así que las únicas manifestaciones nacionales (las de 1812 y 1822) surgieron del ejército, por lo que la parte movilizable de la sociedad se ha acostumbrado a consiederar el ejército como instrumento natural de cualquier levantamiento nacional. Sin embargo, durante la turbulenta época de 1830 a 1854, las ciudades de España comprendieron que el ejérrcito, en lugar de seguir defendiendo la causa de la nación, se había transformado en un instrumento de las rivalidades de ambiciosos pretendientes a la tutlea militar de la corte ... A excepción de los carlistas, todos los partidos han hecho oir su voz: progresistas, partidarios de la Constituión de 1837, partidarios de la Contitución de 1812, unionistas (ojo!! se reffiere a unirse con Portugal) y republicanos".
Marx relata con precisión la constitución de la nueva nación española en dos episodios trascendentales donde el pueblo español lucha contra sus liquidadores externos e internos: la Constitución de 1812 y el gobierno liberal de 1822 presidio por Riego, cuyo Secretario de Estado fue Evaristo Fernández, autor de la letra del himno de Riego, el himno de los republicanos españoles. Este gobierno fue derrocado por Fernando VII con el apoyo de Francia.
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Ocultar 1 RespuestasVamos con Lenin. En 1914 publicó en la revista Proveschenie una serie de artículos bajo el título "El derecho de las naciones a la autodeterminación", cito: " En la Europa Continental, de Occidente, la época de las revoluciones democráticas burguesas abarca un lapso bstante determinado, aproximadamente de 1789 a 1871. esta fue precisamente la época de los movimientos nacionales y de la creación de los Estados nacionales. Terminada esa época, Europa Occidental había cristalizado en un sistema de Estados burgueses que, además, eran, como norma, Estados unidos en el aspecto nacional. Por eso, buscar ahora el derecho de autodeterminación en los programas de los socialistas de Europa Occidental significa no comprender el abecé del Marxismo"
vamos a ver si n entiendes el abecé del marxismo ... menudo cefalópodo ...
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Yo que soy otro sesentón rojo, veo la contradicción de una izquierda catalana nacionalista frente al internacionalismo y también veo a una derecha catalana que si obviamos su independentismo decimonónico ya la quisiéramos para España, es una derecha civilizada, es una derecha que viene de la democracia cristiana y el liberalismo, frente a la derecha española, igualmente nacionalista pero que hunde sus raíces en el fascismo y en el franquismo.
El mal llamado problema catalán es el problema de toda España desde hace mucho tiempo, es la vertebración del territorio con criterios culturales, políticos, económicos y sociales, es la vertebración del territorio con criterios de igualdad, de justicia, de solidaridad y de libertad, para todos
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www.infolibre.es ISSN 2445-1592
Estupendo, gracias! Mi primera visita a Barcelona fue a los 18 años. Veinte años más tarde me trasladé desde Madrid a Barcelona. Bromeaba diciendo que iba a recuperar la Corona de Aragón que me pertenecía por parte de padre. Viví y conviví con gente de izquierdas, libertarios, catalanes, independentistas y tengo que agradecerles todo lo que aprendí allí. Barcelona és bona inclòs si la borsa no sona!
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