Educación

La escuela cae en el círculo vicioso de la selección clasista

Imagen de una niña en un colegio.

Las alertas rojas por segregación se acumulan ante las autoridades educativas. Al mismo tiempo, PP, Cs y Vox han tomado como referencia para sus políticas educativas en las autonomías, allí donde forman mayoría, como en Andalucía, la Región de Murcia y la Comunidad de Madrid, el modelo impulsado por Esperanza Aguirre, basado en la "libertad de elección" y la primacía de la "demanda social", formulaciones con las que se alude más o menos elípticamente a la promoción de la concertada. Es decir, al incremento de la financiación de la educación privada con fondos públicos. El problema es que Madrid, pionera en la implantación de estas políticas, encabeza las estadísticas de segregación o, lo que es lo mismo, de agrupación homogénea de los alumnos por clases sociales, un fenómeno lesivo tanto para el sistema escolar como para la cohesión social en su conjunto. Junto a diversos informes que sitúan a España entre los países europeos con mayor segregación, se suceden otros que ponen de relieve los mecanismos de la enseñanza concertada para segregar de forma encubierta. No faltan datos para demostrar ni lo uno –las trampas de la concertada–, ni lo otro –la creciente segregación–.

En España, dado el tradicional peso de la Iglesia en la educación, el boom demográfico y cultural de los años 70 y 80 pilló a la democracia sin suficiente red pública. La ley educativa de 1985 articuló el sistema de conciertos, que racionalizaba la miríada de subvenciones que recibían los colegios católicos desde el franquismo. El Estado, en teoría coyunturalmente, se valía de la red educativa de la Iglesia para atender la explosión de la demanda. Pero han pasado las décadas y la doble red no sólo se ha consolidado, sino que se ha ampliado a raíz de la descentralización de la competencia educativa y del fracaso en los tribunales de los intentos de acotarla. Hoy los datos son elocuentes. El gasto público en concertada rompe su techo año tras año, superando ya los 6.000 millones. Mientras tanto, el gasto público en la red pública sigue por debajo de los umbrales precrisis. La concertada, en más de un 60% en manos de organizaciones de la Iglesia, ha dejado atrás la crisis a costa de la pública, favoreciéndose de las facilidades que le da la Lomce. Los defensores de la concertada –entre ellos PP, Cs, Vox, Iglesia, patronales y asociaciones católicas de padres– hacen bandera de la "libertad de elección" de centro y de la primacía de la "demanda social" en la planificación de centros. Este es, de hecho, el discurso educativo triunfante de las últimas dos décadas, irradiado desde el ala neoliberal del PP y especialmente desde el aguirrismo.

Los condicionantes históricos de la educación en España, el impulso a las políticas neoliberales y los recortes de la crisis se han conjugado en una tormenta perfecta. Y las señales de alarma por segregación, basada en análisis académicos empíricos, se han apilado y no paran de producirse. En algunos casos, son terminantes. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid es ya el segundo territorio de la OCDE, sólo superado por Chile, donde más se concentra al alumnado desfavorecido en las mismas escuelas, según el informe de Save the Children sobre el último PISA. No es fácil que se escuchen estas alertas. El discurso pro-concertada tiene sólida implantación. Los sectores católicos, conservadores y neoliberales defensores partidarios de financiar con la máxima cantidad de dinero público la educación privada –eso es la concertada– han logrado que cunda la idea de que este modelo "ahorra" dinero al Estado [ver aquí un artículo sobre este punto]. El acuerdo de gobierno entre PSOE y Unidas Podemos [ver aquí] anuncia una ley para la "eliminación de la segregación escolar", pero la fórmula para hacerlo no está detallada. No será fácil. El fenómeno está incrustado en el funcionamiento del sistema escolar español. 

infoLibre repasa la evidencia sobre la segregación escolar en España, recabando el punto de vista sobre la misma de reputados investigadores.  

Segregación

El informe Magnitud de la segregación escolar por nivel socioeconómico en España y sus comunidades autónomas y comparación con los países de la Unión Europea, de Javier Murillo y Cynthia Martínez-Garrido, señalaba ya en diciembre de 2017 que el sistema educativo español era el sexto más segregador de Europa, al nivel de Eslovenia, Bulgaria o República Checa. Dentro de España, ya despuntaba la Comunidad de Madrid, con índices de segregación que sólo supera Hungría en toda la UE. "Los datos indican que España es uno de los países más segregados de Europa, con cifras análogas a los países del Este más segregados y muy alejadas de los países de su contexto más cercano", señala el informe. La segregación promedio se sitúa entre 0,32 o 0,38, según el índice utilizado. Eso significa que entre el 30% y el 40% de los estudiantes deberían cambiarse de centro para que no hubiera segregación. El informe ya indica otro elemento encontrado en todas las aproximaciones empíricas: la diferencia por comunidades. Ejemplo: en Baleares, Galicia y Aragón la segregación está por debajo de la media europea. "Se observa la incidencia de las políticas regionales respecto a los criterios de admisión de centros en la segregación escolar, mostrando que políticas como el fomento de la educación privada, de la competencia de centros mediante la publicación de rankings o la creación de un distrito único pueden configurar sistemas educativos inequitativos que atentan a la igualdad de oportunidades", dice el informe.

Estas son las políticas aún enaltecidas por el PP, Cs y Vox. Es más, cada vez que la ministra de Educación, Isabel Celaá, ha cuestionado la interpretación que se viene haciendo de la libertad de elección de centro, sintagma que envuelve todo el discurso, la derecha ha saltado a degüello. Resulta llamativa la falta de replanteamiento del modelo, viendo informes como los de Save the Children. El estudio sobre segregación Mézclate conmigo, de abril de 2019, señala que la Comunidad de Madrid es la que más ha visto incrementarse la segregación en España, con una variación porcentual del índice de 35,7% en el periodo 2009-2015. A nivel estatal, en los últimos seis años el índice de segregación ha aumentado en un 10,6%. Es decir, en las escuelas madrileñas crece más de treces veces más que en el resto. Pero, ojo, en España también crece. "Es un fenómeno que ha ido creciendo rápidamente y sin control en los últimos años”, asegura Ana Sastre, directora de Políticas de Infancia de Save the Children. El informe va más allá: en los centros con concentración de alumnado vulnerable en la Comunidad de Madrid, casi dos de cada diez colegios son "guetos", el doble que la media estatal, entendiéndose por "guetos" aquellos con coincidencias elevadas de alumnos de los grupos más pobres y de alumnos con necesidades especiales.

Rendimiento

Casi ocho de cada diez centros "gueto" en Madrid son públicos. Curioso, ¿no? Si, en teoría, la escuela concertada es gratuita, si surge para dar cobertura a diferentes ideas y no a diferentes clases sociales, ¿por qué se concentran los alumnos más pobres en los centros públicos? Por los mecanismos de segregación encubierta. Y estos no funcionan sólo en Madrid. En junio de este año, la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) lanzaron otro informe sobre segregación. ¿Conclusión? Aunque con variaciones entre comunidades, el fenómeno está extendido: los alumnos de entornos difíciles se concentran en la pública. La enseñanza privada, contando la privada y la concertada, atiende a alumnos que cuentan con entornos socioeconómicos más favorables (el 65% de su alumnado) y participa poco en la formación de los alumnos cuyos entornos son desfavorables para la educación (8%). En cambio, esta última tipología de alumnos representa un tercio del alumnado de los centros públicos, porcentaje que alcanza el 50% en Extremadura, Canarias y Andalucía, señala el informe. “Esa distinta composición del alumnado influye en el rendimiento medio de los centros, que se refleja en sus tasas de repetición y las puntuaciones en PISA”, añade el documento, “lo que da como resultado centros públicos más debilitados por este motivo”.

Las características socioeconómicas del entorno del alumnado inciden en las condiciones en las que se desarrolla el aprendizaje, el ritmo de avance en las etapas formativas y los resultados. Parece obvio, pero a veces se olvida, enterrada la realidad por el triunfante discurso meritocrático. El optimismo pedagógico defiende que la escuela es el laboratorio del porvenir, que allí se fraguan los cambios que harán de la sociedad futura un lugar mejor. Por sociólogos como Pierre Bordieu sabemos que no es así. La escuela es sobre todo una expresión de la sociedad y la economía en la que nace y del propósito a veces inconsciente del tiempo que le toca vivir. Sociedades desiguales suelen tener colegios desiguales. ¿Significa esto que no tiene sentido esforzarse en el sistema educativo, porque no tiene capacidad de incisión en la sociedad? En absoluto. El propio informe de la Fundación BBVA y el IVIE indica que hay sistemas autonómicos que logran matizar los condicionantes educativos, y otros que los agravan. Lo indiscutible es que existe segregación. Y que tiene consecuencias. Save the Children, en su informe Todo lo que debes saber de PISA 2018 sobre equidad, presentado este mismo mes de diciembre, alcanzaba conclusiones desalentadoras. Además de reiterar que Madrid es ya el segundo territorio de la OCDE con mayor segregación, Save the Children se centra en el carácter "socialmente injusto" de la repetición escolar. El alumnado pobre, a igual rendimiento, repite cuatro veces más que el de más recursos. Se trata de la segunda brecha más alta de toda la OCDE. En Asturias, Aragón o la Comunidad Valenciana llega a ser seis veces más, señala el informe, que sitúa la segregación en España en la media de la OCDE.

Mecanismos

Las 176 páginas del segundo informe del proyecto de investigación Mapa escolar, elaborado por la Universidad de Valencia en colaboración con el ayuntamiento y publicado en mayo de este año, constituye una aportación valiosa para abordar tanto los motivos como las implicaciones de la segregación. Es un material valioso porque pone la lupa en una realidad concreta, la ciudad de Valencia. "La segregación escolar no solo afecta negativamente al rendimiento escolar, sino también a la cohesión social y la igualdad de oportunidades", señala. Pero, ¿cómo se produce? El informe recorre toda una red de mecanismos y estrategias. Por ejemplo, la ubicación de los centros, nada inocente. "Los centros concertados suelen localizarse en barrios o zonas geográficas con elevados niveles de renta", señala el informe.

Pero la llamada "segregación residencial" no es el único factor. Añade el informe: "Muchos centros educativos concertados ofrecen servicios complementarios, como el comedor escolar o las actividades extraescolares, a un precio muy superior al de la oferta escolar pública; o cobran cuotas indebidas que, bajo el carácter formal de voluntarias, se exigen de manera pseudo-obligatoria al no informarse de su carácter voluntario. Todo esto desincentiva a las familias con menos recursos económicos [...] Se han detectado procesos irregulares en el acceso a los centros concertados, por lo que, muy a menudo, estos consiguen evitar el acceso de niños de familias de rentas bajas".

El informe llega a alertar de fraudes: "Se han documentado mecanismos concretos para sortear la zonificación como la compra o alquiler de viviendas dentro de las áreas preferentes o a través de empadronamientos ficticios". Secretos a voces, pero que rara vez se ven por escrito en un informe con el aval de un ayuntamiento. Más: "Se destaca también la existencia de mecanismos de selección económica por parte de los centros concertados a pesar de la supuesta gratuidad de los centros, mediante el pago por las familias de diversos conceptos más o menos inevitables (uniformes o actividades que realiza todo el alumnado) o bastante generalizados; o se encarecen servicios básicos como el comedor". No obstante, más que en las prácticas concretas, el estudio describe y critica un modelo, una filosofía educativa basada en "políticas de zonificación" y enmarcada bajo el concepto de "libre elección". "La segregación escolar es producto de muchos factores. La segregación residencial es uno de ellos, pero no es el único. Se promueve también desde las decisiones de política de educativa, decisiones tales como el fomento de mecanismos de cuasi-mercado potenciando opciones de elección de centro, el establecimiento de un distrito único o la publicación de rankings", señala.

Este periódico trató de recabar su punto de vista para este artículo de la Plataforma Concertados, la institución más representativa de este sector, sin respuesta.

Cuotas

La legislación prohíbe a los colegios concertados "percibir cantidades de las familias por recibir las enseñanzas de carácter gratuito, imponer a las familias la obligación de hacer aportaciones a fundaciones o asociaciones y establecer servicios obligatorios, asociados a las enseñanzas, que requieran aportación económica". En 2006 el Tribunal Supremo avaló en una sentencia la prohibición del cobro de cuotas. Sin embargo, se siguen cobrando. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) lo ha demostrado en numerosos informes. La inmensa mayoría de los colegios concertados cobra cuotas que incumplen la ley. En septiembre de 2018, la Confederación Española de Asociaciones de padres y madres del alumnado (Ceapa) publicó un estudio que acreditaba que el 96,4% de los centros concertados cobran "cuotas elevadas" a las familias a pesar de que la educación obligatoria es gratuita por ley. Se exigen 159 euros al mes de media. El informe movió incluso a una reacción de la ministra de Educación, Isabel Celaá, que afirmó que era "inaceptable" que se aplicasen "cobros altísimos a las familias".

Ante la inacción de las autoridades, se siguen acumulando las evidencias de que las irregularidades son la norma. Un reciente informe de la federación de familias Giner de los Ríos y la Asociación de Colegios Privados a Independientes lo acaba de volver a poner negro sobre blanco tras visitar 50 centros. El 90% cobran por actividades obligatorias. La media de pago es de 153 euros al mes. El informe tiene una valía excepcional, porque relata los recovecos por los que se cuelan estas prácticas. ¿Qué hacen los centros? Se mueven en un terreno lleno de grises e incertidumbres. Por una parte, tienen a favor que la inmensa mayoría de los padres desconoce la ley. Además, se benefician del compromiso familiar con el centro. Por otra parte, elevan la barrera de entrada, ya que el conocimiento de los cobros disuade a las familias con menos recursos. En el 44% de los casos, señala el informe, no se da opción de no pagar la cuota. El estudio recoge frases pronunciadas por responsables de los centros para justificar el tinglado: "Es la cuota del colegio, lo que se paga por asistir a este col". "Es la aportación que se hace al colegio por el proyecto propio que da a los alumnos". "Es una cuota que aportan las familias para alcanzar los objetivos". "Es parte del proyecto del colegio, la diferenciación con respecto a otros colegios". "Esto no es una fundación ni orden católica, es una SL".

Gasto familiar

La concertada se coloca generalmente en zonas de renta superior a la media. Al terminar el curso, las familias de la concertada han pagado más que las de la pública. No sólo por las cuotas. "El cobro de cuotas es una práctica extendida en la escuela concertada que supone una barrera económica de entrada para las familias más vulnerables", señala Save the Children en su informe Mézclate conmigo, sobre la Comunidad de Madrid. Pero no son sólo las cuotas. Hay más conceptos. Seguimos en Madrid. El artículo El elefante en el sistema educativo de la Comunidad de Madrid, publicado por los investigadores Jesús Rogero-García y Lucas Gortázar en 2016, apunta al programa bilingüe como agente segregador. El inglés actúa como dificultad añadida para los alumnos de menor nivel socioeconómico, que no tienen dinero para pagar las clases extraescolares, coincide el informe de Save the Children.

Todos estos factores van levantando la barrera de entrada. El investigador Jesús Rogero-García, profesor de Sociología en la Universidad Autónoma de Madrid, conoce el fenómeno a fondo. En 2014 publicó, junto con Mario Andrés Candelas, el artículo Gasto público y de las familias en educación en España: diferencias entre centros públicos y concertados, que contenía afirmaciones que hoy cuentan con el pleno consenso académico: "Los alumnos cuyas familias disponen de mayores ingresos, profesiones de mayor cualificación y niveles de estudios más altos se concentran mayoritariamente en centros concertados. [...] Aunque el cobro de matrículas no está permitido, se ha observado que [en la concertada] existen donaciones voluntarias que en la práctica son cuotas pagadas por todas las familias y que otros gastos educativos, como la indumentaria o el material escolar, suelen ser mayores que en los centros públicos". Este mismo año han actualizado su investigación con otro artículo. En 2012, el gasto familiar por alumno fue de 527 euros en la pública y de 1.212 en la concertada.

Desigualdad

Se trata de un círculo vicioso. Xavier Bonal, profesor de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona y reconocido como una autoridad imprescindible en este campo, lo ha descrito con precisión. Los centros concertados, mediante su ubicación selectiva y sus cobros, se quedan con un alumnado de familias con mayor capacidad económica. El hecho de que los conciertos no cubran todas las necesidades de los concertados provoca que sean más baratos para el Estado en términos brutos; pero, al mismo tiempo, más caros para las familias. En palabras de Bonal, autor del artículo Equivalència territorial en la planificació educativa a Barcelona: Diagnòstic i propostes, "a muchos colegios concertados la dotación insuficiente del concierto les sirve de excusa para cobrar cuotas implícitas, lo que actúa como mecanismo de selección y de segregación escolar".

Rogero-García afirma que "sin lugar a dudas", la segregación es "un elemento fundamental en la reducción de la calidad de la educación". Pero no se queda ahí: "Aumenta las desigualdades educativas, es cierto, pero además reduce la cohesión social. La segregación se basa en una especie de acuerdo tácito que proporciona un cierre social a las clases altas. Es un statu quo en el que determinados grupos sociales no conviven en la escuela con otro. Eso es favorecer los privilegios de unos a costa del deterioro de la calidad educativa". A su vez, este investigador conecta esta dinámica con unos posibles peores resultados. "Todo el mundo sabe que existe el efecto compañero. No sólo es importante [en el rendimiento de un alumno] el centro o el profesorado, sino los compañeros, fundamentales en la trayectoria educativa. En un contexto en el que tienes un 80% de población vulnerable, se hace casi imposible el éxito". El informe de la Universidad de Valencia coincide en el análisis: "Los centros con una composición escolar desequilibrada, donde predomina una población escolar con necesidades educativas especiales, tienden a ser poco deseados por las familias del entorno. Si no se corrige este efecto, dicho desequilibrio se incrementa curso tras curso".

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Madrid

Todo este fenómeno suele dar la cara con episodios puntuales, en noticias dispersas. Un ejemplo: Un colegio expulsa a una niña por no pagar su padre las "cuotas voluntarias" (El Mundo). Es más infrecuente ver la fotografía completa. Es lo que intentó hacer Save the Children con la Comunidad de Madrid. Su informe identificaba un foco de segregación en el decreto de 2013 de la Comunidad de Madrid, que introdujo la "zona única". "Este sistema obliga a las familias a ser estratégicos a la hora de elegir escuela", señala. Agudizó la lógica competitiva, que además se ajusta como un guante al ideario de algunas de las ramas de la Iglesia más exitosas en el campo educativo como el Opus Dei.

Hasta el último informe PISA, el PP había defendido el modelo aguirrista por sus resultados en estas pruebas. Ahora que Madrid han fracasado, el Gobierno madrileño amenaza con salirse de unas pruebas "contaminadas". infoLibre preguntó a la Consejería de Educación de Madrid por su valoración de los informes que alertan de la segregación en sus aulas. Sin respuesta. Hasta la fecha, no hay asomo de autocrítica y el Gobierno que lidera Isabel Díaz Ayuso proclama que su voluntad es seguir cediendo suelo para colegios privados financiados con fondos públicos, otra línea de acción facilitada por la Lomce. Y no sólo es que la Comunidad de Madrid no haga amago de rectificación. Es que Madrid es el modelo de los gobiernos autonómicos de comunidades como Andalucía y Murcia. Es previsible que siga habiendo suspensos en los exámenes sobre integración.

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