Corría el año 1956 cuando el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli recibió un manuscrito que
había partido clandestinamente desde la Unión Soviética. Era
Doctor Zhivago, la famosa novela del escritor ruso
Borís Leonídovich Pasternak que –publicada un año después– alcanzaría un éxito mundial.
Si no hubiera sido por ese viaje secreto por debajo del
telón de acero, la historia narrada por el poeta ruso nunca hubiera llegado a las manos de la escritora
Katixa Agirre (Vitoria-Gasteiz, 1981), autora de cuentos, libros infantiles y novelas en euskera. "Lo leí un verano, cuando debía tener unos veintipocos", recuerda Agirre. Y es justamente ese carácter "atemporal" de la novela, que permite disfrutarla tanto a mediados del siglo XX como hoy en día, lo que convierte a
Doctor Zhivago en
un verdadero clásico para la escritora vasca.
Este verano, escritores y periodistas
recomiendan un clásico literario a los lectores de
infoLibre. Así, la ganadora del Premio 111 Akademia 2015 –que galardona la literatura vasca– ha elegido
Doctor Zhivago como la novela ideal para leer estas vacaciones. Para Agirre, la obra de Pasternak tiene "
una historia de amor que es perfecta para el verano". "Es una novela larga, por lo que debe tenerse tiempo" para leerla, advierte la autora de
Atertu arte itxaron (2015), la cual se publicó el año pasado en castellano como
Los turistas desganados.

El romance entre el doctor
Yury Zhivago y Lara se desenvuelve a través de los largos y peligrosos años que ocuparon
la primera mitad del siglo pasado en Rusia. Dos guerras mundiales, la
Revolución de Octubre, y el estalinismo pintan el paisaje que determina el clásico de Pasternak. La historia, por supuesto, no fue del agrado de las autoridades soviéticas.
Doctor Zhivago se convirtió entonces en
un arma de la Guerra Fría. Mientras la URSS prohibía la publicación de la novela, la CIA trabajaba para difundirla dentro del país comunista, tal como revelan
documentos oficiales de la agencia estadounidense.
Tan solo un año después de la publicación de la novela, Borís Pasternak recibió el
Premio Nobel de Literatura, aunque las autoridades soviéticas le obligaron a rechazarlo. "Nunca podría escribir algo así. Ves que hay algunas cosas por donde podrías tirar, pero no sería igual", confiesa Agirre.
Otro clásico en la lista de la autora de
Habitat, pero que todavía no ha visitado, viene también del país ruso: "Me gustaría leer
Guerra y paz, de
León Tolstói", asegura. Hay, además, algunas novelas famosas que no la han atrapado por competo. "Cuando estuve en Cuba quise leer algo de allí para entrar en ambiente,
El siglo de las luces, de Alejo Carpentier, pero no pude terminarlo. Era demasiado", relata la autora vasca.